Acequia Principal (tramo Villa-Mina Ciega), Vuelta del Cañar, Presa Civán, Tejedera
near Caspe, Aragón (España)
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Ruta que enlaza el núcleo urbano de Caspe con el dique del Embalse de Caspe por caminos que discurren junto a la Acequia Principal o de Civán, pasando en algunos tramos junto al río Guadalope. Pistas anchas y poco desnivel. Si lo hacemos en invierno, a principio de tarde, merendaremos Vitamina D, pues el Sol nos dará de frente durante un buen rato.
Salida de Caspe por el camino de la Valdelazo, cruce de la CHE-0901 (carretera del pantano) y empalme hacia el camino de la Valdezail. Una vez llegamos al río repecho bueno para volver a encontrarnos con la Acequia, que no dejaremos salvo durante un pequeño tramo en Miraflores.
De nuevo Acequia Principal pasando por la Vuelta Roldán, Zaragoceta y llegada a la antigua salida de la Mina Ciega, una impresionante obra hidráulica en dos fases: una primera del siglo XVIII y, tras derrumbarse (de ahí lo de ciega), quedó inutilizada durante más de dos siglos, hasta que en 1932 se recuperó y volvió a correr agua por su interior (lo explico más abajo).
Desde allí el trayecto sigue hasta la Vuelta del Cañar, dique del Pantano de Caspe, pista CHE-0901, y cruzando a la izquierda, por Claverías, la Foya de la Monya, la Tejedera, el Pino Feo y el Camino del Capellán, a casa.
LA ANTIGUA SALIDA DE LA ACEQUIA PRINCIPAL Y LA MINA CIEGA_
Caspe, por su emplazamiento entre dos ríos, ha sido -y es- un lugar privilegiado para articular redes de riego. En las últimas décadas ha ganado la partida el río Ebro, pero desde siempre ha sido el Guadalope el responsable de saciar la sed de buena parte del término municipal. El río Guadalope y su ahijada artificial: la Acequia Principal. Según los textos del cronista local Mariano Valimaña, en el año 1550 comenzó la edificación de la Azud de Civán (estaba situada donde hoy se encuentra el Embalse de Caspe) y tras ello se abriría la Acequia Principal, aunque la apertura de la misma “en toda su estensión costó algunos años”.
La Acequia, principalmente en sus primeros tramos, transcurre en paralelo al Guadalope. El problema es que el río dibuja un amplio meandro muy poco después de adentrarse en el término de Caspe, es decir, en la llamada Vuelta del Cañar, por lo que seguir al río en ese tramo significaba dar mucha vuelta. Demasiado tiempo y dinero. Así que los constructores del canal optaron por alejarse un tanto del Guadalope en ese tramo y sustituyeron 5 Kms. de acequia al aire libre por la perforación en línea recta. Fabricando una gran mina en lo que hoy llamamos Zaragoceta, los primeros metros de la Acequia Principal (1.300) serían subterráneos. Una obra titánica para aquellos años.
La mina se hizo, porque parece ser que la primera versión de la misma estaría datada antes del año 1600, momento en el que se cegó por primera vez. Así lo contaba Valimaña: “esta mina es un subterráneo, o canal que se abrió cuando se hizo la acequia principal, atravesando montes, de cuarto y medio, o media hora de lonjitud; pero se cegó, e inutilizó para, el objeto de pasar agua por los años 1600, y desde entonces se abrió nuevo cauce costeando montes y cabezos”. El gozo de aquellos esforzados caspolinos de los albores del siglo XVII había durado muy poco. Hubo que dar por perdido el túnel y resignarse a que el arranque de la Acequia Principal debería ser mucho más extenso y al aire libre. La mina acababa de convertirse en Mina Ciega.
Las siguientes referencias a la Mina Ciega se las debemos a Agustín Cortés Guiu. Este, alcalde entre abril de 1931 y mayo de 1933, escribió sobre ella varias veces en el periódico local El Guadalope y también en la revista local Voluntad. Según se desprende de los textos de Cortés, hubo un nuevo proyecto para reabrir la Mina Ciega a comienzos del siglo XVIII. La obra, entendemos que a cuenta del Concejo de Caspe (la Comunidad de Regantes de Civán no se constituyó hasta 1793), comenzó por ambas bocas. Y otra vez nuestros antepasados del siglo XVIII tuvieron problemas con la obra porque “se perdieron parcialmente en la perforación del monte”. Aún con todo, parece que la empresa llegó a buen término “aunque con algunas curvas y una desviación algo notable, se encontraron [ambas bocas], y por ella corrió el agua el tiempo que fuese”.
[...]
Poco duró la alegría porque, de nuevo, se cegó la Mina Ciega ¿Qué ocurrió? En opinión de Cortés, “una precipitación en echar el agua, o la falta de medios para un revestimiento eficaz, determinaron desplomes de tal consideración que hartos de enterrar pesetas decidieron abandonarla; y así ha estado por espacio de más de dos siglos”. El momento exacto del abandono de la Mina Ciega no lo sabemos, pero es seguro que en 1786 estaba fuera de uso porque así lo indica el mapa adjunto fechado en tal año.
[...]
Por fin, el 8 de octubre de 1928 comenzaron los ansiados trabajos. Los regantes cruzaban los dedos: “rogamos a su Junta, no retroceda en el camino emprendido, aun cuando se le presente algún obstáculo, que no es de esperar, y los regantes se lo agradecerán”. Las obras continuaron. En la primavera de 1930, cuando ya se habían invertido más de 103.000 pesetas de la época, sonaron jotas por las calles de la pequeña ciudad. El calendario señalaba 13 de abril de 1930 cuando se celebró con algarabía el éxito de las obras de perforación de la Mina Ciega. Fue sin duda una gran noticia porque debemos pensar en Caspe como una población mucho más rural que ahora, con la mayor parte del vecindario mirando hacia el campo de un modo u otro. Señoritos y medieros, jornaleros y comerciantes. Todos dependían en mayor o menor medida del agua. Carlos Bordonaba y Francisco Barberán “después de muchos días y trabajo penoso” habían sido los primeros en recorrer todo el tramo subterráneo. La empresa no había resultado fácil, tanto por la desviación del viejo túnel como por las calamitosas condiciones laborales.
[...]
El domingo 5 de junio de 1932 acababan los trabajos y la Mina, ya no ciega, se inauguraba por todo lo alto: “hoy domingo, a las diez de la mañana, tendrá lugar la inauguración de la llamada hasta hoy Mina Ciega”, publicaba la prensa. La junta de regantes de Civán invitó a todas las autoridades y entidades locales. Y como vemos en la imagen el acto fue muy concurrido. Antes de abrirse la mina el curso del agua recorría, entre las almenaras Morunda y de Cases, una distancia de 6,5 kilómetros. Al reabrirse el túnel el viaje del agua se redujo a 1,350 Km. Se ahorraba con ello la tercera parte del tiempo que duraba el desguaz y se limitaba el riesgo de roturas del cajero de la acequia, ¿Y quién puede calcular lo que muchos años supone, el que el agua vaya al riego cuatro o cinco días?, se preguntaba Cortés.
La Mina Ciega estuvo en funcionamiento hasta 1988. A pesar del inevitable paso del tiempo, la bóveda de la Luna se conservaba bastante bien, como vemos en la imagen. Otro tanto puede decirse de la salida de la mina: “Entrábamos por la mina a coger cangrejos de río”, recuerda Pedro Anay,
EL ARTÍCULO COMPLETO PUEDE LEERSE EN: http://amadeobarcelo.es/la-mina-ciega-y-su-luna-una-obra-faraonica-en-la-acequia-principal-de-caspe
Salida de Caspe por el camino de la Valdelazo, cruce de la CHE-0901 (carretera del pantano) y empalme hacia el camino de la Valdezail. Una vez llegamos al río repecho bueno para volver a encontrarnos con la Acequia, que no dejaremos salvo durante un pequeño tramo en Miraflores.
De nuevo Acequia Principal pasando por la Vuelta Roldán, Zaragoceta y llegada a la antigua salida de la Mina Ciega, una impresionante obra hidráulica en dos fases: una primera del siglo XVIII y, tras derrumbarse (de ahí lo de ciega), quedó inutilizada durante más de dos siglos, hasta que en 1932 se recuperó y volvió a correr agua por su interior (lo explico más abajo).
Desde allí el trayecto sigue hasta la Vuelta del Cañar, dique del Pantano de Caspe, pista CHE-0901, y cruzando a la izquierda, por Claverías, la Foya de la Monya, la Tejedera, el Pino Feo y el Camino del Capellán, a casa.
LA ANTIGUA SALIDA DE LA ACEQUIA PRINCIPAL Y LA MINA CIEGA_
Caspe, por su emplazamiento entre dos ríos, ha sido -y es- un lugar privilegiado para articular redes de riego. En las últimas décadas ha ganado la partida el río Ebro, pero desde siempre ha sido el Guadalope el responsable de saciar la sed de buena parte del término municipal. El río Guadalope y su ahijada artificial: la Acequia Principal. Según los textos del cronista local Mariano Valimaña, en el año 1550 comenzó la edificación de la Azud de Civán (estaba situada donde hoy se encuentra el Embalse de Caspe) y tras ello se abriría la Acequia Principal, aunque la apertura de la misma “en toda su estensión costó algunos años”.
La Acequia, principalmente en sus primeros tramos, transcurre en paralelo al Guadalope. El problema es que el río dibuja un amplio meandro muy poco después de adentrarse en el término de Caspe, es decir, en la llamada Vuelta del Cañar, por lo que seguir al río en ese tramo significaba dar mucha vuelta. Demasiado tiempo y dinero. Así que los constructores del canal optaron por alejarse un tanto del Guadalope en ese tramo y sustituyeron 5 Kms. de acequia al aire libre por la perforación en línea recta. Fabricando una gran mina en lo que hoy llamamos Zaragoceta, los primeros metros de la Acequia Principal (1.300) serían subterráneos. Una obra titánica para aquellos años.
La mina se hizo, porque parece ser que la primera versión de la misma estaría datada antes del año 1600, momento en el que se cegó por primera vez. Así lo contaba Valimaña: “esta mina es un subterráneo, o canal que se abrió cuando se hizo la acequia principal, atravesando montes, de cuarto y medio, o media hora de lonjitud; pero se cegó, e inutilizó para, el objeto de pasar agua por los años 1600, y desde entonces se abrió nuevo cauce costeando montes y cabezos”. El gozo de aquellos esforzados caspolinos de los albores del siglo XVII había durado muy poco. Hubo que dar por perdido el túnel y resignarse a que el arranque de la Acequia Principal debería ser mucho más extenso y al aire libre. La mina acababa de convertirse en Mina Ciega.
Las siguientes referencias a la Mina Ciega se las debemos a Agustín Cortés Guiu. Este, alcalde entre abril de 1931 y mayo de 1933, escribió sobre ella varias veces en el periódico local El Guadalope y también en la revista local Voluntad. Según se desprende de los textos de Cortés, hubo un nuevo proyecto para reabrir la Mina Ciega a comienzos del siglo XVIII. La obra, entendemos que a cuenta del Concejo de Caspe (la Comunidad de Regantes de Civán no se constituyó hasta 1793), comenzó por ambas bocas. Y otra vez nuestros antepasados del siglo XVIII tuvieron problemas con la obra porque “se perdieron parcialmente en la perforación del monte”. Aún con todo, parece que la empresa llegó a buen término “aunque con algunas curvas y una desviación algo notable, se encontraron [ambas bocas], y por ella corrió el agua el tiempo que fuese”.
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Poco duró la alegría porque, de nuevo, se cegó la Mina Ciega ¿Qué ocurrió? En opinión de Cortés, “una precipitación en echar el agua, o la falta de medios para un revestimiento eficaz, determinaron desplomes de tal consideración que hartos de enterrar pesetas decidieron abandonarla; y así ha estado por espacio de más de dos siglos”. El momento exacto del abandono de la Mina Ciega no lo sabemos, pero es seguro que en 1786 estaba fuera de uso porque así lo indica el mapa adjunto fechado en tal año.
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Por fin, el 8 de octubre de 1928 comenzaron los ansiados trabajos. Los regantes cruzaban los dedos: “rogamos a su Junta, no retroceda en el camino emprendido, aun cuando se le presente algún obstáculo, que no es de esperar, y los regantes se lo agradecerán”. Las obras continuaron. En la primavera de 1930, cuando ya se habían invertido más de 103.000 pesetas de la época, sonaron jotas por las calles de la pequeña ciudad. El calendario señalaba 13 de abril de 1930 cuando se celebró con algarabía el éxito de las obras de perforación de la Mina Ciega. Fue sin duda una gran noticia porque debemos pensar en Caspe como una población mucho más rural que ahora, con la mayor parte del vecindario mirando hacia el campo de un modo u otro. Señoritos y medieros, jornaleros y comerciantes. Todos dependían en mayor o menor medida del agua. Carlos Bordonaba y Francisco Barberán “después de muchos días y trabajo penoso” habían sido los primeros en recorrer todo el tramo subterráneo. La empresa no había resultado fácil, tanto por la desviación del viejo túnel como por las calamitosas condiciones laborales.
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El domingo 5 de junio de 1932 acababan los trabajos y la Mina, ya no ciega, se inauguraba por todo lo alto: “hoy domingo, a las diez de la mañana, tendrá lugar la inauguración de la llamada hasta hoy Mina Ciega”, publicaba la prensa. La junta de regantes de Civán invitó a todas las autoridades y entidades locales. Y como vemos en la imagen el acto fue muy concurrido. Antes de abrirse la mina el curso del agua recorría, entre las almenaras Morunda y de Cases, una distancia de 6,5 kilómetros. Al reabrirse el túnel el viaje del agua se redujo a 1,350 Km. Se ahorraba con ello la tercera parte del tiempo que duraba el desguaz y se limitaba el riesgo de roturas del cajero de la acequia, ¿Y quién puede calcular lo que muchos años supone, el que el agua vaya al riego cuatro o cinco días?, se preguntaba Cortés.
La Mina Ciega estuvo en funcionamiento hasta 1988. A pesar del inevitable paso del tiempo, la bóveda de la Luna se conservaba bastante bien, como vemos en la imagen. Otro tanto puede decirse de la salida de la mina: “Entrábamos por la mina a coger cangrejos de río”, recuerda Pedro Anay,
EL ARTÍCULO COMPLETO PUEDE LEERSE EN: http://amadeobarcelo.es/la-mina-ciega-y-su-luna-una-obra-faraonica-en-la-acequia-principal-de-caspe
Waypoints
River
625 ft
La Nao y Salto de la Cierva
A la izquierda, junto al río, la antigua central hidroeléctrica de La Nao A la derecha el llamado Salto de la Cierva
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