Ágreda-Santuario del Moncayo-Cañón del Val-Ágreda

IBP 107

Las tierras del Moncayo que comparten Zaragoza y Soria ofrecen buenas rutas de distinta dificultad para BTT y senderismo, desde las más sencillas como las que siguen los pasos de los Bécquer y la Vía Verde Tarazónica a otras más elaboradas, pasando por el propio ascenso al Moncayo y los recorridos por la red de senderos que faldean por su imponente parque natural. El itinerario circular que traigo es uno de los más interesantes que se pueden hacer en la zona, combinando la subida al santuario del Moncayo con el sendero del cañón del Val. Aconsejo pedalear con calma y sin prisas y detenerse cuantas veces sea necesario: vamos a rodar por parajes muy, muy chulos.

Empezamos en Ágreda tomando el Camino Natural del Agua Soriano/Camino Antonino en dirección a Aldeahuela para luego desviarnos por una pista que atravesando un bonito hayedo nos lleva hasta la carretera del P.N. del Moncayo. En esta pista veréis varios carteles alertando de que el camino está cortado, pero es algo que sólo debe preocupar a quien se adentre en coche. Antes de empezar la subida al santuario paramos brevemente en las ruinas del que fuera sanatorio de Agramonte, hoy moribundo y paraíso de grafiteros. El ascenso hasta la ermita es bastante tendido y se puede hacer sin dificultad con plato y piñones medios: primera parte asfaltada, segunda por pista ancha y tramo final hasta el santuario y el bar por sendero pedregoso que están acondicionando. Vistas de impresión y frondosos y variados bosques en el P.N.

Desde ese punto comenzamos un largo y rápido descenso, primero, por carretera comarcal hasta Vozmediano y su castillo del siglo XII y luego, siguiendo el curso del río Queiles, por el antes mencionado Camino Natural del Agua Soriano/Camino Antonino hasta Los Fayos, de nuevo en territorio aragonés. Subimos a la presa del Val, que embalsa las aguas de río del mismo nombre y las del Queiles, para disfrutar del gran panorama que ofrece a ambos lados y pedalear por la carreterilla que bordea el pantano hasta el inicio de la senda que nos introduce en el cañón. No volveremos a pisar asfalto hasta llegar a las calles de Ágreda.

La senda del cañón es muy cambiante, con un comienzo sencillo y quizá algo anodino por el pantano de camino al barranco, para más tarde estrecharse y acercarse al río y circular por parajes de gran belleza. El Val baja con agua y tenemos que vadearlo justo al adentrarnos en una chopera; es el único paso que no dispone de puentecillo. Unos metros más adelante se ha desparramado por el sendero y durante unos cien metros aproximadamente caminamos con agua por encima de la espinilla hasta encontrar el punto en el que regresa a su cauce natural. Seguimos por el sendero cruzando el bosque, pasamos un puente de madera y llegamos a la zona de la cascada del Pozo de las Truchas, a la que subimos andando. Un sitio espectacular (dispone de merendero) en donde conviene hacer un alto para recrearse.

Desde la cascada hay que subir a tierras más altas, lo que supone salvar un tramo de escalones para senderistas y después bajar una rampa con bastante pendiente pero de apenas unos pocos metros. Continuamos por el sendero hasta otro tramo de escalones, mucho más corto, para enlazar con la pista que sube a la carretera de Ágreda, que dejamos a un lado para regresar al pueblo por otra pista que muere en la antigua puerta islámica.

Ruta muy recomendable.