Aguas Blancas, Toboganes, Blancares, Cortijo la Tosquilla, Sierra de Los Alacranes, Aguas Blancas.

Desde la carretera del Tocón, comienza esta ruta, peleona, sufrida, cómoda y super técnica. Tiene de todo. Naturaleza amable y salvaje, colores otoñales llenos de belleza, rebaños de ovejas guardados solo por fieles mastines, vacas vagando libremente por el monte, cortijos que viven la pena del olvido y del abandono, así como las labores que sustentaban a sus moradores. Parece que aquí el tiempo hace muchos años que quedó dormido y se detuvo.

Voy ascendiendo el curso del Aguas Blancas bajo un cielo encapotado y plomizo a la vez que saboreo las bellas imagenes que proyectan los colores otoñales. Puede llover, o abrir, no me preocupa,.. he venido a disfrutar de la madre naturaleza y de esta maravilla.

Casi sin darme cuenta, estoy cogiendo el desvío que nos lleva al Barranco del Llano del Pino y los Toboganes. Este tramo del barranco encajonado, es un columpio en un constante sube-baja que nos hace disfrutar como enanos hasta llegar nuevamente al carril de la mañana.

En el desvío del Aguas Blancas giramos a nuestra izquierda para subir a los Blancares y continuar por el carril de La Venta a Fuente Alta.

Fuente Alta, es un lugar apacible, encantador, bucólico donde pasar sin aguar de su fuente es un sacrilegio.

Desandamos cuatrocientos metros del camino desde la fuente , y abandonamos el carril principal a nuestra izquierda en subida hacia el Collado de Los Inquisidores y superado este en bajada a la Majada del Quejigo. En la bajada daremos con un portillo para el ganado, y en sus inmediaciones el desvío del Cortijo del Fraile.

Continuaremos bajando hasta dar con otro portillo en las cercanías del Cortijo La Tosquilla. Situado en la falda del Cerro de Los Inquisidores, en la cara sur, con unas vistas magnificas y un inmenso nogal en sus inmediaciones. Quiero imaginar como vivían sus moradores, y siento dolor ver su estado de abandono y ruina.

Pasado el Cortijo, el carril se va diluyendo y perdiendo. La vegetación se apodera de él. Llegaremos a una bifurcación donde a derecha e izquierda, ya no existe el carril. Es una senda campo a través. A la izquierda se adentra en la falda de Peña Bermeja. A la derecha (la que seguimos) es la vereda del Pinchal (no se, si realmente se llama así, o mi vecino Fernan2g, autor de la misma, la ha bautizado así. Gracias Fernando por todo lo que descubres y aportas). La vereda como tal, casi no existe ya. La vegetación y el abandono de los cortijos trae consigo que no se transita. Pasar este tramo ha sido una tortura. Los arbustos espinosos, aulagas, chaparrillos y demás vegetación, son como espadas y cuchillos que te afeitan las piernas y te agujerean la ropa sin piedad ni compasión.

Pasado el tramo de calvario, pasamos el Arroyo del Tocón y seguir por el carril de la Cañada de Huetor Santillan a Guejar Sierra, el cual abandonaremos en el Collado de Los Lastonares, y coger la vereda del mismo nombre Esta vereda a diferencia de la del Pinchal, esta limpia en gran parte de la misma, salvo el tramo de paso del cortafuegos al Barranco de Prado Payoyo, donde retomamos el carril del cortijo de Los Alacranes. El mencionado carril lo abandonaremos a nuestra izquierda hacia la Loma de Las Cabras campo a través entre pinares. Desde esta Loma contemplaremos unas vistas ¡¡¡panorámicas excelentes, majestuosas, emblemáticas!!!

Hasta aquí, todo ha sido MTB en su máxima expresión, pero la cosa no termina aquí. Diría (diría no. Digo que viene lo mejor del día)....

La vereda de los Pinares de los Alacranes....la Vereda es muy técnica. Conforme va bajando hacia el encuentro con el Río Aguas Blancas se va retorciendo por el barranco. Hay tramos que se hacen sobre la montura, pero son muchos más, los que la bajada de peana es incuestionable salvo que nos expongamos a lo peor, y si digo lo peor es ¡¡¡LO PEOR!!!.

La vista de la carretera a vista de pájaro en el fondo, la profundidad del río, el rumor del agua, la frondosidad en su cauce, la vegetación
cerrada e intensa...todo esto es lo que vivimos conforme descendemos hasta llegar a la base del Aguas Blancas y vadearlo mediante un rustico árbol caído que hace las veces de puente, y saltar a la carretera para volver a la "civilización".

Sabía de esta vereda, de su existencia, pero no de su intensidad y belleza. Es mágica!!!!

Enhorabuena Fernan2g por tu ¡¡¡¡MILENARIA!!!!