Alcalá del Júcar - Embalse de tolosa - Las Rochas - Tranco del lobo - casas del conde - La Gila - Casas del cerro -

Hacía tiempo que llevábamos detrás de esta ruta, casi un año diciendo que teníamos que venir por esta zona tan espectacular de nuestra vecina región de Albacete. Hoy todo el grupo al completo hemos salido de Jumilla, aún de noche, dirección a Alcalá del Júcar. Sobre la nueve comenzamos desde el aparcamiento del municipio por la carretera que nos lleva a lo alto del pueblo con unas vistas preciosas de las hoces del Júcar, tras una breve visita al castillo y una bajada callejeando por el pueblo llegamos otra vez junto a río y comenzamos de verdad la ruta.
Al principio seguimos el curso río abajo por un camino en muy buen estado hasta el puente del embalse de Tolosa, una pequeña aldea en las orillas del lago, bonito lugar con un pequeño hotelito rural. Justo aquí dejamos el camino y seguimos una senda, bien marcada pero bastante técnica en algunos momentos, que nos obligan a echar el pié a tierra de vez en cuando, pero a merecido la pena pues nuestro compañero Diego ha disfrutado de lo lindo en este tramo. Después de varios km de senda llegamos a las casas de las rochas donde de nuevo cogemos un camino, primero de asfalto siempre junto al río y dentro del gran cañón hasta llegar al camino del Tranco del lobo. Ya nos habían advertido de las fuertes pendientes hasta llegar arriba, pero con el ritmo adecuado no hay cuesta que se nos resista. Una vez arriba y por pista llana y buen estado llegamos a las casas del conde, y unos km más delante y sin apenas darnos cuenta llegamos a la aldea La Gila con un curioso depósito de agua en alto.
Al salir de la aldea cogemos de nuevo otra senda que va bordeando la parte alta del cañón con vistas espectaculares del cañón y a la vez un tanto peligrosas por las fuertes caídas que se pueden producir en cualquier despiste. Así que siguiendo la senda llegamos a un mirador de las casas del cerro donde tenemos ya unas vista impresionantes y preciosas de Alcalá del Júcar desde lo alto de enfrente del cañón. La altura es considerable desde aquí y la senda que nos baja hasta abajo nos deja con un nudo en la garganta al ver que por ahí teníamos que bajar. Después nos damos cuenta que no es para tanto, pues con unos ziszas muy cómodos todos hemos bajado sin problema.
Final de ruta después de unos 37 km que hemos disfrutado de principio a fin, solo nos quedaba la comida en un restaurante, momento de risas y de comentar la ruta. Buena ruta y especial compañía de estos buenos amigos. Un placer de nuevo compartir una ruta aventurera con estos tíos.
Hasta la próxima....