Allepuz-Camino de los Pilones-Villarroya de los Pinares-Ruta 13 del CBTTM. 14-ABR-2022

Primera parte de la ruta por el Camino de los Pilones hasta Villarroya. Segunda, siguiendo la ruta 13 del Centro BTT del Maestrazgo. Parajes austeros por parameras venteadas, un pueblo de interés, pistas de claro trazado, una corta senda bien definida y zonas de campo a través. Un valle fluvial, Sollavientos, pinares y Sabinas rastreras inolvidables.
Iniciamos la ruta desde la zona de la báscula de Allepuz, a la salida del pueblo hacia el Puerto de Sollavientos, lugar de fácil aparcamiento de autos. Subimos por una pista muy empinada con tramos pedregosos hasta el Peirón de San Cristóbal, hito desde el que se domina el camino que vamos a seguir: el Camino de los Pilones, declarado BIC (Bien de Interés Cultural), que lleva hasta el pueblo de Villarroya de los Pinares. Este camino está jalonado por una serie de monumentales hitos cilíndricos de 2 m de alto para que los caminantes no se extravíen en estos páramos con meteorología adversa. El camino empieza siendo una pista fácil y amplia con buena señalización moderna. No tiene pérdida. Durante más de 2 km llaneamos y luego bajamos por la pista hasta llegar a cruzar el Barranco de Fuenmayor, sin agua. En este punto hay un abrevadero que sirve de referencia clara. Dejamos la pista que sigue a la izquierda y tomamos el camino que se convierte en senda estrecha. Un pilón más arriba confirma el buen camino. Los dos días anteriores ha estado lloviendo y lo que era una senda entretenida se ha convertido en un barrizal imposible. La arcilla pegajosa se adhiere a las ruedas y las bloquea de tal manera que es necesario desmontar y desbarrar. Ceremonia lenta y compleja. A partir de ahí tuvimos que subir (unos 600 m) con la bici al hombro hasta la parte alta en la que dominan las piedras y el barro ya no es tan pegajoso. Continuamos por el camino, ahora llano; 1 km más adelante comienza una bajada con tramos pedregosos y dificultad añadida hasta llegar a un arroyo canalizado que surte a un aserradero. Desde ahí se baja a la carretera, junto al Barranco de las Pavías. Circulamos cien metros por la carretera y tomamos a la derecha un sendero de piedras hacia el cauce del barranco, luego subimos por sendero para andarines hasta llegar al pueblo de Villarroya de los Pinares, bien emplazado entre pliegues rocosos en el curso del río Guadalope. Desde el inicio hemos recorrido 8 km.
Comienza la segunda parte que consiste en seguir las indicaciones de la ruta 13 del Centro BTT del Maestrazgo. En la descripción de la ruta la califican de muy difícil y así la consideramos aquí. La mayor dificultad consiste en algunas rampas empinadas y en seguir tramos campo a través en los que solo de vez en cuando aparecen puntos de referencia como puntos rojos, hitos de piedras o postes indicadores. Aconsejable llevar la ruta en gps o teléfono.
Desde Villarroya seguimos los buenos postes indicadores y las marcas en los árboles que bordean el curso del río Guadalope hacia su nacimiento. Hay alamedas extraordinarias y un camino que a veces es pista, otras sendero y otras divaga entre las piedras. Más de 4 km seguimos el río y después subimos hacia la Sierra de Sollavientos por pistas bien embarradas, pero sin la arcilla pegajosa del principio. Hay una generosa fuente y amplios panoramas de la sierra con algunas masías abandonadas. Cañadas y majadas se fatigan hasta llegar a un alto en el que se deja la pista para tomar un sendero, el camino de Gúdar a Fortanete, bien indicado, que baja hacia el valle de Sollavientos. Cruzamos la carretera y bordeamos una masía habitada, Mas de Capellanía, desde donde subimos hacia la ermita de Santa Isabel. Sin llegar a ella bajamos al río Sollavientos, lo cruzamos por un puente precario y luego subimos para llegar a un enlace con otra ruta, la número 12, que dejamos a la derecha. Aquí comienza una sucesión de laderas con Sabinas rastreras que son en sí mismas un monumento vegetal. El camino a veces se pierde y hay que ir atentos a los puntos rojos de señalización o los postes que indican. El trabajo que han hecho los del Centro BTT es impresionante por la dificultad de marcar en terrenos tan poco adecuados.
Se llega luego a una zona de pinares con pistas más transitadas y postes indicadores de varias rutas del Trail Running Center de Allepuz, la R3 y R4. Más adelante bajamos por un sendero bastante abrupto y entretenido, la Senda Balsaín, un descenso de 2 km muy ameno y lo más enduro de toda la ruta. Acabada la senda la pista se dirige a Allepuz, pero no seguimos las indicaciones de la ruta 13 sino otra senda, la Etnobotánica de Allepuz, marcada con buenos indicadores. Es una ruta para ir a pie, con paneles indicadores en modo didáctico, que sugieren explicaciones del paraje con detalles de antropología, botánica y geología. Muy entretenida, para disfrute de curiosos y estudiosos de terrenos ricos en culturas y tradiciones y una reflexión sobre el modo de aprovechar recursos hídricos siempre escasos. Para interesados en el ciclismo en exclusiva es mejor seguir la ruta 13.
Se llega así al río Sollavientos, lo cruzamos por un sobrio puente y subimos al pueblo, visitando el lavadero, estructura singular. Un poco más arriba llegamos a la carretera que recorremos hasta el final del pueblo en donde hemos aparcado.