Andavías, Almendra, El Campillo, Muelas, Zamora.
near Andavias, Castilla y León (España)
Viewed 447 times, downloaded 1 times
Itinerary description
(ADVERTENCIA: se necesitan un par de horas para leer esta breve crónica, dedicada hoy a Antonio, Euge y Javier que van a hacer una locura preciosa y a Generoso, patrocinador de Lagartija de Maluca que ya es finalista del campeonato de España -buscad, buscad-). Venga, ahí va.
Puede que suene pretencioso, pero estoy orgulloso de la ruta de hoy. Ha sido bastante más dura de lo que en un principio pudiera parecer, porque he tenido que ir a un ritmo muy alto (alto para mi cuerpecillo, claro. A lo mejor para otros es una m...) para llegar antes de que se hiciera de noche y porque el viento ha sido mi desagradable compañero de viaje durante más de la mitad del recorrido. El cocido de Nines y Manolita me dio suficientes energías para no tener que parar más que una vez a comer un plátano (y más por precaución que por necesidad). Hasta cerca de El Campillo, el recorrido es de caminos de concentración anchos y rectos (no tan llanos, sin embargo, como pudiera parecer). Después hay una zona muy bonita de jaras y encinas que no conocía. En la zona, nada más pasar el Arroyo de las Fuentes (km. 15,5) me encontré con un par de paseantes con perros que me advirtieron "te va a costar subir la cuesta". Pensaba que se referían a la que venía a continuación, pero no, era otra (km 16-17) tremenda que parecía que no acaba nunca. Una piedra casi me tira al suelo, pero pude continuar y llegar a la cima más o menos entero. El viento me seguía incordiando, pero ya estaba más cerca de mi primer objetivo: Muelas del Pan. Un zorro preparado para el invierno (súper peludo) cruzó delante de mí: precioso. Pero pocas distracciones más iba a encontrar y la llegada a Muelas me parecía eterna. Por fin avisté el pueblo y giré para encontrar el camino que he descubierto hace poco. Era fácil y el viento no molestaba. Una paradita a enseñar el pajarito entre unos matorrales y seguimos. A partir del km. 31 el camino pasó a ser un sendero estrecho de unos 40 cm. que va entre las jaras y los alambres de espinos de una finca colindante: precioso. Unos caballos, unas perdices y… un enganchón en una jara que estuvo a punto de tirarme contra la alambrada mientras bajaba. Después pie a tierra para bajar un terraplén tremendo, un poco de barro y otras tres rampas encadenadas y muy duras que me hicieron jadear de lo lindo. Una vez en la cima ya estaba casi en casa. Quedaba la bajada por el arroyo de los molinos (km. 37,5) divertidísima y peligrosa por la poca luz que quedaba ya. Estaba en casa. Un bañito relajante, algo de comer y al sofá ¿se puede pedir más? NO.
Puede que suene pretencioso, pero estoy orgulloso de la ruta de hoy. Ha sido bastante más dura de lo que en un principio pudiera parecer, porque he tenido que ir a un ritmo muy alto (alto para mi cuerpecillo, claro. A lo mejor para otros es una m...) para llegar antes de que se hiciera de noche y porque el viento ha sido mi desagradable compañero de viaje durante más de la mitad del recorrido. El cocido de Nines y Manolita me dio suficientes energías para no tener que parar más que una vez a comer un plátano (y más por precaución que por necesidad). Hasta cerca de El Campillo, el recorrido es de caminos de concentración anchos y rectos (no tan llanos, sin embargo, como pudiera parecer). Después hay una zona muy bonita de jaras y encinas que no conocía. En la zona, nada más pasar el Arroyo de las Fuentes (km. 15,5) me encontré con un par de paseantes con perros que me advirtieron "te va a costar subir la cuesta". Pensaba que se referían a la que venía a continuación, pero no, era otra (km 16-17) tremenda que parecía que no acaba nunca. Una piedra casi me tira al suelo, pero pude continuar y llegar a la cima más o menos entero. El viento me seguía incordiando, pero ya estaba más cerca de mi primer objetivo: Muelas del Pan. Un zorro preparado para el invierno (súper peludo) cruzó delante de mí: precioso. Pero pocas distracciones más iba a encontrar y la llegada a Muelas me parecía eterna. Por fin avisté el pueblo y giré para encontrar el camino que he descubierto hace poco. Era fácil y el viento no molestaba. Una paradita a enseñar el pajarito entre unos matorrales y seguimos. A partir del km. 31 el camino pasó a ser un sendero estrecho de unos 40 cm. que va entre las jaras y los alambres de espinos de una finca colindante: precioso. Unos caballos, unas perdices y… un enganchón en una jara que estuvo a punto de tirarme contra la alambrada mientras bajaba. Después pie a tierra para bajar un terraplén tremendo, un poco de barro y otras tres rampas encadenadas y muy duras que me hicieron jadear de lo lindo. Una vez en la cima ya estaba casi en casa. Quedaba la bajada por el arroyo de los molinos (km. 37,5) divertidísima y peligrosa por la poca luz que quedaba ya. Estaba en casa. Un bañito relajante, algo de comer y al sofá ¿se puede pedir más? NO.
You can add a comment or review this trail
Comments