Andavías, los Cabriles, Santa Eufemia del Barco, Manzanal. Palacios del Pan, Palomares, sendero de la cárcel, Zamora.

Pues hoy vamos con un análisis DAFO, que es lo mejor para las crónicas modernas. Debilidades: pues lógicamente mis piernículas. Tengo las piernas débiles, así que no se habían recuperado del todo de la última salida. Ya me lo puso el Garmin: "descansa 52 horas". También la comida. Hoy Nines me ha debido dar arsénico (pobre, es broma) y me ha costado mucho digerirlo. He ido casi hasta el final como los policías Hernández y Fernández tras tomarse una aspirina falsa en "Tintín en el País del Oro Negro" Bruup. Amenazas: aquí tenemos los posibles ataques de perros (que hoy se han portado bien) y las caídas (una muy tonta a 0 por hora en el sendero de la cárcel). Fortalezas: lógicamente el Manolón es ahora mismo mi principal fortaleza, que me da seguridad y confianza. La otra es mi constancia, que hace que no me rinda con facilidad. Cabezón que es uno. Y Oportunidades: salir en bici te da la oportunidad de disfrutar de paisajes preciosos y de conocer lugares que de otra forma no visitaría (además de la flora y la fauna, claro). Y ya después de esto me voy a tomar la pastilla... El día ha estado muy bien para la bici (algo caluroso, pero estupendo en todo lo demás) y la ruta es una que hice hace justo un año. Es de lo mejor que se puede hacer por la zona. Empieza en Andavías hacia los Cabriles. Me costaba pedalear, así que la subida a los aerogeneradores con calma. Después de pasar por debajo de los 14 (creo) de este lado del embalse, llega una bajada muy pedregosa que acaba en la vía. Todo estupendo. Crucé el viaducto con las dificultades propias de las piedras de la vía pero sin que el tren hiciera acto de presencia y giré a la derecha para subir una rampa potente hasta la base de los molinos del otro lado. Desde allí se puede ver todo el embalse, que hace un par de meses estaba prácticamente vacío y ahora está a rebosar. Luego otra bajada y otra subida para plantarme en Santa Eufemia del Barco en el km.14. Siguiente parada: Manzanal del Barco. Tras unas cuantas subidas y bajadas (km 15 al 20, aprox.) Llegué al pueblo y giré hacia el embalse. Pasé por el puente viejo que se han limitado a cortar (podrían dejarlo para peatones y bicis, por ejemplo, pero esto es Zamora...) y salí hacia el encinar del otro lado. Tocaba momento bucólico para descansar a la sombra de una encina y contemplar los abejarucos mientras comía el platanito de rigor. Seguía con mi digestión, blurrpp, pero tenía que comer algo. Lo siguiente era llegar a Palacios del Pan, fácil, y atravesar el embalse por el puente agrícola. Subidita y hacia Palomares, donde hice los rampones sin novedad. Me quedaba el premio: el sendero de la cárcel. Lo disfruté a tope, pues en ese momento se me desatascaron las tuberías. Caídita tonta por no cambiar de piñón a tiempo y enseguida en casa. Me permití el lujo de darme un baño relajante. Como un rey. Y porque no tenía leche de burra, que si no...