Aubért - Vilac - Pista de Salient - Coret de Mont - Coret de Varrados - Plan de Moredo - Bagergue - Camin Reiau

Ruta cien por cien recomendable, a la vez que cien por cien dura, tanto por la distancia como por el desnivel, y algún que otro tramo complicado y en el que se requiere demasiada técnica. Aun así, de las que hicimos en los días que hemos pasado en el Valle de Arán, la más espectacular.
Salimos desde Aubért dirección Vielha, enseguida nos encontraremos un cruce a la izquierda en el que nos saldremos tomando otra carretera que asciende en dirección Vilac. Podemos ir siempre por la misma pero justo en la primera curva a derechas vemos un camino que se irá estrechando y empinando hasta alcanzar la misma carretera 3 curvas más arriba. Seguimos bordeando el pueblo que queda arriba a nuestra izquierda y adentrándonos hacia el arroyo de Salient.
Aquí los porcentajes se suavizan y tras cruzarlo por un puente ya las pendientes se harán más sostenidas y desaparecerá el asfalto. Comienza la pista que asciende entre pinares describiendo zetas una tras otra y ganando altura fácilmente. Tras cruzar 2 veces el barranco de Sabiera la pista se dirigirá hacia otra vertiente llegando a una fuente en sombra donde parar a recargar bidones. Como el día estaba anubado tuvimos que recorrer algún kilómetro más para, más arriba, poder disfrutar las cumbres de los Maladetas y Montcorbison.
Seguiremos ascendiendo serpenteando y disfrutando del trazado de la pista según la vemos desde arriba por la cara de la solana y remontando un repetidor de comunicaciones. La pista avanza hacia la ladera derecha del arroyo de Salient y volvemos a reagrupar en un paso canadiense que nos encontramos ya a 2000 metros de altitud.
A partir de aquí la pista suaviza y se adentra hasta el final rodeando las bordas de Salient. Una cascada preciosa y vertical se cruza en el borde del camino. Es el arroyo de Salient que viene desde arriba. Seguimos un poco más, llegando al Plan des Cards: planicie a más de 2100 metros con un lago precioso, neveros ante nosotros y el Aneto y el macizo de los Maladetas al fondo.
Continuando la ruta, vendrá lo duro, el comienzo del porteo, en el que casi todos tuvimos que echar más de una vez pie a tierra para empujar de las bicis. Eso sí, el esfuerzo tiene su recompensa: al finalizar el porteo, y a 2.250 mts., en el Coret de Mont encontramos las mejores vistas, y ya aprovechamos para tomar un pequeño descanso, disfrutar de las vistas y reponer fuerza con algún plátano y una barrita.
A partir de aquí toca bajada por un sendero GR, con una primera parte echando pie a tierra, sobre todo si uno no tiene la suficiente técnica y no está acostumbrado a estas sendas de bajada más propias de bicis de descenso que de MTB. Eso sí la bajada es tan espectacular, como vertiginosa. Lo mejor ante la duda, bajarse de la bici, y evitar cualquier caída.
Conforme vamos descendiendo, el sendero se va suavizando y desaparecen las piedras. El terreno es hierba apelmazada y con hoyos seguramente provocados por diversos factores, paso de ganado incluido. Hay que dejar rodar la bici y estar atentos para no encajar la rueda de adelante en algún hoyo y salir disparado. Por encima del manillar.
Al llegar a otra cabaña de pastores abajo, llegamos a la pista por la que bajaremos al cruce de la pista de Varrados. Justo en el cruce tenemos el arroyo de Varrados así que paramos y nos refrescamos dentro del agua. Nos quedarán unos 5 km esta vez duros por pista hasta el collado del mismo nombre.
Del collado de Varrados hasta Bagergue, bajada por pista larga y preciosa. Vistas al otro valle con el Plan de Moredo abajo y el arroyo del mismo nombre. Aquí paramos a reagruparnos, pues un compañero había pinchado en la bajada, y ya aprovechamos para tomar unas cervezas en un pequeño bar, pero con una vistas preciosas del valle por el que continuaremos bajando hacia Bagergue, pueblo que el año anterior había recibido el título (y merecido) de uno de los pueblos más bonitos de España, y al que regresaríamos al día siguiente, esta vez con los coches para visitarle y tomarnos unas cervezas.
Desde aquí tomaremos el Camin Reiau hasta Vielha. A la salida del pueblo bajamos unas escaleras y después un sendero estrecho en umbría con pendiente interesante y pedregoso hasta llegar a Unha. Después a Gessa por pista y terminamos por un sendero vertiginoso que desciende a la carretera justo antes de Arties. Lo atravesamos y tomaremos una pista al otro lado del Garona, que termina en un puente que cruza el rio y después un rampón de hormigón que permite alcanzar Garos. Justo a la salida del pueblo parte otro sendero estrecho que desciende brutal hasta el puente de Casarilh. La última parte discurre por la margen derecha ya con senderos estrechos casi siempre, algún paso que dio la sensación de expuesto pero se pasa rápidamente y el final llegando sin darnos casi cuenta a Vielha. Cuidado por el Camin Reiau, que hay algunas bajadas, trialeras y piedras con las que nos podemos llevar algún que otro susto. Nosotros en alguna tuvimos que echar el pie a tierra, en el mejor de los casos, pues otro compañero, fue al suelo, y al llegar a Aubért, le toco pasar por el taller de chapa y pintura.