Aventura P.A.M. Desierto de Gorafe-Trancamulas (Geoparque)

Otra sublime ruta P.A.M., aventura en el mejor de los casos.

Irrepetible e imprescindible, me refiero a irrepetible porque, cuando la terminas el agotamiento es tal que no te crees con capacidad de volver a realizar, y me refiero a imprescindible porque, es de tal belleza y riesgo, tanto físico como emocional, que no te deja indiferente.

Tres objetivos muy concretos en el día de hoy:
1.- Desierto de Gorafe
2.- Trancamulas
3.- Disfrutar de una jornada inolvidable.

Conseguido con creces, no sin grandes dificultades, nos sentimos unos privilegiados haber podido disfrutar de estos salvajes paisajes, inéditos por desconocidos, e inhóspitos por diferentes. El contraste de estos áridos paisajes con el verde inmenso de los llanos sembrados los envuelve el horizonte blanco y majestuoso de Sierra Nevada.
El camino que nos ha llevado hasta los objetivos, nos ha ido dejando rincones y planos dignos de nuestra atención, las dehesas de encinas, la aldea de Los Balcones, cordeles y ramblas, etc.

Datos Técnicos.-

Distancia.- 80,4 kilómetros

Tiempo Total Transcurrido.- 5:46:36
Tiempo en Movimiento.- 4:34:39

Velocidad Media.- 17, 6 km/h

Altura Máxima.- 1.022 metros
Altura Mínima.- 506 metros

Ascenso.- 1.309 metros
Descenso.- 1.290 metros

Recorrido.-

Salimos, como siempre, desde la Biblioteca Pública, a las 8:30 de la mañana, nos dirigimos por Vía Verde al Barranco Águila Roa, coincide con la Colada Real de Lorca, lo seguimos hasta cruzar autovía, continuamos por camino de servicio de la misma, coincide con camino Los Balcones, en realidad es la senda que queremos seguir para llegar más directos, aunque a veces por motivos de ausencia del mismo, no podemos seguirlo. Llegamos al precipicio que forma el cauce del Arroyo del Baúl, hasta aquí el paisaje de encinares, el perfil dominante a nuestra izquierda de la Sierra de baza, aquí en este punto, donde el camino que quiebra, la impresionante cárcava del arroyo nos muestra la hilera blanca de casas cueva adheridas a los vértices del valle, es una imagen impactante. Descendemos, cruzamos el cauce del arroyo, ascendemos una dura subida de camino de piedras y arena sueltas. En lo alto, asomamos al otro lado del balcón, se nos muestra la planicie del terreno, junto a las antiguas escuelas tomamos un respiro, unas fotos y un poco de agua.
Reanudamos el camino, nos dejamos caer dirección norte, al principio entre pinos, nos adentramos en los Pinares de Guadix, unas estampas de encinares y pinos muestran la dehesa en el plano del llano, pronto bajamos y subimos barrancos, tras un ascenso tremendo nos encontramos la imagen dominante del cortijo Olivares, al llegar a lo más alto paramos junto a un monolito copado con una imagen religiosa, aquí nos esperan los más fuertes, tomamos unas fotos. Nada más emprender el camino el llano inmenso, a nuestra izquierda el verde del cereal sirve de tapiz a la majestuosa imagen de Sierra Nevada, blanca impoluta. A nuestra derecha tomamos el camino nos dirige a los límites de los barrancos, pasamos por el cortijo del Trece, aún no sé por qué aquí algunos cortijos se les conoce por números, llegamos al mismo corte del plano, la imagen es impactante, un lujoso edificio de cristal rompe la árida imagen del paisaje. Nos acercamos es una pequeña vivienda de cristal, cortinas blancas, muebles de lujo, los inquilinos, una pareja joven nos saludan y nos comentan el precio por noche. El paisaje se agrieta y serpentea formando una imagen sin igual. Tras unas fotos, comienzan a desaparecer compañeros por una estrecha verea que se pierde entre unos matorrales, la vereda es estrecha, asciende. desciende entre esparto, a veces el mismo vértice de la cárcava, el vértigo me empieza a dominar, no miro a los precipicios que forman los barrancos a ambos lados. Llegamos a la rambla Seca, disfrutamos de la tranquilidad que nos proporciona el lecho, el rocío, a veces hielo, aún permanece en la umbría del suelo, pasamos por la aldea de el Oiivar, desembocamos en el cauce del arroyo del Baúl, lo ascendemos a nuestra derecha. Llegamos a la famosa ruta de Trancamulas, un pequeño sendero se nos insinúa a nuestra izquierda, al principio orillando el lecho del arroyo, pronto comienza a ascender, se va haciendo casi imposible para mí, en mucho trayecto pongo pié al suelo y bicicleta casi al hombro, esto es duro, pero impresionante, el paisaje sigue siendo tremendo, vemos una cabra montesa trepar por la otra orilla del barranco. parece cansada. Ya entre pinos vemos la cima al fondo. alguno de los compañeros se ven copando la cresta, es esfuerzo es tremendo. Llegamos al mirador donde esperan casi todos los componentes del grupo. Ya hemos hecho lo más duro, El camino es plano, llegamos a un cebadero de buitres, no eramos capaces de contar, posiblemente decenas. Salimos a la carretera asfaltada del Baúl, la tomamos a nuestra derecha, hasta llegar al cruce de los Balcones, a nuestra izquierda la tomamos, desde este punto seguimos el camino por donde volvimos.
Buscamos el punto donde tomar una más que ganada cerveza, y para casa.

Ha sido un verdadero placer.
Muchas gracias por enseñarme estos desconocidos paisajes. Gracias P.A.M.

Nos vemos en la próxima ruta.

Diego Salas 21-12-2018