Bajo Aragón histórico D2 Mequinenza-Calaceite

IBP 83

Las nubes han atemperado el ataque del sol durante una etapa larga e interesante de fuerte calor y en la que por los pelos hemos sorteado una de esas violentas tormentas veraniegas.

Partimos de Mequinenza echando un vistazo a las ruinas del pueblo viejo para luego atacar un revirado ascenso por carretera hacia tierras más altas. Pocos kilómetros más adelante nos incorporamos al Camino natural del Ebro, que muere en la carreterilla provincial de acceso a Fayón, para después acercarnos al mirador. Las vistas son amplias y fantásticas. El Ebro abriéndose paso sin contemplaciones y recibiendo las aguas de su tributario el Matarraña, y la imponente visión del campanario de la iglesia del viejo Fayón, cuyo caserío anda ahí sumergido, y de los despojos del castillo medieval colinero.

Descendemos hasta el Matarraña para rodar por su cauce en busca de Nonaspe. Es ésta una bonita ruta que tomamos de OncleXavi, quien además nos actualizó sobre el estado del río (¡gracias, amigo!). El recorrido por el Matarraña era capital en nuestra travesía y conviene enterarse del caudal en la época que se elija para atravesarlo, porque no hay más puente que el de Nonaspe: el resto son pasos de vadeo y vadeos sin paso. Entre las acequias de riego que lo apresan más arriba y la falta de agua, el caudal es raquítico, aunque a la vista de sus anchas avenidas uno diría que el Matarraña es de esos ríos que pasan del todo a la nada. El recorrido es chulo, con trechos muy apacibles y alguna subida dura por sendero pedregoso.

En Nonaspe sustituimos el Matarraña por el Algars y alcanzamos Fabara, que cuenta con mausoleo romano del siglo II, lamentablemente cerrado a pesar de ser laborable y media mañana. Otra vez será. De Fabara a Maella se puede pedalear siguiendo aquel sendero, pero optamos por la carretera para acercarnos al que fuese monasterio trapense de Santa Susana y siglos antes benedictino, que agoniza en abandono desde el fiasco desamortizador de Mendizábal. Maella inicia la larga lista de pueblos y villas de poderío que vendrá a continuación en esta ruta.

Retomamos los senderos ásperos que hacen traquetear la bici y machacar la trasera y cruzando olivar tras olivar avanzamos hasta Calaceite, localidad monumental cuyo nombre, dicen, no deriva del aceite sino que es corrupción del árabe similar a Calatayud: el castillo de Zayd, dizque notable familia que allí se instaló en tiempos.