Bar nuevo herencia, Villacentenos.
near Herencia, Castilla-La Mancha (España)
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Bar nuevo herencia, Villacentenos.
Villacentenos.
La Reconquista
Posteriormente volvemos a tener datos sobre este lugar en el momento histórico en el que los árabes tenían dominado Al-Andalus y, posteriormente, durante la Reconquista cuando esta comarca pasara a manos cristianas. La primera noticia que se tiene de esta fortificación es en 1150, cuando el rey Alfonso VII dona Alcázar a Fernando Gonçálvez, Pedro Rodríguez y a Juan Muñiz, en la que se cita a Villacentenos. En 1162, el avance cristiano retrocede en la zona por causa del avance almohade, hasta que en 1173 una tregua entre los bandos contendientes favorece la pacificación de estos territorios.
Treinta y tres años más tarde, el rey Alfonso VII concedió estos mismos territorios a la Orden de San Juan. Dicha orden se ocuparía, desde entonces, de potenciar la repoblación de estos territorios.
Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), con la victoria cristiana, se alejó definitivamente el peligro musulmán en esta zona y dio paso a una recuperación de la población de nuestra comarca, con la aparición de nuevas localidades.
Sin embargo, en Villacentenos ocurre justo lo contrario: la llegada de una etapa de paz, tras la Reconquista, y la aparición de nuevas localidades consiguió una primera despoblación casi total del lugar.
En 1215, Enrique I confirma la cesión a la Orden de San Juan de las fortalezas y torres de Peñarroya, Villacentenos y Ruidera, siendo entonces Prior de la Orden Frey Montesinos. Además concedió el permiso para que cada uno de estos castillos tuviera una dehesa. El monarca dispuso que los freires sanjuanista cobraran cinco carneros de cada rebaño de ovejas que entrasen en esas dehesas.
Despoblación y abandono
La realidad es que, en el siglo XIII, casi toda la población de Villacentenos y su castillo abandonaron este paraje. ¿Por qué?
Quizá a causa de pestes o epidemias (por ser un poblamiento junto a las aguas de los ríos Guadiana y Záncara que en las pasadas décadas bélicas se habían convertido en espacios insalubres) o, quizá, simplemente la población se marchó para adquirir las ventajas que recibían en las nuevas poblaciones que se iban formando (Herencia, Alcázar, Arenas, Villarta, …).
Sin embargo, hasta los propios priores de la Orden de San Juan no veían con buenos ojos que un lugar que había sido tan estratégico en la línea militar para conseguir los objetivos de la Reconquista en la Mancha ahora quedara totalmente deshabitado. Incluso, la fortaleza que había ayudado a la línea defensiva contra los árabes, se había habilitado como Iglesia, donde los señores de la Orden escuchaban misa habitualmente. Hay que recordar que una forma de intentar consolidar los lugares recién conquistados era repoblarlos y concederles una importancia religiosa a través de las iglesias que se iban fundando o reconstruyendo.
En este papel hay que destacar al Arzobispo de Toledo Don Rodrigo Ximénez de Rada que, durante su mandato (1209-1247) visitó incansable todas las nuevas localizaciones para afianzar el poder religioso en la comarca.
Para fomentar la importancia de este lugar, la iglesia existente en el lugar fue declarada Parroquia en año 1281, y en ella escuchaban misa –de vez en cuando- el Príncipe Sancho (futuro Sancho IV) que pasaba largas temporadas en el castillo de Cervera, que era su lugar de recreo.
Así, en 1292, cuando se concedió el título de villa para Alcázar de San Juan, se intenta hacer resurgir un nuevo pueblo en Villacententos. Para esto, los habitantes de Alcázar tendrían que poblar el lugar con 50 pobladores repartiendo a cada uno tierra con dos yuntas de bueyes o para una en el caso de que no pudiese disponer de más. Ninguno de ellos podía proceder del término de Consuegra, seguramente para no mermar el potencial humano los ingresos de otras posesiones sanjuanistas. Villacentenos se debería de haber convertido así en una aldea dependiente de Alcázar, pero la realidad es que esta nueva refundación no se llegó a producir y el lugar de Villacentenos inició así su particular odisea marcada por nuevos misterios y enigmas.
Los priores de la Orden de San Juan quisieron en estos siglos que Villacentenos mantuviera una importancia en el nuevo orden geográfico que se estaba desarrollando en España tras la Reconquista.
Pero todos estos intentos fracasaron.
Villacentenos.
La Reconquista
Posteriormente volvemos a tener datos sobre este lugar en el momento histórico en el que los árabes tenían dominado Al-Andalus y, posteriormente, durante la Reconquista cuando esta comarca pasara a manos cristianas. La primera noticia que se tiene de esta fortificación es en 1150, cuando el rey Alfonso VII dona Alcázar a Fernando Gonçálvez, Pedro Rodríguez y a Juan Muñiz, en la que se cita a Villacentenos. En 1162, el avance cristiano retrocede en la zona por causa del avance almohade, hasta que en 1173 una tregua entre los bandos contendientes favorece la pacificación de estos territorios.
Treinta y tres años más tarde, el rey Alfonso VII concedió estos mismos territorios a la Orden de San Juan. Dicha orden se ocuparía, desde entonces, de potenciar la repoblación de estos territorios.
Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), con la victoria cristiana, se alejó definitivamente el peligro musulmán en esta zona y dio paso a una recuperación de la población de nuestra comarca, con la aparición de nuevas localidades.
Sin embargo, en Villacentenos ocurre justo lo contrario: la llegada de una etapa de paz, tras la Reconquista, y la aparición de nuevas localidades consiguió una primera despoblación casi total del lugar.
En 1215, Enrique I confirma la cesión a la Orden de San Juan de las fortalezas y torres de Peñarroya, Villacentenos y Ruidera, siendo entonces Prior de la Orden Frey Montesinos. Además concedió el permiso para que cada uno de estos castillos tuviera una dehesa. El monarca dispuso que los freires sanjuanista cobraran cinco carneros de cada rebaño de ovejas que entrasen en esas dehesas.
Despoblación y abandono
La realidad es que, en el siglo XIII, casi toda la población de Villacentenos y su castillo abandonaron este paraje. ¿Por qué?
Quizá a causa de pestes o epidemias (por ser un poblamiento junto a las aguas de los ríos Guadiana y Záncara que en las pasadas décadas bélicas se habían convertido en espacios insalubres) o, quizá, simplemente la población se marchó para adquirir las ventajas que recibían en las nuevas poblaciones que se iban formando (Herencia, Alcázar, Arenas, Villarta, …).
Sin embargo, hasta los propios priores de la Orden de San Juan no veían con buenos ojos que un lugar que había sido tan estratégico en la línea militar para conseguir los objetivos de la Reconquista en la Mancha ahora quedara totalmente deshabitado. Incluso, la fortaleza que había ayudado a la línea defensiva contra los árabes, se había habilitado como Iglesia, donde los señores de la Orden escuchaban misa habitualmente. Hay que recordar que una forma de intentar consolidar los lugares recién conquistados era repoblarlos y concederles una importancia religiosa a través de las iglesias que se iban fundando o reconstruyendo.
En este papel hay que destacar al Arzobispo de Toledo Don Rodrigo Ximénez de Rada que, durante su mandato (1209-1247) visitó incansable todas las nuevas localizaciones para afianzar el poder religioso en la comarca.
Para fomentar la importancia de este lugar, la iglesia existente en el lugar fue declarada Parroquia en año 1281, y en ella escuchaban misa –de vez en cuando- el Príncipe Sancho (futuro Sancho IV) que pasaba largas temporadas en el castillo de Cervera, que era su lugar de recreo.
Así, en 1292, cuando se concedió el título de villa para Alcázar de San Juan, se intenta hacer resurgir un nuevo pueblo en Villacententos. Para esto, los habitantes de Alcázar tendrían que poblar el lugar con 50 pobladores repartiendo a cada uno tierra con dos yuntas de bueyes o para una en el caso de que no pudiese disponer de más. Ninguno de ellos podía proceder del término de Consuegra, seguramente para no mermar el potencial humano los ingresos de otras posesiones sanjuanistas. Villacentenos se debería de haber convertido así en una aldea dependiente de Alcázar, pero la realidad es que esta nueva refundación no se llegó a producir y el lugar de Villacentenos inició así su particular odisea marcada por nuevos misterios y enigmas.
Los priores de la Orden de San Juan quisieron en estos siglos que Villacentenos mantuviera una importancia en el nuevo orden geográfico que se estaba desarrollando en España tras la Reconquista.
Pero todos estos intentos fracasaron.
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Easy to follow
Scenery
Easy
Me ha gustado, ruta tranquila fácil. Lugares emblemáticos de la historia