Beas Caballon Rivera Valverde Arroyo Lapa Embalse Beas

Ruta rompepiernas, de lo mejor que se puede hacer para disfrutar del campo en btt cerca de Huelva, al salir desde Beas. Casi no se tocan pistas gordas, y se recorre paisaje muy variado.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Salida de Beas por campos de olivos, que en esta jornada eran hasta agradables, al estar cubiertos de hierba, al tiempo que acompañaba el tiempo, ..., y los cazadores, como es habitual en la zona.
Afortunadamente, en breve enfilamos el descenso al arroyo Candón, abandonando las pistas y entrando en campo no humanizado.
Tras el breve sendero de bajada al arroyo, lo cruzamos sin mojarnos, y recorremos un tramo junto al mismo, salvando zarzas y jaras como podemos.
Sigue un buen tramo recorriendo pistas menores en zona de explotación forestal, con agradable pinar primero y eucaliptares después, cruzados por algunos arroyos y un mar de jaras.
Cruzamos un par de carreteras y llegamos en breve, por una gran pista entre pinos, al caserío forestal del Pajarito, que dejamos a la izquierda para tomar una rápida bajada hacia el Arroyo de Caballón, que empieza lo bueno.
Tras vadear el arroyo empezamos una serie de toboganes por una pequeña pista entre pinos; rampón para empezar, y cuando crees que has llegado, sube, baja ...
Llegamos a una pista mayor, cerca de Raboconejo, pero no nos hagamo ilusiones, que la abandonamos en seguida para seguir con pistas menores, con tramos muy rotos, y todo rompepiernas con paisaje variado, principalmente monte bajo, algún eucaliptal y alguna zona abierta hoy agradable por la incipiente hierba (foto 1).
Destaca en este tramo, a nivel paisajístico, el Arroyo del Barrancoso, que siempre que hemos pasado va con agua bien clara.
Sigue un tramo de falso llano por una pista nada especial, hasta la carretera de La Palma, que cruzamos para volver a adentrarnos en terreno con poco rastro humano, cubierto de denso pinar, y por el cual vamos a ir buscando las pistas más abandonadas que nos llevarán en constante pero leve ascenso hasta el carril del Manzanito, abandonándolo en breve para tomar la vía más rápida (y menos agradable -pista-) hasta la Rivera de Valverde. Buscamos ahora llegar a Valverde por la vía rápida para hacer algo de kilómetros sin que se nos haga muy tarde, mientras seguimos con un constante sube y baja, ahora cruzando varias riveras y alternando el bosque mediterráneo con dehesas (foto 2).
Desde Valverde buscamos una pista usada ya varias veces para dirigirnos al Arroyo del Brucio, primero entre granjas, luego por dehesas, y finalmente entre muros hasta volver a eucaliptal, ahora recién levantado.
Entre lomas arrasadas llegamos al citado arroyo, por el que rodamos entre cantos y vadeos, olvidando rápidamente el intervenido tramo anterior. Lástima que dura poco este arroyo ciclable, que nos deja en la amplia pista que va desde Venta Vaquero a La Florida.
Aunque de nuevo nos desviamos en breve para buscar el Arroyo de la Lapa, que vadeamos, para luego abandonarlo mientras subimos junto a una antigua pequeña mina, para después de una casa volver al arroyo.
Por falta de tiempo, accedemos ahora al arroyo casi al final del mismo, a pesar de perdernos por ello su agradable poza con cascada. Nos conformamos con alguna menor (fotos 3 y 4).
Rápidamente recorremos la vereda que junto al arroyo lleva hasta su desembocadura en el Arroyo del Castaño, vadeando ambos para tomar la vía más directa a la zona de los embalses de Beas (Valle Juncal); una cuestaca tremenda de 600 m de longitud al 12% de media, en terreno algo roto, y con lo más duro al principio.
Luego seguiremos remontando un rato, mas tendido aunque se hace algo pesado, hasta llegar a una de las grandes pistas de la zona de pinares que rodean los embalses de Beas, accediendo en breve al mayor de ellos, por uno de los mejores senderos de Huelva, aunque algo breve.
En el primer tramo, bajo denso pinar, volamos entre pequeñas curvas y suelo mojado, en un flow con algo de pedaleo en algunos puntos. Al cruzar un arroyo pasamos a la solana, cambiando los pinos por monte bajo, quedando algunas rocas al aire que vamos salvando a media ladera al tiempo que aparece el cauce del Embalse de Beas a nuestra izquierda.
Lo cruzamos por un puente para afrontar una nueva subida ya clásica, porque no se olvida debido al duro tramo inicial, bastante roto.
Terminada esta subida pasó lo peor del día, y nos queda medio llanear entre eucaliptos primero, naranjales después y olivos finalmente, para llegar a la pista del Dólmen del Labradillo. Hacemos de tripas corazón, pasamos con más pena que gloria la dura rampa que hay tras cruzar el Arroyo Candón de nuevo, y tomamos el desvío final a Beas, entre dehesas y campos de cultivos.

73 km y 1.575 m de desnivel, que no está nada mal para sólo haber oscilado entre 67 y 308 m sobre el nivel del mar (definición literal de rompepiernas)