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Bedmar-C.Fresneda-Albanchez-Pto.Mata-C.Aguadero-Bdm

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Trail stats

Distance
35.63 mi
Elevation gain
6,670 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
6,575 ft
Max elevation
5,369 ft
TrailRank 
56 5
Min elevation
1,565 ft
Trail type
One Way
Time
5 hours 50 minutes
Coordinates
7738
Uploaded
June 24, 2019
Recorded
June 2019
  • Rating

  •   5 1 review
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3 comments
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near Bedmar, Andalucía (España)

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Itinerary description

Sábado 22 de junio de 2019.

Como todo el mundo sabe (supongo), la fiesta del jueves del Corpus Christi, otrora uno de los jueves que brillaban más que el sol, se ha pasado al domingo siguiente. En mi pueblo, Bedmar, se celebra bastante esta fiesta y se hace una bonita procesión por las calles, así que mi Sra. y yo nos hemos ido allí a pasar el fin de semana y asistir a tan magno evento. He aprovechado para llevarme la bici y dar un garbeo recorriendo los extraordinarios paisajes que tiene nuestra Sierra Mágina.

No quiero que se me haga tarde, por lo que a eso de las 6:50 de la mañana ya me encuentro montado en la bici, dándole a los pedales. Hace fresco, unos 15 grados, que sumados a la velocidad, hacen que eche de menos un cortavientos, pero es cuestión de aguantar como sea los primeros 3 km., que son cuesta abajo, porque después ya no me hará falta nada, y me sobrará todo.

Me voy para la Ermita de Cuadros, y desde allí tiro por el Camino de la Fresneda, que como es mundialmente conocido (jeje), comienza con una subidilla endemoniada por pista de poco menos de 1 kilómetro, pero en la que no te puedes levantar ni un momento del sillín, porque el mal estado de la misma y la fuerte pendiente te harían descarrilar en menos de una décima de segundo. La rueda delantera se levanta a cada pedalada y ya a esa hora me casca el sol por detrás y algunas moscas madrugadoras se pegan a mi cabeza, a mis brazos, a mis piernas y a mis gafas, sabiendo que no puedo soltar las manos del manillar porque corro el peligro de darme una costalada, así que no queda más remedio que apretar las nalgas, tirar fuerte de las empuñaduras y aguantar estos poco más de diez minutillos como se pueda.
Conforme voy acercándome a Albanchez, llego hasta su Río y cuando estoy abajo del todo miro para arriba y veo el pueblo pequeño y blanco encima de mí, encaramado en la ladera del Cerro Azanaitín, que parece que lo han clavado allí con escarpias, y el puerto de su mismo nombre que parte desde el pueblo hasta 5 o 6 kms. más arriba. Me dan ganas de llorar, pero es lo que hay. Veo en la distancia como el camino sube zigzagueando por la montaña, escalando penosamente de curva en curva hasta lo más alto, donde ya comienza la bajada hasta Torres, y por momentos pienso que quizás me debería haber dedicado a otros deportes como el Dominó, pero ya no tengo solución y debo llegar hasta arriba como sea. Son unos 600 metros de desnivel positivo de una tacada, sin un minuto de descanso.

¿Sabes lo bueno de llegar hasta el Puerto de Albanchez? No puedes ignorar que estamos en tiempo de cerezas, ¿verdad?, y si has tenido la fuerza (de espíritu y de piernas) suficiente para llegar hasta aquí, estarás en el paraíso de las cerezas. A los lados de la carretera te esperan los cerezos cargados, con sus frutos rojos, gordos, suntuosos, sensuales, casi eróticos pidiendo que te los comas a puñados, como un premio bien merecido al valor de subir desde el Río hasta el Puerto de Albanchez. Pero soy un hombre morigerado y sólo me como unas pocas cerezas, porque si abusas de ellas, las tripas se reblandecen y se licúan y el intestino te puede jugar una mala pasada, teniendo en cuentas la precariedad de nuestro oficio y de los escasos pertrechos que solemos llevar en la mochila. Ya me entiendes.

Bajo el Puerto de Torres y cuando llego a Hondacabras, comienza la subida al Puerto de la Mata. Otro puerto. De nuevo cerezos cargados y dos o tres fuentes para llenar agua. Ese es uno de los puntos fuertes de esta ruta, que tiene al menos 5 pilarillos en los que puede llenar tus botes de agua riquísima y fresca de nuestra Sierra Mágina. Me encanta.
Después del Puerto de la Mata viene el Camino del Caño del Aguadero, donde me paro a llenar agua de nuevo y descansar unos minutos, porque estoy en el punto más alto de la ruta. Las ovejas que me rodean me miran con cara entre asombrada y un poco estúpida, como suelen mirar las ovejas, como pensando lo estúpido de subir hasta allí con un aparato con dos ruedas grandes y sin motor.

Dejo a las ovejas para comenzar una bajada frenética por la pista, larga, tendida, de unos 6 o 7 kms. que acaba en la deliciosa vereda del Pozo de las Lomas. Este sendero tiene unos 2 kms de longitud de lo que los americanos llaman un “single track” con buen firme, y una dificultad moderada, que paso de un tirón sin tener que poner el pie en el suelo en ningún momento (es la primera vez que lo logro). Aunque sólo fuera por disfrutar esta vereda, ya merecería la pena hacer toda esta ruta.

Llego al Barranco de las Adelfas y ya sólo queda una subida de unos dos kilómetros hasta la carretera de Úbeda, y aunque no es una pendiente salvaje, se hace un poco pesada porque es un camino de tierra blanca, polvoriento y calcinado por el sol del medio día que ya me pega con fuerza en la espalda. Hoy llegaremos a los 37 grados de temperatura, y creo que ya estaremos más o menos en ese punto. Pero la verdad es que mis sensaciones son buenas, e incluso adelanto a un tractor que sube la misma cuesta aún más perezoso que yo, lo cual me da un puntito de optimismo.

Hago la llegada al pueblo por una zona llamada “el Pelotar” que es solitaria, seca y fea, llena de piedras sueltas y escombros, y con muchos cristales rotos por todos sitios, sin veredas transitables, en la que creo que sólo los lagartos son capaces de sobrevivir, pero que me despierta grandes emociones y recuerdos que están muy en el fondo del baúl de los recuerdos de mi niñez. Sólo por eso le puede gustar a alguien un paisaje como aquel, aunque no deja de tener su majestad, y el silencio y las inmensas paredes verticales de piedra desnuda de la Sierra de Bedmar imponen un gran respeto.

De vuelta al pueblo me entretengo por algunas de las calles más recónditas de la parte alta. Hasta yo me sorprendo de encontrar alguna plazoleta y algunas calles que no había visitado nunca. Ver para creer.

Llego a mi casa y mi mujer me recibe alegre, como siempre, y sobre todo, como siempre que llego temprano (menos de las 13 horas). Sólo quiere que acabe mi jornada entero y de una pieza. Y como sabe lo que me gusta, me tiene una cerveza muy fría preparada en un vaso que sale congelado del frigorífico. No tengo con qué pagarle.

Os dejo unas foticos para solaz y disfrute del alma.

Comments  (3)

  • Photo of Oscar Upegui
    Oscar Upegui Jun 25, 2019

    Majestuosa ruta la que has realizado, las fotos son sensacionales y ni hablar de esta agradable narración, felicitaciones vicerruiz y gracias por compartir este fabuloso trazado.
    Saludos y a seguir sumando kilómetros acompañados siempre de una excelente crónica.

  • Photo of vicerruiz
    vicerruiz Jun 26, 2019

    Gracias, Oscar. Me hubiera gustado ponera algunas fotos más, pero solo me permite poner 6.

    Por España estamos ahora en el tórrido verano y por mi zona (provincia de Jaén) este fin de semana próximo llegaremos a los 40º en la sombra. En estas condiciones, dar a los pedales con fuerza se hace pesado, pero seguiremos haciendo lo que podamos. Este oficio no es para pusilánimes.

    Visto el verdor de tu tierra, creo que por allí no conocéis estas temperaturas extremas

  • Photo of Oscar Upegui
    Oscar Upegui Sep 20, 2019

    Esas temperaturas tan altas, realmente son una amenaza para hacer deporte, en Colombia hay puntos donde la temperatura alcanza hasta los 42 grados centígrados, sobre todo en las costas o territorios por debajo de los 600 metros sobre el nivel del mar.
    Pedalear en esas zonas es de respeto, yo lo he hecho pero realmente es sumamente peligroso,
    Saludos amigo.

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