BOGARRA, CANUTO, EL BAR DEL PENSIONISTA, EL PADRASTRO, POTOCO, MIGUEL HERNANDEZ, EL CAMINO VIEJO, BOCATA DE TORTILLA FRANCESA

Resulta que a las 07.40 de la mañana en BOGARRA, pueblo de la Sierra del Agua de la provincia de Albacete, tan solo dos cafeterías estaban abiertas; la Fonda y el BAR DEL PENSIONISTA. Como quiera que la Fonda ostenta el record del peor café mañanero que haya degustado en mis cincuenta y un años, estaba claro que tocaría el Pensionista para nuestro desayuno previo a la ruta del día.
Llegados al bar de Pensionista, dos clientes madrugadores y un abuelo tomaban café, el abuelo un chupito de orujo blanco y un vaso de agua. En nuestro caso, tres hombres afortunados, nos encontramos con un buen CAFÉ CON LECHE Y ROSCO DE ANIS y madalena casera respectivamente. Así es como se puede comenzar una buena ruta.
La fuente de la plaza del Cabezuelo con su sinuoso chorro de agua fresca que nunca cesa, llenaría nuestros bidones y así podríamos comenzar una ruta con algo más de 70 kilómetros y más de 2000 METROS DE DESNIVEL. Comenzamos a pedalear camino del BATÁN por la carretera del cementerio (no te asustes que todos los pueblos tienen cementerio).
Hasta las 11.00 deberíamos hacer algo más de 37 kilómetros y así poder hacer una buena parada, almorzar y afrontar la segunda parte de la ruta. Subiríamos a lo alto del PADRASTRO y en una de las bajadas lo haríamos por el CAMINO VIEJO que por cierto, está peor que nunca, que pena. Antes del almuerzo llegaríamos al pueblo por la senda de POTOCO que esta como siempre, casi imposible y menos en mi caso con mi rígida que me hace recordar en estos tramos mi vieja Trigger.
Volveríamos al bar del pensionista donde dariamos cuenta de unos buenos bocadillos, en mi caso de TORTILLA FRANCESA. Al terminar recorreriamos la senda de la acequia camino del Batán como lo haríamos previamente para llegar al pueblo por la senda de las esculturas de la que en esta ocasión, me llamaría la atención una que en principio creía que era Lorca y que tras lo que Fran pudo leer, dedujimos que sería MIGUEL HERNANDEZ.
Terminaríamos la segunda parte de la ruta cargada de cuestas y sendas y llegadas tres horas pasado el Angelus, volveriamos, como no, al bar del Pensionista por tercera vez para degustar unos MICHIRONES al estilo murciano para dar por finalizada la ruta y la mañana de bicicleta.
Como colofón y al no ver al inicio de la ruta al compañero García, lo vimos al finalizarla y hablamos de como nos ha ido estos meses. Preguntamos por CANUTO, ese perrete fiel que siempre le acompaña y allí en la puerta estaba, celoso de su lugar, dueño y forma de ser, el gran CANUTO.
Espero que hayais leido esta historia y os haya gustado.