Bogarra Pura Vida¡¡. El Padrastro, Las Yeguarizas, tres sendas y una rambla. Rutón indispensable. Con videos¡¡¡

Etapa indispensable para los amantes de la bicicleta y de la montaña. El entorno es especial, con preciosas vistas y una conexión estrecha con la naturaleza. Tenemos fuertes subidas en las que derrochar esfuerzo, y llevaderas sendas en las que disfrutar del pilotaje de nuestra máquina. Vertiginosas bajadas, una rambla y la entrada final por la parte alta del pueblo para visitar un poco sus calles. De todo.
Si como es el caso nos acompañas buenos amigos, el disfrute se multiplica. A los pura vida acostumbrados, Joaquín, José, Juan Carlos, Carlos y Juanto, se nos unieron Juan Carlos Faura que ya va siendo asiduo en nuestras salidas y Javier, el primo de José que desde Castellón vino para saborear lo mejor de nuestra sierra. Nutrido grupo de amigos generosos con el esfuerzo el compañerismo y el buen humor, que como siempre hacen que el disfrute se multiplique a cada pedalada.
Temprano salimos buscando las primeras estribaciones del Picayo, pico que vamos dejando a la derecha y que nos regala grandes vistas, con el valle del río Bogarra a la izquierda. Mañana fresquita y nublada con una temperatura idónea para dar pedales. Salvamos las primeras rampas y no tardamos en llegar a nuestra primera senda.

La senda del árbol caído: Así la llamaré pues tenemos un bonito árbol a la derecha del que apenas quedan el tronco y algunas ramas secas, pero que nos ofrece una bonita estampa a nuestro paso. La senda de bajada no tiene mucho desnivel y es de tierra con afloraciones rocosas incómodas en algunos puntos, pero puede hacerse rápida y sin problemas por los ciclistas experimentados en montaña.







Saldremos a un camino que seguiremos a la derecha para iniciar la subida al Padrastro.
Subida larga, con rampas duras en ocasiones y con terreno suelto. Hay que tomárselo con calma y disfrutar de las impresionantes vistas. Llegaremos al cortijo abandonado y nos queda la subida más dura que comienza tras la barrera que corta el camino a vehículos. Esta subida siempre ha sido en pista con terreno suelto y realmente escarpada, todo un reto para el que quisiera hacerla del tirón sin poner el pié.
Lo sigue siendo, aunque algo descafeinada puesto que las rampas más duras han sido cubiertas por hormigón. Así y todo muchos tendrán que bajarse de la bici.
Una vez lleguemos a la cima tendremos unas vistas impresionantes a nuestro alrededor. Gran recompensa a nuestro esfuerzo.
Bajada de nuevo por el mismo sitio hasta el cortijo y seguimos en dirección a Las Yeguarizas.
En seguida tenemos la segunda senda de la etapa.


Bonita senda con preciosas vistas: Merece la pena bajarse en esta senda y disfrutar de las vistas que dejamos a la izquierda. Bajamos por una cresta con tramos con buena inclinación, terreno algo suelto y pasos un poco técnicos. Se hace sin problemas por el ciclista experimentado y son una delicia. Corta, nos sabrá a poco.







Salimos de nuevo al camino que seguimos hasta la senda de Las Yeguarizas.
Senda de Las Yeguarizas: Senda larga y limpia con un primer tramo de subida suave, un tramo medio de bajada con toboganes y curvas en el que disfrutar, y un tramo final con bajada pronunciada con terreno suelto y tramo final por roca, en el que los más técnicos disfrutarán más aún.







Más pista para llegar a las Yeguarizas donde reponer agua en la fuente. Repecho que tras la bajada y las sendas se nos hace duro y llegamos a la rambla.
Rambla del Arroyo del Batán: Rambla un poco incómoda por estar algo sucia de ramas y piñas, por lo que hay que ir atentos y manejar el manillar con cuidado, pero perfectamente ciclable. Apenas sin desnivel y sin peligro.

Salimos de nuevo a la pista y tenemos una buena bajada rápida en la que trazar con cuidado pues se alcanzan buenas velocidades.
Llevamos al desvío del batan y en esta ocasión por falta de tiempo decidimos subirá por pista y entrar a Bogarra por su parte alta, tras pasar una inmejorable jornada de bicicleta que perdurará mucho tiempo en nuestras cabezas. Pura Vida¡¡