Btt Ascenso al Pico San Millan

Ruta muy montañera, pero con porteos garantizados y subidas muy duras. La bajada no es muy difícil técnicamente, para ser por sendas, pero es muy larga por lo que se hace dura.
Es por tanto una ruta ideal para quien, como yo, disfrute de la sensación de hacer casi alpinismo con la bici, ya sea montado sobre ella o no.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Empieza en Pradoluengo, tras comprar un bocata en el Mesón La Pasada, como en otras ocasiones, pues me hará falta.
Tras un primer tramo por pista asfaltada junto al arroyo de Pradoluengo, se alcanza la típica área recreativa de la zona, con un cruce con varias opciones, donde tomamos la pista menos destacada, muy estrecha, entre un tunel de vegetación, y duras pendientes nada más empezar. Meto todos los hierros, que queda mucho (no sabía entonces que seguiría con todo puesto casi hasta arriba del San Millán).
Pasamos de vegetación típica de fondo de valle en la zona, con arbolado mixto y grandes matorrales y escobas, a un pequeño hayedo (foto 1), sin cesar la pendiente, que es dura pero no requiere de pausas ni porteos.
A los primeros pinos se le unen varias revueltas con duras pendientes. Cuando empezaba a pedalear de riñón, atisbo un collado al fondo que promete un descanso para el cuerpo, lo justo para ver que la pequeña pista vira a izquierda y enfila un cortafuegos herboso, que no es demasiado duro para ser tal. A pesar de ello, y sabiendo lo que queda, prefiero regular y hacer medio tramo montado y otro medio empujando. Descanso y otro tramo de ascenso del cortafuegos. Nuevos descanso y ya aparece la tercera rampa, esta sí demoledora y con piedra suelta. Empuja bike de unos 10 minutos, para aparecer ya en la cresta, y ver que hay pistas de acceso por la izquierda, por el valle del Barranco de Pozo Negro. Cota 1.675, y desde el área recreativa me he metido 4,9 km al 12,3% de pendiente media. La sudada ha sido de impresión.
Ahora vamos por cresta, con amplias vistas cuando los pinos lo permiten, y por una buena pista que en este caso se agradece, pues el ascenso parece ahora un paseín.
Tampoco dura mucho, porque conforme se abre el bosquete de pinos entramos en sendero crestero, camino del pico Cabeza Águilez, que nos espera siempre visible con su redondeada cima a 2.030 m sobre el nivel del mar. Voy tomando algunos senderos que atajan a media ladera evitando algunas pequeñas cimas, apenas cabiendo las ruedas entre los bajos arbustos tipo "cojín de monja", arándanos, etc, y salvando pequeñas lajas sin dificultad. Ojo al tomar estos atajos, porque creo que no todos valen para seguir por la cresta, que es lo que buscamos.
En resumen, este cresteo es ciclable y agradable, aunque en el ascenso final a Águilez desmonto a mitad de rampa para que no se me pongan en huelga los pulmones.
Desde la cima de Águilez, y mientras doy cuenta del bocata de jamón con tomate (lo sé, no es lo más apropiado, Pedroesp, pero cómo me supo!!!!!), observo que por el Este también aparenta haber un buen acceso para btt, mientras que por el Oeste aparece al fondo la cima del San Millán, techo de Burgos, amenazante, como debe ser. Entre medias, una cresta con poco desnivel y un pequeño sendero que parece ciclable, pero a saber ...
Tras el primer tramo de descenso, efectivamente doy cuenta de que la primera parte se cicla sin problemas, por la escasa pendiente y buen firme, para ser sendero crestero, aunque en algunos tramos aparecen pequeños canchales o rocas sueltas salvables con algo de habilidad (o en tres pasos de empuja bike, según el gusto de cada uno).
Poco después de salvar un pequeño cerro, empieza el ascenso de verdad, que va ganando pendiente gradualmente, al tiempo que aumentan las rocas sueltas, por lo que paso la bici al hombro quedando unos 700 u 800 metros de distancia para la cima (foto 2, que en este caso mira hacia Águilez y el tramo recorrido sobre la bici).
Tras un corto porteo más o menos cómodo, se llega a la base del ascenso final, que no es tal en realidad, porque falta aún llegar a la Portilla de acceso a la laguna de San Millán. Creo que después de dicha portilla, ojo con mi track porque me despisté y perdí el sendero fácil, tirando directo para la cima por una especie de chimenea abierta, que con la bici al hombre se hacía incómoda. Como recordaba ver desde abajo un sendero franco a media ladera por la cara Sur, me fui a por él enriscándome algo unos 50 metros, sin más problemas que el sortearlos con la bici en mano (se identifica esto en el track porque es cuando cambio de lado de cresta, sobre la cota 2.080).
Así llego sin problemas a la cresta, cerca de la cima, y hago los últimos metros montado, lo que siempre es un gustazo.
Tras disfrutar de la vista y de una buena charla con unos amables montañeros vascos, empieza el descenso que por lo que había visto en Wikiloc, prometía.
Primer tramo crestero fácil, con vistas espectaculares, hasta llegar a una pradera (foto 3, con todo lo descendido al fondo, y el San Millán a la izquierda).
Desde ahí, efectivamente, tal y como se intuía desde la cima, hay que remontar un cerro casi hasta la cima, de nuevo por sendero crestero con buen firme y duras pendientes. El que tenga fuerzas que lo intente; yo dosifico y ciclo sólo parte, pero el empuja bike es corto y en seguida el sendero pierde desnivel y nos deleita con un tramo con escasa pendiente, entre matorral bajo que busca el abrigo del viento, con el Trigaza al fondo y el profundo valle del río Urbión a nuestra derecha, bajo diversas cabeceras de barrancos de aspecto glacial.
Por cierto, la laguna de San Millán seca.
Junto a un cartel que indica "Sierra Llana" o algo así, parte un sendero entre pastos en decido descenso hacia el valle del río Urbión, sendero que en seguida se convierte en un sinuoso trazado de laja suelta (foto 4), donde es fácil derrapar la rueda trasera para colocar la bici en las curvas ... e igual de fácil es clavar la rueda de delante entre las lajas sueltas; primera caída por las orejas, sin consecuencias.
Al fondo se ve un prado hacia donde nos dirigimos, para tornar el sendero a izquierdas hacia la Majada de los Carneros, tras la que sorteamos un pequeño arroyo, el Altuzarra, que para nada hace pensar que luego dará lugar a las conocidas cascadas.
Nos encaminamos ahora a media ladera, entre matorral, y sobre la línea del bosque de pinos, por un pequeño sendero mulero, medio oculto entre la vegetación. A ratos algún recodo ruedo directamente sobre el matorral y en 2 o 3 ocasiones ruedo yo directamente por encima del matorral, al dar la rueda delantera en un tocón, una roca y una rodera ocultos en la vegetación. Sin consecuencias sobre la marcha, contractura en la espalda el día siguiente.
De nuevo sendero por pradera por la cresta, nuevo cartel con desvío a derecha a las cascadas y a izquierda hacia donde vamos, entrando ya en el pinar mediante un rápido sendero de tierra limpia (tipo Sierra de Guadarrama).
Tras alguna revuelta entramos en el hayedo de Allúzarra, que en el primer tramo es mágico, con un minúsculo sendero a media ladera, totalmente limpio (foto 5). Dura poco porque en breve llegamos al fondo del barranco donde entramos en un caos de piedras y arroyos (es posible que debiera haber tomado una senda a derechas, poco antes de llegar al fondo del barranco), poco ciclable. En cambio, podemos disfrutar el arroyo bajo el denso hayedo.
También dura poco esto, porque en seguida se abre la senda, tras varios puentes muy rudimentarios, y finalmente se torna en una pequeña pista junto al arroyo, y una mayor al llegar al valle del río Urbión, no sin antes disfrutar de algún frondoso bosquete de helechos junto a la pista.
En el área recreativa de la Zarzia la pista se industrializa, y en leve descenso nos lleva hasta el agradable pueblo de Santa Cruz del Valle Urbión, aunque seguramente debiera haber tomado algún desvío a derechas monte arriba antes del pueblo, para cambiar al valle del río Pradoluengo, de haber tenido tiempo de investigar.
En cambio fuí a lo fácil, cruzando la carretera en el pueblo para seguir por otra sin tráfico que discurre entre campos de cultivo, junto al río Urbión, hasta Garganchón. De ahí, la misma carretera remonta junto a un arroyo hasta la carretera principal, a la entrada de Pradoluengo, final de la ruta.

Sólo 32 km de btt (y porteo) muy variado, con ascenso al techo de Burgos, un descenso largo y trepidante, y 1.500 m de desnivel acumulado de subida en un entorno que pasa desde las huertas de montaña hasta entorno bastante alpino, pasando por casi todos los paisajes intermedios que se puedan pensar.
El video es mucho más gráfico que cualquier explicación.