C/ Hamlet (Costacabana) - Alto de Narices

El barrio de Costacabana de Almería tuvo tradicionalmente un "problemilla": estaba justo al lado de la depuradora de aguas residuales de Almería. Esto provocaba malos olores y, lógicamente, las quejas de los vecinos que estaban, nunca mejor dicho, hasta las narices. Tras muchos años de protestas y quejas, por fin, hace unos años, se trasladó la depuradora a otro lugar y los vecinos pudieron respirar a sus anchas. Mientras tanto, el barrio creció y, no se si por puro cachondeo, o por tocar las narices, una de sus calles recibió el nombre de "Hamlet", la obra de Shakesperare en la que se decía aquello de "algo huele a podrido en Dinamarca". Por cierto, "hamlet" en inglés significa "aldea, pueblo".
En este recorrido partimos de la calle Hamlet, dirigiéndonos hacia un punto muy poco conocido de la geografía almeriense, pero que nos viene al pelo: el Alto de Narices. Un monte no muy alto situado cerca del límite municipal entre Almería y Níjar, cerca de las Cuevas de los Úbedas, pero ya en término de Níjar. Por el camino pasaremos junto a varios sitios de interés, como el Aeropuerto, el gaseoducto de Medgaz, las obras del AVE, el "Complejo ambiental de reciclado, valorización y eliminación de residuos de Almería" (también conocido como el basurero), y el "Centro de reinserción de reclusos de Almería" (también conocido como "la cárcel del Acebuche").
El recorrido en bici termina cerca de un cortijo abandonado, el cortijo Acosta (en teoría) y a partir de ahí hay que seguir andando por una vereda que asciende en dirección norte, quedando el cortijo a la derecha. Digo en teoría, porque tras la lluvia de ayer, en algunos puntos el camino está embarrado y no hay narices de seguir con la bici, ni siquiera bajado. Se pega el barro a las ruedas y no hay manera de quitarlo. Me da en la nariz que no voy a hacer cumbre. Pero bueno, le echo narices y continúo andando, 4 km en vez de 1,5. Y el regreso.
Al final la vereda llega a una especie de collado y comienza a bajar. Delante de nuestras narices vemos el Alto de Narices, con un aspecto un poco imponente, bastante inclinado y sin ninguna vereda marcada. Miro el reloj, más de las 12. Calculo que en llegar a la cumbre puedo tardar, mínimo, media hora, y otro tanto en volver. Con esto, llegaría a casa por lo menos a las 4. Demasiado tarde, así que media vuelta y me quedo con un palmo de narices.
Tiene narices la cosa, dos intentos, dos fracasos. Por lo menos hoy me he quedado cerca.