Camino de Santiago Francés en Bicicleta de Montaña. Etapa 07: Hospital de Órbigo - Ponferrada

Hemos realizado el Camino de Santiago Francés entre el 5 y el 14 de Agosto de 2022, año Xacobeo. Lo hemos recorrido con nuestras e-Bikes con punto de inicio en Roncesvalles. Hemos necesitado 10 etapas para completar la Peregrinación hasta Santiago de Compostela.

El resumen del recorrido total en cifras es el siguiente:

Kilómetros totales recorridos: 787 km
Kilómetros certificados por la Oficina de Atención al Peregrino: 755 km
Tiempo total en movimiento: 42 horas 55 minutos y 38 segundos
Velocidad promedio en movimiento: 18,3 km/h
Cota más alta: 1507 msnm (alto de la Cruz de Ferro)
Cota más baja: 252 msnm (Santiago de Compostela)
Desnivel Positivo acumulado: + 11200 metros
Desnivel Negativo acumulado: - 11846 metros
Bibliografía y Mapas: Guía BiciMap “El Camino Francés en Bicicleta” (ediciones Petirrojo, 4ª edición-2021). Mapa “NopsWanderKarte-West” en el GPS


ETAPA 07: Hospital de Órbigo – Astorga – Cruz de Ferro – Ponferrada (día 11 de Agosto)
En esta etapa vamos, por fin, a abandonar el páramo castellano para adentrarnos en los paisajes del Bierzo leonés, una zona mucho más montañosa y divertida.

Dámaso nos prepara el desayuno bien temprano. Todo está OK tras el percance de ayer así que estamos deseando ponernos en marcha.

Nos despedimos de Dámaso y salimos de Hospital de Órbigo tomando la variante de la derecha nada más salir del pueblo. Optamos por esta variante tras leer los comentarios de nuestra biciguía.

Rodamos con comodidad por pista hasta Villares de Órbigo donde, después de atravesar el pueblo, desembocamos en otra estupenda pista. En estos primeros kilómetros ganamos algo de altura pero muy suavemente. Poco más adelante salimos a una carretera secundaria en la que no nos cruzamos con ningún vehículo.

La carretera nos lleva hasta Santibáñez de Valdeigleisias, desde donde nos encaminamos hacia la N-120, donde comenzamos a rodar por su andadero siempre en subida con alguna pequeña bajadita. Ojo, porque hay que cruzar algunas veces esta concurrida carretera para seguir circulando por su andadero o por tramos de la antigua calzada que ya no se usan.

Tras un pequeño tramo en el que pedaleamos sobre el antiguo trazado abandonado, llegamos al Crucero de Santo Toribio. Las vistas desde aquí sobre Astorga son una preciosidad. Nos detenemos para hacer algunas fotos. Enseguida volvemos a nuestro camino, ahora en claro descenso hasta llegar al monumento al Peregrino que hay a la entrada de San Justo de la Vega: un peregrino bebe agua de la típica calabaza jacobea.

San Justo de la Vega se atraviesa rodando por el arcén de la N-120 así que hay que ir con bastante cuidado. Dejamos el pueblo atrás y seguimos por la carretera para pasar por encima del río Tuerto y su playa fluvial. Tras pasar el puente nos incorporamos a una pista cementada en algunos tramos. La pista nos lleva hasta las afueras de Astorga, cruzando el arroyo de la Moldera por un puentecillo medieval.

Tras pasar este puente llegamos a una pasarela metálica cuyo zigzag sirve para salvar las vías del ferrocarril y depositarnos en las primeras calles de Astorga. Afrontamos las rampas que suben al centro de esta bella e importante ciudad fundada por las Legiones Romanas. Una vez en el centro urbano pasamos junto al Palacio Episcopal construido por el genial Gaudí. En la misma plaza también se encuentra la Catedral de Santa María de Astorga.

Dejamos atrás Astorga siguiendo el trazado de la LE-142 flanqueada a ambos lados por una agradable arboleda. A nuestra derecha se alza el Cuartel del Regimiento de Artillería Lanzacohetes nº 63.

Enseguida llegamos a la Ermita del Ecce Homo, donde desmontamos para hacerle una visita. El Santero nos cuenta la lleyenda del milagro acaecido en el pozo de la Ermita, donde un niño cayó y, tras las oraciones de su madre, salió del mismo sin daño alguno. En pago por tal milagro la madre costeó las obras necesarias para ampliar la Ermita.

Tras un rato de charla con el simpático Santero, no sin antes desearnos buen Camino y rogando él mismo al Ecce Homo que nos proteja, reanudamos la marcha por la LE-142, a veces por el andadero paralelo a ella. Pasamos el río Jerga antes de entrar en Murias de Rechivaldo y volver a incorporarnos a la LE-142 tras pasar el pueblo.

La carretera, muy poco transitada y muy llana, nos lleva hasta unos de los pueblitos más bonitos que hemos visitado en nuestra Peregrinación: Castrillo de los Polvazares. Ya nos había hablado de él antes de venir. El pueblo parece que se quedó congelado en el tiempo. Sus casas están todas bien conservadas o rehabilitadas con sumo gusto. Sus calles, todas empedradas, conservan el sabor de lo antiguo. El pueblo cuenta con numerosos alojamientos rurales, albergues, restaurantes y demás.

Dejamos el pueblo atrás por una pista que al poco comienza a ganar altura decididamente. Poco a poco superamos el desnivel hasta un collado, punto en el cual volvemos a desembocar en una carretera secundaria, en esta ocasión es la LE-142, incorporándonos a su andadero hasta llegar a Santa Catalina de Somoza. Atravesamos este pueblecito y continuamos por el andadero de la carretera aunque, a veces, dado que está bastante concurrido por Peregrinos a pie, circulamos por la propia calzada ya que el tráfico brilla por su ausencia.

Pedaleamos cómodamente, casi sin desnivel, hasta llegar a El Ganso, donde nos sorprende encontrar un peculiar bar: el Cowboy Bar. Es lo que menos te esperas encontrar en estas latitudes.

Dejamos atrás El Ganso y comenzamos a ganar algo de altura pero de forma cómoda. Por el andadero vemos una gran cantidad de Peregrinos. Así llegamos a Rabanal del Camino. Se supone que aquí acaba la parte “cómoda de la etapa”, así que hacemos una parada para el tradicional ColaCao y hacer una recarga de las baterías.

Tras reponer fuerzas y recargar las baterías de las bicis reemprendemos el camino para afrontar la subida a Foncebadón. Nuestra biciguía nos aconseja hacerlo por la LE-142 así que le hacemos caso. La subida es larga pero, sorprendentemente, bastante cómoda.

Llegamos a la aldea de Foncebadón y paramos junto a su palloza para hacernos una de las fotos más típicas de esta etapa. Reemprendemos el pedaleo volviendo a afrontar más rampas. La subida no finaliza hasta que no llegamos al paraje de la Cruz de Ferro: una pequeña cruz de hierro se alza sobre un alto mástil de madera y éste se hay clavado sobre un montículo en forma de Calvario totalmente cubierto por piedras que los Peregrinos van dejando allí. Cumplimos con la tradición y dejamos también las nuestras. El lugar impresiona por su soledad… algo mágico parece flotar en el ambiente tras superar este primer gran desnivel del Camino. Hacemos un descanso, algunas fotos y rogamos al Apóstol para que nos proteja en lo que nos queda a la vez que le damos gracias por haber llegado sanos hasta aquí.

Continuamos nuestro pedalear. Se suponía que desde ahora el terreno sería en descenso pero, en realidad, el descenso claro comienza más adelante. Tras este tramo sin descender comienza el verdadero, larguísimo y temible descenso de esta Sierra. Lo hacemos por carretera porque hacerlo por los senderos o el andadero puede ser muy peligroso tanto por lo concurrido de los mismos como por lo técnico del terreno.

El descenso exige lo máximo de nuestros frenos, casi constantemente usados. Pasamos Manjarín, El Acebo de San Miguel y Riego de Ambrós sin detenernos. El descenso, lejos de suavizar, se hace cada vez más pronunciado. Por fin llegamos a Molinaseca donde, ahora sí, acaba el descenso. Paramos aquí junto al Puente de Los Peregrinos y la piscina natural en el río Meruelo. Nos miramos y comentamos lo peligroso que ha sido este descenso a pesar de haberlo hecho por carretera y sin apenas tráfico.

Seguimos adelante dejando atrás Molinaseca. El terreno ahora ayuda poco, teniendo que afrontar algún repecho. Llegamos a la Urbanización Patricia, con Ponferrada ya a la vista. Me doy cuenta aquí que nos hemos desviado del track “oficial”. Decido seguir por donde vamos. Pasamos el río Boeza por un puente y llegamos a un pequeño polígono industrial a la entrada de Ponferrada, a la cual accedemos tras cruzar por debajo de la línea del ferrocarril.

Nos dirigimos a la plaza del Ayuntamiento, donde tenemos nuestro alojamiento hoy, el Hotel Aroi Bierzo Plaza. No nos hemos cruzado con Aziz hoy así que lo llamamos para ver cómo le ha ido la etapa y quedar para picar algo. Ponferrada bien merece un paseo por su casco histórico, destacando el entorno de su castillo.