Camino del Cid. Ramal Alvar Fañez

Ruta que sigue la algarada de Alvar Fañez -lugarteniente del Cid- que según cuenta el Cantar del Mio Cid hizo por el valle del río Badiel y del Henares, llegando hasta Guadalajara y Alcalá.
Comenzamos en Castejón de Henares, pequeña población escondida en el fondo del barranco. Si seguimos la ruta senderista, nada más comenzar nos encontramos con una fuerte subida por la pared del barranco, que nos obliga a poner pie a tierra, pues el terreno no es muy indicado para la bici. Una vez llegado a la cima, y siempre siguiendo las señales, salimos a un camino ancho que nos lleva sin problemas entre encinas y campos de labor. Hay tramos en los que el camino no se vé, teniendo que bordear dichos campos. Llegados a una paridera a la derecha sale una sendita trialera, que nos irá bajando al valle hasta el depósito y la fuente. A partir de aquí la senda discurre por media ladera del monte, muy escondida y casi impracticable por la vegetación. (nos tocó hacer andando buena parte de ella) hasta llegar a Almadrones. El paisaje lo merece.
Una buena opción es salir de Castejón por la carretera, hasta el pueblo de Argecilla.
A partir de Almadrones, el resto del camino no presenta ningún tipo de dificultad.
En Almadrones hay un mirador, desde el cual sale un camino asfaltado que nos baja al valle. Hemos dejado atrás vegetación de monte bajo para adentrarnos en bosque de ribera y algún cultivo. Llegamos a Argecilla, y a partir de aquí alternamos camino y carretera sin tráfico hasta llegar al monasterio de S. Juan de Valfermoso. Rodeamos dicho monasterio, cruzamos un puente sobre el Badiel y seguimos entre choperas y cultivos hasta Utande. En todo momento el camino está señalizado, bien con marcas rojas y blancas (GR 160), bien con postes de madera y carteles. En Utande tenemos la posiblidad de sellar el salvoconducto. ( Castejón también es punto de sellado, pero nosotros no pudimos hacerlo).
Continuamos, y a medida que salimos del valle predominan las tierras de labor. Atravesamos Muduex (también se puede sellar), vadearenas, y vamos enfilando poco a poco el camino hacia Hita -que se divisa al fondo- . Subida a Hita, parada, sellado y avituallamiento.
Merece la pena detenerse unos minutos en la villa monumental (declarado conjunto histórico-artístico) y literaria ("patria chica" de Juan Ruíz Arcipreste de Hita). Una vez repuestas las fuerzas volvemos a la ruta, que ya no presenta ningún tipo de problema, siempre iremos por caminos anchos, entre tierras de cultivos, y algunos olivos. Atravesamos Torre del Burgo, Ciruelas, Tórtola de Henares (punto de sellado) y Taracena. Por la mayoría de estos pueblos encontramos fuentes de agua, lo que nos facilita la ruta sobre todo en verano, pues las sombras escasean.
Una vez que llegamos a Guadalajara -y como conocedores de la zona- decidimos dejar la ruta para continuar hasta Azuqueca de Henares, nuestra meta.
Aún así es interesante atravesar Guadalajara para llegar hasta el torreón de Alvar Fañez, que da nombre a la ruta. A escasos metros, atravesando el parque, se encuentra la oficina de turismo donde nos sellarán el salvoconducto de final de ruta.
Si hay ocasión y tiempo libre, bien merece una visita la localidad.