Camino Mozárabe. 7 - De Baena a Espejo

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Tras el desayuno en el Albergue, partimos con la idea de concluir en Córdoba, pero las circunstancias nos harán modificar esta pretensión.

Salimos calle abajo siguiendo las flechas amarillas hasta la carretera N-432 dirección Córdoba, para seguidamente tomar camino compactado que nos sale por la izquierda, camino conocido como de Fuente Guta, camino olivarero en plena campiña cordobesa, en un recorrido favorable en suave descenso, dejando atrás un Cortijo, contactamos con carretera local, con la vista puesta en Castro del Río.

Población con ocho mil habitantes que atravesamos en busca de sellar en el Ayuntamiento, situado en la antigua Casa de los Duques de Medinaceli, del siglo XVII, donde al parecer pasó algunos días Miguel de Cervantes.

En lugar de dirigirnos directamente hacia Córdoba, tomamos recorrido alternativo hacia Espejo, bajando por una glorieta para tomar el margen derecho del río, durante alrededor de un kilómetro para alcanzar la carretera N-432 y posteriormente tomar una amplia pista compactada, en paralelo al Río Guadajoz y por el Camino del Molino haremos entrada en Espejo.

Unas birras que aplaquen el calor reinante en el antiguo Mercado Municipal y gestiones infructuosas por teléfono para encontrar cama en Córdoba. Está petado por puente, son las Cruces de Mayo y el concurso de Patios Cordobeses, lo que nos obliga a replantearnos la situación, tendremos que quedarnos en el albergue del pueblo. Sellado de las Credenciales y solicitud a la Policía Mucicipal, de la llave del Albergue de Peregrinos.

Frente a un Parque, en la calle hacia el Polideportivo, se encuentra el albergue, moderno y limpio, con solo cinco camas disponibles. Somos los primeros en llegar y a no a mucho tardar se presenta Ramón, un peregrino caminante, suboficial de la Guardia Civil, residente en Mallorca, ya veterano en esto de los caminos.

Toca colada, tender en la puerta, entre reja y árbol y nos volvemos hacia el pueblo para ver donde comer. En el trayecto nos cruzamos con un peregrino a pie francés, así completamos el cuarteto de peregrinos.

Siguiendo opiniones locales, fuimos en busca del Restaurante familiar Casa Lorenzo, siendo el marido el cocinero y la mujer la camarera y donde tomamos, en compañía de Ramón, un buen menú y buena atención.

Por la tarde un paseo recorriendo el pueblo, de tres mil habitantes, cuyo nombre de familia le viene a Rafael. Originalmente Ubici en tiempo de los romanos, Alcalá en época musulmana y Espejo desde el siglo XIV, por designación real de Fernando IV.
La Iglesia de la Asunción, del siglo XIII, edificada sobre antigua mezquita, conserva el antiguo alminar con campanario, reformado en el siglo XVII, portada de piedra con portón de madera de arco de medio punto y en su interior se encuentra el retablo barroco de San Andrés del siglo XVI.

El imponente Castillo, de finales del siglo XIII, reformado para ser habitable, Castillo Ducal, consta de un recinto almenado con la Torre del Homenaje y una torre albarrana menor, también almenada, la Torre del Caballero.

Nos compramos un par de esterillas, para prevenir mañana cualquier contingencia, caso de no encontrar hospedaje, dormir en parque, lavadero, incluso en cementerio, con saco y esterilla.