Camino Santiago: Astorga - Ponferrada

El camino nos reservaba lo mejor para lo último, esta etapa es, en mi humilde opinión, la más bonita de todas las que hemos hecho en estos días y objetivamente la más divertida, eso sí, con diferencia también es la más dura y difícil.

El paisaje cambia radicalmente, de las llanuras de cereal pasamos a paisajes de montaña y robledales inmensos, además, encontramos también partes más complicadas técnicamente, veredas incluidas, que nos recuerdan al tramo gallego del Camino Francés. Muchos de los pueblos y aldeas por los que pasamos son de gran belleza y algunos de los tramos son espectaculares. Tras subir al puerto de Foncebadón, hay dos opciones, bajar hasta Molinaseca por la carretera, esto lo hacían la mayoría de los peregrinos en bici, y la otra, usar el camino difícil, esto es, uno que transcurre por veredas, algunas bastante complicadas, serpenteantes y llenas de piedras, ni que decir tiene que nosotros cogimos este último. Si tienes costumbre de hacer rutas de bici de montaña lo pasarás en grande, hay zonas en las que se pondrá a prueba la técnica, de tal modo que incluso, en no pocos puntos, tuvimos que bajarnos de las bicis por precaución, aunque con un poco de control es en su mayoría ciclable, eso sí, hay que tener muy en cuenta los riesgos, ya que las alforjas limitan bastante y las partes en las que abundan las piedras sueltas son un peligro claro para la integridad de vuestras bicis.

Molinaseca merece también una visita, tomarse una cerveza en la orilla de su playa fluvial es casi obligado, y con esto, nos quedaba muy poco para el final. Llegamos a Ponferrada, otra ciudad bellísima, ubicada en un entorno insuperable. Comimos espectacularmente bien, visitamos, como no podía ser de otra forma, su imponente castillo y disfrutamos de un tiempo muy agradable. El fresco por la noche que nos hizo acordarnos del calor que padecimos en las primeras etapas, menudo cambio...

Como nos pasó cuando hicimos el tramo de Ponferrada a Santiago hace ya unos cuantos años, se nos ha hecho corto. La cantidad de sitios bonitos que hemos visto, los paisajes tan distintos a los que estamos acostumbrados, con grandes llanuras y campos de cereal hasta donde alcanza la vista, y todo hay que decirlo, lo bien que hemos comido, ha sido una experiencia inolvidable y claramente muy recomendable.

Un abrazo a todos y buen camino.