Canal de Castilla completo en tres días (2016)

He dejado pasar varios días para digerir una ruta que tiene sus claroscuros –más numerosos los claros, sin duda- y que algunos han abordado en época poco adecuada. Creo haber apuntado en cierta ocasión que a pedalear por la Tierra de Campos (y por extensión las zonas limítrofes por donde también circula el Canal de Castilla) se debe ir en primavera, cuando aquella gigantesca sembradura de cereal muestra su fertilidad y el paisaje es sublime. Pero el panorama ensombrece una vez cosechados los campos y se transforma en amarilla monotonía; pasa de la exuberancia al secarral, de la intensa belleza a la fealdad más horrorosa. Tenedlo presente. No he podido subir todos los waypoints: el que los quiera, que me mande un mensaje.

Los tres ramales son muy diferentes. El del Norte (Alar del Rey-Calahorra de Ribas, que ahí concluye, en el cambio del Pisuerga al Carrión, a pesar de que muchos crean que termina en El Serrón) es en realidad la esencia, lo que uno espera encontrar. Contiene casi la mitad de las esclusas del Canal, todas ellas de obra pública (las ovaladas; las rectangulares corresponden a las obras de la empresa concesionaria), y las más espectaculares. Y en donde hubo esclusas hubo actividad, así que no faltan los puentes, molinos, casas de escluseros, harineras, etc. El de Campos (Calahorra de Ribas-Medina de Rioseco) es el más condicionado por el paisaje: muchos trechos serían en extremo anodinos con las llanuras segadas y los humedales secos. Guarda pocas esclusas, todas simples y rectangulares, y debe combinarse con la visita de alguno de los pueblos interesantes del recorrido (Becerril de Campos, Paredes de Nava y Medina, principalmente). El del Sur (El Serrón-Valladolid) comienza en buen tono con una sucesión de esclusas múltiples para diluirse a partir de Dueñas, porque el sector final que enlaza esa localidad con Valladolid (y que aquí se atraviesa en sentido inverso) es soporífero. Dejando al margen la esclusa 42, viene a ser como pedalear durante kilómetros junto a una interminable acequia aprisionada entre la autopista y las vías del tren o polígonos industriales. En cuanto al tramo de transición entre Medina y Valladolid, opté por seguir la traza del GR-26 Tierra de Campos que en su día propuso lejaismael, porque conozco la zona y permite visitar las fortalezas de Montealegre de Campos y Fuensaldaña (buen lugar para avituallarse), dos de las más imponentes de una provincia como Valladolid abundante en castillos.

La pequeña iglesia románica de San Martín de Tours en Frómista es de obligada visita y pocos son los que rodando por el Canal se la pierden. Sin embargo, he observado que muchos pasan de largo tanto Becerril de Campos como Paredes de Nava. Lo primero es un error, lo segundo una infamia. Becerril contó en tiempos con las fotogénicas ruinas de San Pedro, una iglesia en esqueleto que salvando las distancias recordaba al monasterio de Rioseco (cerca de Villarcayo, Burgos). Hoy es un lugar único que no describiré aquí pero cuya foto adjunto. A Paredes, pueblo bonito de altas torres y soportales, se acerca uno siquiera sea para agradecer a Jorge Manrique, poeta y soldado hijo de la plaza, que pusiera por escrito en “Coplas a la muerte de su padre” todo lo que debe saberse sobre la vida.

He notado mejoras desde que anduviéramos por allí hace unos años: los caminos se encuentran libres de hierbajos, bien delimitados y acondicionados con esa zahorra que impide la formación de barro. Por lo general, es irrelevante ir por una u otra sirga donde las hay, salvo en algún punto concreto que dejo marcado como waypoint. También se ha colocado una necesaria pasarela para cruzar el Pisuerga en Herrera, reformado algunos edificios y creado más embarcaderos. Lo que no ha mejorado es la cartelería, aún pobre, escasa y que curiosamente soporta el paso del tiempo bastante peor que los viejos leguarios que todavía existen. Mientras la historia pasada y presente del Canal es rica y compleja, la información suministrada en las sirgas no da la talla. Por ahí deberían empezar si pretenden hacer de esta ruta un todo unitario, porque ahora tiene uno la sensación de que el recorrido es una sucesión de tramos deslavazados y no una ruta integral. Paneles informativos hay en las esclusas y en algún otro punto muy concreto, pero son pedestrones y episódicos. Los sectores más insípidos resucitarían de colocarse indicadores ilustrativos sobre el Canal, que es de historia apasionante, y no ya sólo sobre lo puramente constructivo, que a veces parece lo único importante, sino también sobre su turbulenta gestación y la gran actividad que allí se desplegó durante décadas. La clave está en hacer que la gente se interese en seguir avanzando por el Canal en busca de lo que aguarda más adelante (existen zonas anónimas realmente chulas -la que discurre desde la presa de Calahorra hasta la 3ª Retención, por ejemplo). Tampoco vi en las intersecciones señales indicativas de los pueblos cercanos. Flaco favor se les hace, porque alguno de ellos bien merece un alto. Pequeños núcleos como Las Cabañas de Castilla (que esta ruta visita) y Belmonte de Campos (por donde no paso pero conozco) tienen castillos medievales de interés.

Completé la ruta en solitario. Esta primavera lluviosa nos ha dejado a todos un poco cortos de culo de bici y nadie se atrevió a atacar el recorrido en sólo tres días con dos etapas que sobrepasaban los 100 km. No he tenido problemas pero seguramente sea mejor planteársela en cuatro días (o incluso cinco si se quiere ir con mayor descanso y detenimiento), pero aquí nos sobran los proyectos y nos faltan los días para llevarlos a cabo. Era ahora o quién sabe cuándo. De más está decir que la travesía por el Canal es de exigencia técnica nula: basta con andar en bici sin caerse. En función de la época puede que alguno de los muchos humedales tenga engullido el camino durante varios metros y, de momento, hay que saltar un par de guardarraíles en el encuentro con la carretera al pasar Abarca de Campos. Eso es todo. Dejé el coche en Alar (menos de dos horas de autovía desde Bilbao) y al terminar regresé cómodamente a por él desde Palencia (55 mins.) en uno de los distintos trenes del Regional Express (no del Albia) que tienen Valladolid como origen, Santander como destino final y parada en muchos de los pueblos del Canal. La bici se carga en el vagón como está, sin desmontar y sin funda.

DÍA 1: Alar del Rey-Frómista (62 Km – IBP 25) – Hostal San Martin, recomendable.
DÍA 2: Frómista-Medina de Rioseco (110 Km – IBP 48) – Hotel Vittoria Colonna, recomendable.
DÍA 3: Medina de Rioseco-Palencia (101 Km – IBP 54).