Cañón del Río Dulce - Aragosa Pelegrina Sigüenza Aragosa

Makinas: Juan. Carlos, Carlos M., José Carlos y Santi, al tran tran Yo, 53,3 km, tiempo en movimiento 3h 37' a una media de 14,7 km/h. y una velocidad máx de bajada de 55 km/h. -debió ser un momento pero ahí queda- Recorrido inverso al habitual y mucho calor, pillamos ola de calor de final de junio y terminamos con 35º, pero merece la pena parar varias veces, incluso andamos a píe un tramo más allá de Pelegrina por el Barranco del Golloiro, que se lo agradecemos a Juan que se conocía muy bien todo el recorrido.

La ruta se inicia desde el aparcamiento situado a la entrada de Aragosa, cruzamos el pueblo para tomar un camino junto al río hasta llegar a Pelegrina, castillo y bajada al río por un increíble cañón hasta cerca del Barranco del Golloiro donde estuvimos vigilados por los buitres, media vuelta y toca subir bastante para acercarnos hasta un mirador dedicado a Felix Rodríguez de la Fuente, desde este mirador rodó varios de sus espectaculares documentales. Merece la pena acercarse a este mirador.

De nuevo en marcha para coger un camino que nos lleva al pequeño pueblo de Barbatona, para obligada del grupo para reponer fuerzas, ya el calor se dejaba notar. Desde Barbatona hasta Sigüenza, subida al castillo y corto recorrido por las calles, para pegar el último empujón,por el cañon del río Henares hasta una subida que se inicia desde la vía del tren y termina en la CM-1101 (unos 2 km algo durillos, pero que se hicieron eternos con el sol y el calor que ya nos hacía). Desde la CM-1101 ya solo quedan 10 km, bajada por carretera bien asfaltada hasta la Cabrera -creo que fue donde cogí los 55 km/h- y allí tomamos el camino junto al río Dulce en sentido contrario al que traíamos hasta el aparcamiento y los coches, no sin antes una previa parada en el pequeño Bar La Plaza para una cervecita fría que nos supo a gloria.

Cerca del aparcamiento de la entrada te puedes bañar en el río, que por cierto estaba bastante concurrido. Fenomenal ruta, fenomenal entorno, merece la pena el paseo y el madrugón hasta allí.

Por cierto que comimos un fenomenal cabrito en el Asador Pocholo en Torija que ya si que nos compensó absolutamente todo.