Casas-Torre de la Huerta Murciana. Anthercas

Caminos y carriles de la Huerta Murciana (12)
Las casas-torre son edificios señoriales cuyo origen está relacionado con la antigua villa romana y la alquería árabe. Suelen presentar fachada en tres alturas orientada al sur, un escudo nobiliario bien visible desde el carril de acceso, símbolo del poder de sus propietarios, piso superior con huecos de arquería en la fachada, donde se criaba el gusano de la seda y se almacenaba la cosecha.

Su ubicación en una amplia heredad con zona de regadío sin aldeas o pueblos, daba nombre a sus veredas, parajes y carriles. La ermita adosada o próxima a la torre, comunicada por un pasillo exterior la utilizaban como oratorio familiar. Una parte del espacio se dedicaba al trabajo rural, en el patio se construían la pila, el pozo y el horno, en la puerta principal no podía faltar la parra, ya en el siglo XIX se transformaron en casas de veraneo al desaparecer el cultivo industrial de la seda. En la Costa del Mediterráneo o lugares fronterizos actuaban como fortalezas, pero en el entorno de la capital funcionaban como eje central de una explotación agrícola.

Salimos desde el Auditorio Víctor Villegas de Murcia por la orilla del río Segura, pasando bajo sus puentes tomamos el carril bici en la pasarela de Manterola, para dejarla en favor de los Carriles de los Chornos y Alarcones que nos llevan a la Albatalía, cruzamos la Avenida de La Ñora rodeando la Casa-Ermita de Los Clérigos, de planta rectangular y nave única, su decoración en color azulete y amarillo denota su relativa modernidad (principios del siglo XIX) y el disponer de balcones.

Desde el Carril Escuelas y la Calle Alcaldía accedemos al Carril de Los Penchos, donde acercarnos a ver la Casa-Torre de Los Castaños del siglo XVIII, planta rectangular, con una pequeña montera y aspecto de fortaleza, de escasa decoración exterior salvo algo de rejería y una terraza a modo de barandilla.

Rodeamos el restaurante El Pencho para encontrar la Casa-Torre Masa, de estructura rectangular con la sala abierta en la parte superior para la producción de seda, actividad económica de los siglos XVIII-XIX. Su tejado “a dos aguas” con alero tipo aragonés está cubierto con teja árabe.

Cambiamos el Carril de Los Penchos por el de los Uñas, pregunto a unas señoras que toman el fresco en el portal por donde salir, lo hacemos a través de una portezuela verde que apenas deja espacio para el manillar. Por el Camino Hondo, el Carril Pollos y la Senda de Granada cruzamos bajo la Autovía de Murcia, para ascender junto a ella y detenernos ante el grandioso pino piñonero centenario y la Torre Falcón del siglo XVIII, vendida a la promotora Joven Futura que la cedió al Ayuntamiento de Murcia.

Dejamos la urbanización Joven Futura en la Avenida del Vizconde, pedaleando por la Calle Antonio Peña salimos a la Calle Mayor de Espinardo, atajamos por el pueblo y encima de la autovía, en el carril de enfrente se hallan las ruinas de la Torre Fraile, invadida por la basura y desidia de este trozo de huerta.

Por la derecha la carretera nos transporta entre los centenarios pinos piñoneros (donceles), lugar por el que arribaron los Reyes Católicos a Murcia en 1488, y la Casa de Torre Arcayna junto a la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVIII compuesta de planta superior, semisótano, azotea con barandilla de forja y rejería en la fachada con puerta en arco de medio punto. Posee un jardín interior con vegetación autóctona y una ermita.

Nos dirigimos por su esquina a ver una antigua fábrica de hielo, desafortunadamente no queda ni rastro.
Proseguimos por el carril junto a la autovia hacia Murcia, bordeamos la Rotonda de Los Cubos para ir por la acera opuesta, hasta girar por la Avenida Patrulla Águila, torcer a la derecha en busca de una pista asfaltada que nos deja, desde la curva por sendero a la entrada del histórico huerto de palmeras datileras (incluido en el Catálogo de Árboles Históricos y Monumentales de Murcia) estaban realizando una red de andenes a la espera de echarle zahorras naturales y capa final de alberos almagra, asi como plantaciones de arbolado mediante ejemplares seleccionados de membrilleros y granados. Esperemos que no se vuelva a incendiar como aconteció el 6 de septiembre de 2008. Nos entrevistan para la TVM, a la salida pasamos junto a la Torre del Palmeral en estado de abandono.

Trazamos todo lo recto que podemos cruzando las Avenidas Ciudad de Aranjuez y Reino de Valencia. Desde el Camino de Monteagudo, vamos atentos a tomar pista en mal estado por la izquierda, para toparnos con el Molino del Batán o mejor dicho con sus restos. La torre del Molino del Batán, una fortaleza de origen musulmán siglos XII y XIII, fue almacén de aperos y a pesar de estar catalogado como Bien de Interés Cultural, no lo quieren ni los okupas.

El Carril Isidros si parece de la Murcia Antigua, el ramal de la izquierda, corto y bonito acaba en la Rotonda de la Chatarra, nosotros seguimos rectos huyendo del ruido y el tráfico, si no fuese por el objetivo de la ruta no me plantearía el pedaleo urbano. Desde la Avenida Rocío cruzamos la Av. Miguel Indurain, a contramano desde la reja exterior echamos un vistazo a la Torre Villescas o Torre Peñas, del siglo XVII, es posible que se levantara sobre una alquería árabe. Fue propiedad del Conde de Roche, en la parte de arriba de su fachada tiene una larga arquería medio punto hecha de ladrillo, era la estancia dedicada a la cría del gusano de la seda y a guardar la cosecha.

Por la Av. Mariano Rojas y la Calle Ermita Vieja vamos cruzando Puente Tocinos, en la zona donde ponen el mercado se halla la Torre del Reloj o Torre de los Ayllón de arquitectura barroca, levantado a mediados del XVIII, alberga la Casa del Belén de la Región de Murcia como museo de artesanía belenista, tiene su escudo heráldico labrado en piedra con las armas de los Ayllón y el reloj de sol situado en la torre. Los señores de Ayllón (tenían títulos y tierras) se unieron con los de Carrión (tenían dinero, pero no el ilustre linaje). Celebraban el Auto de Reyes Magos en la puerta de la Casa con la participación de los Auroros, en junio la noche de San Juan, los desperfolles del maíz acababan en fiestas con bailes regionales donde corría el vino.

Desde el Carril de La Torre giramos a la derecha y luego a la izquierda por la estrechita calle Santo Domingo hasta el final, el carril bici, cruzamos por el puente y la Av. Región Murciana buscando los Carriles de la Enera, Placido y la Carretera Tiñosa, las obras del AVE nos obligan a ir junto a la vía hasta cruzar el paso a nivel de la Senda de Los Garres, por la derecha en el Carril Baltas atajamos por el cañar, cruzamos la acequia y a través de un huerto de limoneros, traspasamos una puerta corriendo el pestillo para enlazar con el Carril y la Torre-Caradoc. Lord Howden, militar y diplomático británico se retiró sin derecho a pensión por problemas de salud, adquirió la Torre-Caradoc , con una cruz puesta hacia abajo en el techo de su capilla, se cree que la construyó por amor a la embajadora de Cartagena.

Por la Av. del Progreso seguimos la Ronda Sur de vuelta. La ruina avanza más rápida que nuestras bicis por la huerta murciana. Debemos ponerle freno ya, empezando por agradecer a las asociaciones y movimientos implicados con el Consistorio, para evitar la pérdida irreparable de las casas-torre emblema de nuestra historia reciente.

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