Castilleja del Campo - Sanlúcar de Barrameda.

La segunda vez que voy a Sanlúcar de Barrameda en bicicleta, esta vez desde mi pueblo.

Esta es una ruta muy bonita y bastante engañosa. Parece que no hay que hacer esfuerzo por ser llana, pero ahí está precisamente la dificultad, no se puede dejar de dar pedales.

La he hecho solo teniendo que poner a prueba mi capacidad de abstracción. La primera parte, hasta Coria, es bastante distraída, pasando por una gran variedad de paisajes, desde la campiña, pasando por el aljarafe donde predominan los olivares, hasta la cercanía a Coria donde entramos en plena cuenca del Guadalquivir.

Cruzo a la otra orilla en la barcaza (1´5 €), que siempre me parece como cruzar a otro lugar mucho mas lejano, creo que tienen grandes diferencias en ese punto las dos orillas. Desde aquí solo queda armarse de paciencia y hacer poco a poco los algo mas de 80 kilómetros que me quedan.

La constante presencia del río y la abundancia de aves, hacen que todo sea mas distraído, mas entretenido, también la presencia de un mercante que, como yo, desciende hacía la desembocadura y que en un primer momento deja a uno un poco descolocado, un buque en estos contornos, máxime cuando el agua no se ve por la vegetación. Me fascina esta presencia.

La vez anterior entré por el pinar del Algaida, que recuerdo transcurría por senderos con un firme magnífico. Esta me decidí por el lado contrario, por las marismas y salinas de Bonanza. Había llovido hacía poco y las vacas habían dejado sus marcas en forma de agujeros, que una vez secado el barro, se convirtieron en una tortura después de 100 kilómetros. Un final terrible que no creo haga otra vez. Prefiero el pinar.

Ya en Sanlúcar una ducha en el complejo polideportivo, que tan amablemente ceden para los que venimos de lejos, y a reponer fuerzas con la magnífica gastronomía de este gran pueblo.