Camino del Cid - tercera etapa, Castillejo de Robledo - Gormaz

La mañana como ya empezaba a ser habitual amaneció nublado y amenazaba lluvia, cosa que ya me iba acostumbrando a esa situación, pero con la climatología no podemos hacer nada, ¿o si hacen?, bueno ese tema no lo voy a tocar, abría mucho de que hablar y no es el caso.
A las siete de la mañana ya estaba pedaleando y empezando a disfrutar de la naturaleza y de todo animal que se me iba cruzando por los caminos, ciervos, jabalís, zorros y algún que otro erizo, cosa que me encantaba verlos y disfrutar el verlos y saber que ellos llevan mucho más tiempo que el hombre en la tierra, ellos sin el hombre saben vivir, por mucho que me digan que si no fuese por la caza no existirían, en fin otro tema que no voy a tocar por evitar polémicas.
El primer pueblecito por el que cruce saliendo de Castillejos fue Miño de San Esteban, más adelante pase por Aldea de San Esteban, siguiendo pedaleando llegue a San Esteban de Gormaz, ahí hice parada obligatoria, pues por el trayecto perdí la bomba de hinchar y necesitaba una por si acaso, así que como aun era temprano para el comercio tuve que hacer tiempo hasta que abriese una tienda donde tenia cosas de bicicletas, asi que tome un café con leche y una magdalena para hacer tiempo a que abriese la tienda, después de comprar la bomba de hinchar, que por cierto el señor de la tienda me dio una pegatina del Camino del Cid y la pegue en una de las alforjas y seguí camino cruzando Pedreja de San Esteban, luego por Alcubilla del Marqués y desde ahí me dirigí a El Burgo de Osma, eso era cita obligatoria, pues por su historia, arquitectura y gastronomía se tiene que visitar, una vez en El Burgo de Osma, después de la mini visita turística, frente a la Catedral de la Asunción del Burgo de Osma, un bar del que no recuerdo su nombre, ahí me senté en su terraza y me pedí dos torreznos y una cervecita y eso si es una buena barra energética, luego con calma y fuerzas repuestas seguí camino, a la salida del Burgo, me encontré con otro cicloturista que iba haciendo también el Camino del Cid, pero en sentido contrario, el hombre venia desde Valencia, ahí estuvimos charlando un ratillo, nos despedimos y cada uno siguió su camino, yo hacia Navapalos, que me quede asombrado de la extensión de hectáreas de cultivo de manzanos y todos ellos cubiertos de red de plástico oscuro, para evitar supongo la pedregada, pero nunca he visto tantas hectáreas de manzanos juntos, cruce Navapalos, que también tiene su historia relacionada con El Cid, pero lo dejo para que otros lo lean o se instruyan, a continuación cruce Vildé y enseguida me orille al río Duero, este río, hizo de frontera en Gormaz, que por cierto, ya empezaba a ver su grandísima fortaleza, una fortaleza de las más grandes de Europa en su época, conocida como la Fortaleza Califal de Gormaz, cuyas ruinas por la tarde tuve el placer de recorrerla y verla en su totalidad y quede impresionado por sus dimensiones, en su época tubo que ser impresionante, tanto en sus dimensiones como arquitectura y defensas, no me voy a extender más, sólo decir que me impresiono y llegue a Gormaz, ahí ya es otra aventura.