Cazorla Nacimiento Río Guadalquivir

EN BUSCA DEL RÍO GUADALQUIVIR DESDE CAZORLA

Que decir de la sierra de Cazorla, mires a donde mires paisajes INCREÍBLES, el terreno bueno, por pistas, la ruta de 66 Km. a pesar de bastante desnivel (casi 1.500 metros), es muy cómoda.
El nacimiento del río Guadalquivir una maravilla.
De la compañía solo decir una cosa, simplemente ESPECTACULAR.

El día amaneció fresco y nublado como estaba previsto, pero nos respetó la lluvia que no apareció en todo el día y pudimos disfrutar con nuestras bicis por esa sierra tan interesante.
Salimos del Hotel Las Villas (bonitos apartamentos pero que necesitan una reforma urgente, están viejos por dentro tanto los muebles como los baños), cruzamos el pueblo de Cazorla donde hicimos la primera parada “obligatoria” para retratarnos en la original “casa de las bicis”.

Como el desnivel era fuerte desde el principio algunos nos quitamos el cortaviento en esa primera parada.
A continuación nos dirigimos por una carretera comarcal con muy poco tráfico, subiendo constantemente, hacia el pueblo de La Iruela y de ahí seguimos subiendo siempre arropados por mucha vegetación y arboleda típica mediterránea con pinos principalmente hasta que se acaba la carretera y comienza un camino forestal, donde solo se oían los cantos de las diferentes aves de la zona, seguimos con unas buenas vistas de Cazorla y el castillo de la Yedra que no pudimos disfrutar en todo su esplendor por la niebla, seguimos subiendo continuamente con desniveles que van variando entre un 5% y un 16% máximos hasta terminar los 20 km de ascensión continua, solo interrumpidos por alguna parada en los bonitos miradores y por la vista de Agus, máquina total que no solo es capaz de pedalear sin pausa, sino que a la vez puede tanto amenizarnos con sus relatos como distinguir en el margen de la pista el fósil de una caracola y así hasta coronar el puerto Lorente, desde ahí empezamos a disfrutar de un divertido descenso por una pista ancha y embarrada, encontrándonos con continuos meandros que bajan por todos sitios y muy buenas vistas, hasta llegar al nacimiento del rio Guadalquivir.





Una vez “conquistado el nacimiento del rio Guadalquivir” trepando a pie entra rocas y arbustos por Antonio, Dani y un servidor y hacernos las fotos de rigor descubrimos que todavía no estábamos en el nombrado nacimiento simplemente descubriendo que el rio volvía a aparecer después de la filtración que acabábamos de conquistar.
En fin, que volvimos a coger las bicicletas e intentamos remontar el rio hasta que los integrantes más cuerdos del grupo nos convencieron de que deberíamos volver en algún momento del día por lo que empezamos a descender por una pista forestal muy ancha y lisa paralela al rio Guadalquivir, disfrutando de una de las más variadas riveras de flora y fauna por las que hemos ciclado, siempre escuchando a nuestra derecha el cauce del rio bajando a medida que iba ensanchándose, hasta que llegamos a una zona recreativa La Herrería donde hicimos la parada para comernos unas barritas y los riquísimos bocadillos que tan amablemente nos preparó Antonio por la mañana, bueno los que le quedaban de ellos, porque un kilómetro antes nos encontramos a dos zorros que no solo no se espantaron de nosotros, sino que parecía que nos estaban esperando en el medio de la pista y según cuenta la leyenda los zorros del lugar son capaces de sacar la comida de una mochila, jejeje.

Como decía la zona recreativa estaba muy bien organizada, con una bajada hasta el mismo rio Guadalquivir donde había unas pozas de agua clara, transparentes, que incitaban a darse un baño, pero estaba tela de fría, tanto la mañana como el agua.
Seguimos y llegamos una carretera que nos llevaría por asfalto hasta el punto de salida, no sin antes seguir subiendo hasta llegar al mirador del Puerto de Las Palomas, en el puerto de Las Palomas.


Ruta muy bonita y recomendable a la que solo he encontrado una pega, que se hacen bastantes kilómetros por carretera y aunque no tiene mucho tráfico es asfalto y aun con esto merece mucho la pena por el resto de la ruta. En la bajada no nos alcanzó ningún coche y esto también nos permitió disfrutarla a nuestra manera con divertidos adelantamientos unos a otros.