Chinchilla. Callejeo con castillo, cuevas, convento, etc y sendas; la del agua, bosquecillo,etc

El puñetero viento azota con fuerza los toldos de los pisos más altos. No hay duda si salgo hoy lo voy a pasar mal. Pero claro, hay que Salir y parece que en dos o tres días la cosa empeora…Hay que aprovechar.
Esta reflexión, con la frente pegada al cristal de la ventana, es algo recurrente en estos días de invierno.
Al final decido hacer trampa y me subo a Chinchilla con la bici en el coche. Aprovecharemos para investigar un poco y al abrigo de las calles y de la montaña seguro que pasamos un buen rato.
Salgo del bar el peñón y me meto en el pueblo directo a subir cuestones en dirección al castillo. El principal aliciente de esta zona es que al bajar la senda del castillo veo de reojo que sale una senda hacia arriba justo antes de coger la bajada a la calle… Pues a subir, a ver que tal está. Perfecto, es una pequeña senda que nos deja justo frente a la senda de los tejados. No tiene nada, pero quitamos un trozo de calle.
Después más callejeo. Visitamos los rincones más bonitos del pueblo, con sus casas cueva, el convento de las monjas, la calle médicos, la plaza etc.
Una vez bien callejeaos pasamos a las sendas. Busco sendas largas y es una de las pocas veces que hago el camino de las perdices completo. En la senda del desprendimiento veo con preocupación que se ha caído un trozo de cornisa y ha cerrado el paso que la gente comenzaba a abrir en el borde del precipicio. Sin duda esa cornisa es inestable y se seguirá cayendo. Espero que no suceda cuando pase alguien.
Después voy hasta la casa del agua. Subo por una rambla con algo de roca y bajo siguiendo una que es todo arena, pero la voy franqueando siguiendo una senda difuminada, e incluso sorteando piedras y matojos.
Regreso por la senda del bidón y la de la cuesta y de regreso al bar el peñón.
Etapa muy entretenida, con el aliciente de ese pequeño trozo de senda en el castillo que no conocía.
¡A disfrutar¡