Circular desde Farlete a San Caprasio 834 m, descendiendo por Las Colladas

Dejo la furgoneta junto a las escuelas, desde allí, cojo a mano izquierda una pista de cemento, por la que paso junto a la ermita de Nuestra Señora de la Sabina, donde el asfalto da paso una camino de tierra, que rápidamente se bifurca en dos, tomando el ramal de la derecha, por el que tras un corto tramo de subes y bajas, comienzo a ganar desnivel, con la vista puesta en la ermita de San Caprasio y la torre de la Torraza, a cuyo desvío llego.

La idea era visitarla, porque está a menos de un kilómetro, pero la pista de acceso está cortada por una batida de caza, así que continúo durante unos metros por terreno llano, para acto seguido, seguir ganando desnivel, dejando a mi derecha un camino que conduce al refugio de Aldea Correo.

Siguiendo el camino, este me deja a la altura de San Caprasio, que poco a poco voy dejando atrás, pasando por zonas de pastos y viejos campos de almendros ya en flor, alcanzando una encrucijada, donde tomo el camino de la izquierda, por el que paso junto a un refugio, en el que hay un nuevo cruce de caminos.

En este punto, inicio la ascensión final a San Caprasio, donde la pendiente se acentúa, adentrándome en el pinar, hasta alcanzar la base del monte San Caprasio, donde más tarde regresare para continuar bajando, pero que de momento lo tomo de subida, iniciando una larga y pendiente ascensión, por la que paso primero junto al vértice geodésico, para finalizar ya por terreno llano en el desvío hacia la cuevas de los Monjes, hacia las que me acerco por una estrecha senda colgada en el vacío, donde dejo la bicicleta al lado de la escalera de acceso.

Después, bajo las escaleras, me acerco hasta las cuevas caminando, las visito una a una, dejando para el final, la que ubica el eremitorio rupestre, conocido como la cueva de la Salud.

Tras visitarlas, recojo la bicicleta con la que regreso a la intersección, donde acometo la subida a la ermita de San Caprasio, por una dura rampa, con el piso bastante descompuesto en algunas zonas, hasta llegar a la ermita, desde la que disfruto de las vistas de la sierra de Alcubierre, la sierra de Guara, los pirineos y el Moncayo.

Luego, inicio un largo y pronunciado descenso hasta alcanzar la encrucijada, donde está vez si, continúo todo recto por la pista principal, atravesando un bonito pinar en el que la pendiente va disminuyendo, aunque las continuas lazadas del camino, hace que vaya con precaución.

A medida que el pinar va desapareciendo, la pendiente se suaviza hasta casi desaparecer, alternando tramos de llano con otros de suave descenso, pasando junto al refugio del Jabalí, donde tomo a mano izquierda el camino que por las Colladas me ha de llevar hasta Farlete, descendiendo por un camino donde los diferentes barrancos que circulan cerca de él o lo atraviesan, forman algunas zonas con barro, en las que paso con precaución.

Sobre el kilómetro 17 (17.4), el camino se bifurca en dos, teniendo la posibilidad de subir hasta Monte Oscuro, cuya bola del radar meteorológico es visible desde aquí, pero que por falta de tiempo descarto, para coger el ramal de la izquierda, por el que tras un ligero ascenso llego a la Escayeruela; lugar en el que inicio el segundo descenso de la jornada, con una fuerte pendiente y el piso muy descompuesto, que me obliga a tirar de freno.

Una vez perdido todo el desnivel, ahora tan solo me queda recorrer el camino que une Farlete con Alcubierre, que discurre paralelo a un encajonado barranco de yeso, que cruzo cerca de su desembocadura, donde ya diviso la ermita de Nuestra Señora de la Sabina, a la que no llego, ya que a tan solo unos metros, tomo otro camino por el que accedo a Farlete, dando por finalizada esta sencilla pero bonita circular, que se puede alargar al gusto de todos.