Cornellana-Ribera del Narcea-San Martin de Lodon-vega del Pigüeña-monte faedo-Belmonte (Ray2017)

Guapa ruta que discurre por los bosques de Ribera y vegas del Narcea y del Pigüeña. La ruta Sale del corazón de cornellana, tras pasar por delante del bello monasterio convertido en albergue de peregrinos; para buscar las vegas del Rio Narcea en dirección a Laneo. Este tramo inicial de ruta es fácil de ciclar y pasa por en medio de praderías y fincas asi como pequeños nucleos rurales. Llegamos a Laneo, famoso por sus antiguos secaderos de tabaco; pasando al lado de una de las mayores paneras de toda Asturias. Con incontable número de pegollos, a la vera de una casona asturiana que luce guapo escudo o blasón. Luego tras pasar este bello enclave rural se coge un ramal que sale en paso angosto por la derecha y que sube a media ladera de la montaña. Mientras ciclas por bello sendero disfrutas de bellas panorámicas del Narcea y de sus vegas y pueblos ribereños. Un bonito tramo de casi 3 kms, en el que literalmente pedaleas por un balcón colgado de la montaña, se continúa con el cruce del puente colgante sobre el Narcea, a la altura de san Martin de Lodon para pasar a la otra margen del rio.
Tras dejar atrás san Martin de Lodon salimos de la carretera en busca de la senda "salmonera de arriba", de tal manera dejamos las aguas del narcea para seguir el curso del rio pigüeña. Bello tramo de floresta en sentido ascendente hasta llegar al area recreativa de selviellla, bello remanso de paz y tranquilidad donde el río parece detenerse pudiendo darte un buen baño y reponer fuerzas en tan bella area un poco abandonada por desgracia. Allí castaños centenarios y otras especies arbóreas autóctonas reinan por doquier. Dejamos atrás la vieja central eléctrica para buscar la falda del monte Faedo. Un bello y extenso pinar se abre ante nuestra vista. Para llegar a él duras rampas de otrora pista hormigonada, devorada ahora por la naturaleza en esta epoca del año. Los artos y helechos medran lo suyo tapando parcialmente el camino y acariciando lastimosamente en ocasiones nuestros tobillos y piernas en algunos tramos. La cuesta cada vez más pindia toma sentido ascendente, con rampas que superan el 20% de desnivel, como si el camino nos quiesiera llevar a la cima en corto espacio de tiempo. Pasamos la zona de las peñas del agua donde nace un arroyo afluente del pigüeña, y donde hay restos de viejas casas y es allí donde el desnivel por fin baja de intensidad. Comienza un bello tramo de subida a modo de largas zetas, en medio de un impresionante pinar. Es fácil ver setas en otoño en el lecho del camino y son frecuentes los lugares donde los jabalís demuestran su presencia. Un corzo, al que sorprendí con mi silencioso pedaleo, cruza raudo el camino y Poco más arriba un par de arañas intentan crear un muro de telas para atrapar a los despistados insectos que por alli pasan, a ellos no sé pero a mí si que me atraparon.... Sigue el camino ascendente, y merece la pena en alguna de sus revueltas darse la vuelta y contemplar enfrente a nosostros la estampa de la sierra del Courio y alli abajo las casa diminutas de selviella. Poco antes de salir a pista asfaltada el camino vuelve a cerrarse un poco por la vegetación durante unos doscientos metros, haciendo dificil el pedaleo en ascenso. Salimos a la pista asfaltada que sube del cruce de Belmonte al alto de las Cruces y que conduce al Camin Real de la Mesa. Poco antes de coronar giramos a la derecha en dirección al pueblo de Faedo, donde el tiempo parece haberse detenido en el siglo XIX.... Para ello se sube medio kilometro más por asfalto llegando casi a la cumbre de los 715 mts de altitud del monte Faedo, donde unas antenas repetidoras de señal de telefonia coronan el mismo y desde donde las vistas de Belmonte son muy bellas y espectaculares.
Atravesamos el medio del pueblo lleno de "pitas", gatos, y demás animales y aves domésticas.. sin topar ningún ser humano. Pues aunque hay al menos 30 casas no creo que haya más de 3 ó 4 habitadas. Inicamos el descenso por un "cucheiro" que da paso a una pista angosta encerrada en un túnel de vegetación por donde ni los días más soleados entra la luz del sol. Llegamos a una apertura del camino, un bello mirador o balcón del valle, donde es obligado detenerse y disfutrar de bellas vistas, con el pueblo de corias colgado a mitad de la montaña ahí abajo. Seguimos ruta por bella pista con el suelo sembrado de piedras aquí y allá en busca del siguiente núcleo rural del camino Meruja en primera instancia y luego Repenerencia, extraño nombre...
Aqui comienza una estrecha pista asfaltada que conduce en impresionante pendiente hasta el corazón del pueblo Belmonte, final de ruta del dia de hoy. Allí puedes visitar la casa del Llobu y degustar buena gastronomía en el Hotel Restaurante casa Cela, con buen menú diario y excelente carta de comidas.