Cortijo Escribana, Vereda Azuzadilla, Cerro Herrero, Alto Rodaderos, Barranco de Almeiza, Campamento Militar del Padul.

Recorrido extraordinario entre los límites de las Sierras de la Pera, de la Mora y las Albuñuelas.

Cambiando de tercio, hoy volvemos a escenarios que tenemos un tanto abandonados. Escenarios recios y bravos donde las vivencias y sensaciones son potentes y llenas de adrenalina. La que nos proporciona las veredas Azuzadilla, Almeiza, Cañalarguilla y Cunilla, siendo estas técnicas en algunos tramos, en los cuales, habrá que poner pie en tierra (al menos yo).

Azuzadilla y Almeiza: La primera serpentea a media ladera por un bosque de pinar
entrando y saliendo de barrancos. La de Almeiza se inicia desde la antena de la parte alta de la Cuerda de Rodaderos y baja por el interior del barranco de Almeiza. Barranco completamente cubierto de vegetación hasta la parte final de la Loma del Duende.

En contracte de las dos primeras que todo es vegetación, las otras es zona de lastonar y calar.

Pero...para saborear postres... antes hay que comer y la "comanda" la iniciamos desde el Área de Servicio del Padul y por las inmediaciones del desguace tomamos la pista de Benigüelas al cortijo de La Escribana en las estribaciones de Sierra de la Pera y de camino acercarnos a la Cantera de granito abandonada hace muchos años.


Desde la Escribana, la cantera parece insignificante, pero una vez en ella observas la magnitud de su grandeza. Vuelta, y a seguir de camino a la cantera de áridos en el camino de Jayena donde se inicia la Azuzadilla previo tramo por la finca del Teatino en la Sierra de la Mora.

La Azuzadilla (también llamada del Tranco) no defrauda a nadie. No es técnica ni salvaje pero tiene un encanto especial y todo aquel que se interna en ella sale contento y satisfecho, pero ¡¡ojo!! cuidado en las entradas y salidas de los barrancos. Son ángulos cerrados y contra peraltados.

La Azuzadilla termina en el kilometro catorce de la carretera de la Cabra, continuando por ella un tramo hasta adentrarnos en la parte alta del Barranco de la Burra (Cañada Real, Granada Almuñecar) y retomar la carretera en el kilometro diecisiete. Aquí, giro de 180º para coger el carril de los cortijos del Puerto (tras un corto tramo de asfalto) para subir al cerro Herrero y Cuerda de Rodaderos. Una vez abandonado el asfalto a la derecha, al inicio del carril sortearemos una barrera que no impide el paso. El carril termina en uno de los cortijos del puerto. A partir de aquí el carril continua pero conforme ascendemos se va perdiendo a la misma vez que se va "endureciendo". Un fuerte desnivel y el estado de lo que fue carril nos complica superarlo no solo por el desnivel en sí, por el terreno. Superado el escalón. el desnivel se amansa y llegaremos a la primera alambrada. No tiene portillo, pero por el lado izquierdo hay una abertura por la que pasamos. Quinientos metros más adelante, otra alambrada que esta sí la podemos abrir y llegar a unos cortijos donde solo hay perros. El paso de las alambradas lo hemos resulto bien, pero salir de los cortijos costará más. Un gran portón nos corta el paso y la alambrada es bastante alta. De haber venido solo, ¡¡imposible!! pasar la bicicleta. Una vez resuelto el atolladero, continuamos por el carril al Cerro Herrero y sus antenas.

Ganada la máxima altura del día, volvemos sobre nuestros pasos al carril de la Cuerda de Rodaderos, hasta la antena que hay en cumbre donde da inicio la vereda de Almeiza que baja por el centro del barranco del mismo nombre.

La vereda, es el verdadero "postre" de la jornada. Conforme vamos bajando se va "endureciendo": trancos, raíces, pedrolos van apareciendo conforme el barranco se va cerrando. Tiene tramos técnicos pero una vez llegas al final, te sientes muy feliz y satisfecho.

Solo queda regresar y lo hacemos por el antiguo Campamento Militar del Padul y la Rambla del barranco de la Burra, Los Calares, Cañalarguilla y Cunilla.

Día estupendo, y con el placer de mostrar a Dani nuevos escenarios tan intensos como bellos.