Ctra. Sierra-Barranco Umbría-Veguillas-Beas 08 MAR 2014

Bonita ruta la que he realizado hoy, con un día inmejorable para la práctica del ciclismo: día soleado pero sin calor. Un solo inconveniente y es que las intensas lluvias de los últimos días habían dejado su efecto en el terreno y he encontrado algunos tramos con mucho barro. De inicio he subido hasta el Albaicin, para salir al Fargue por San Miguel. Una vez en el Fargue, he abandonado la carretera y he tomado el camino de tierra que nos conduce hasta la Alfaguara. Desde Puerto Lobo, hacemos la subida ya conocida hasta llegar al Barranco de la Umbría. Aquí tomamos un desvío a la derecha donde parte un carril que nos conducirá hasta el cruce donde parte el carril que pasa por el Mirador de las Veguillas. Mas adelante tomamos otro desvío a mano derecha y pasamos por una zona con una plantación de Secuoyas que ofrecen una bonita imagen. Continuamos por el carril hasta que se termina y tomamos una vereda bastante complicada para hacerla entera sobre la bici. Hay tramos con piedras, en pendiente y con el terreno muy suelto que nos obligan a descabalgar. Al final salimos junto a unas antenas de telefonía movil donde tenemos la opción de dejarnos caer hasta Huetor Santillan, o continuar a la izquierda para acceder a la carretera que conduce a Beas. Opto por la segunda opción y continuo por el camino que bordea las canteras hasta que salgo a la antigua carretera nacional y aquí tomo el desvío que parte a la izquierda hasta Beas. Aquí nos dirigimos hacia el camino que bordea el río, la antigua cañada real, el camino de Granada a Beas. Después de cruzar el río en varios tramos, que por cierto bajaba bastante cargado de agua, encuentro una zona donde el camino se pierde literalmente. Haciendo un poco de campo a través al final retomo el camino que me lleva hasta el cortijo de Jesús del Valle. Antes de tomar el Camino del Sacromonte hay que pasar una zona que con las lluvias de estos días se ha convertido en un barrizal y a mi me cuesta perder el bonito "look" que había conservado hasta entonces. Pasar por el Camino del Monte en un día soleado como hoy es un lujo, pero una vez que se llega a la Carrera de Darro, el trayecto se convierte en una pesadilla pues la gente hace casi imposible poder pasar. Una vez sorteados todos los obstáculos corro en dirección a la casa donde me esperan unas cervezas bien frías que hoy se agradecen doblemente.