De Cercedilla a Tetuán. Senderos increibles y deleite visual.
near Cercedilla, Madrid (España)
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Trail photos
Itinerary description
El perfil general de esta ruta es descendente pero ojo que tiene una subida importante al principio, algunas rampas suaves y luego un par subidas serías pero bastante separadas.
Empezamos saliendo desde la estación de Cercedilla. Desde los primeros metros, ya empezábamos a subir rodando por la calle que enfila hacia el camino de las dehesas dirección la Fuenfría, pero en breve hacemos un giro en seco a la derecha por un rampón de asfalto bastante durete.
Luego vienen una secuencia de 4-5 repechos duros. Tras tres zetas infernales, alcanzamos la primera de las múltiples cancelas que toca cruzar hoy para por fin pisar tierra y dejar atrás el asfalto.
La pista pronto se estrecha dando paso a un sendero con una pendiente manejable pero donde los obstáculos de rocas, raíces y estrechamientos nos han hecho emplearnos a fondo.
Por fin, tras adentrarnos en las inmediaciones de Camorritos, la pendiente se invertía y los senderos empiezan a ser de bajada. Ya con respiración más calmada, se puede disfrutar mejor del paraje que la verdad es una maravilla para la vista.
Tras cruzar la vía del tren y rodar en bajada por un tramo de pista amplia, el track nos volvía a sorprender (de hecho de primeras nos hemos saltado el desvío) y nos internaba por un sendero escondido que nos bajaba hasta el nivel del río Pradillos. Aquí es donde ha empezado el orgasmo visual, tras cruzar por un puente dicho arroyo, hemos rodado por un sendero estrecho y sazonado de escalones y rocas que era sencillamente maravilloso.
El sendero a pesar de ser una gozada visual nos ha hecho emplearnos a fondo durante bastante tiempo tanto de piernas como de brazos. Tras ¡¡7 km de sendero!!, y tras pasar cerca del embalse de Navalmedio, seguíamos bajando y entrábamos en Navacerrada. A la salida del pueblo, al cruzar el arroyo Zahurdón por un puente de piedra, hemos hecho una parada para comer un poco.
Tras el breve descanso, hemos continuado caracoleando por senderos de pinares dirección a Mataelpino. En ese tramo hacia la entrada del pueblo, hemos atacado varios rampones que nos recuerdan que no todo es bajada en esta ruta. Aunque eso sí, desde Mataelpino a Manzanares el Real si que es casi todo bajada por pista.
Poco a poco nos hemos ido acercando al parking de la Pedriza y desde ahí en ligera subida, hemos entrado en Manzanares, donde con un callejeo rápido nos hemos plantado en el puente que cruza el pantano y que da paso a la siguiente subida “seria” de la ruta.
Tras quitarnos esta subida que machaca bastante las piernas,, enfilamos la larga bajada hasta el puente medieval del Batán..
Al llegar al puente medieval, hemos hecho otra parada antes entrar en el tramo siguiente que es un completo “rock-park” muy técnico por la cantidad de escalones, rocas y revirados que tiene. Este tramo acaba pasando bajo las vías del tren, y nada más hacerlo, giramos a la derecha y subimos para incorporarnos al camino paralelo a las propias vías. Desde aquí hemos seguido hasta la estación de Colmenar.
Desde la estación de Colmenar, hemos optado hacer el retorno hacia Tres Cantos por la potente bajada que empieza junto a la Ermita de Santa Ana y al cementerio. Tras la primera parte de asfalto, entramos en pista (la bajada sigue siendo potente) acabando en el arroyo Tejada.
Hemos ido rodando por este bonito paraje vadeando varias veces el arroyo hasta llegar a la subida a Tres Cantos (esta sería la última subida “seria” de la ruta).
Ya arriba en Tres Cantos solo nos queda recorrer el tramo de carril-bici hasta Fuencarral, donde hemos parado a limpiar las bicis en la gasolinera porque iban hasta arriba de barro.
Tras limpiar las burras solo nos resta completar el tramo de callejeo por Fuencarral y Chamartín hasta llegar a Plaza de Castilla y bajar al barrio.
Empezamos saliendo desde la estación de Cercedilla. Desde los primeros metros, ya empezábamos a subir rodando por la calle que enfila hacia el camino de las dehesas dirección la Fuenfría, pero en breve hacemos un giro en seco a la derecha por un rampón de asfalto bastante durete.
Luego vienen una secuencia de 4-5 repechos duros. Tras tres zetas infernales, alcanzamos la primera de las múltiples cancelas que toca cruzar hoy para por fin pisar tierra y dejar atrás el asfalto.
La pista pronto se estrecha dando paso a un sendero con una pendiente manejable pero donde los obstáculos de rocas, raíces y estrechamientos nos han hecho emplearnos a fondo.
Por fin, tras adentrarnos en las inmediaciones de Camorritos, la pendiente se invertía y los senderos empiezan a ser de bajada. Ya con respiración más calmada, se puede disfrutar mejor del paraje que la verdad es una maravilla para la vista.
Tras cruzar la vía del tren y rodar en bajada por un tramo de pista amplia, el track nos volvía a sorprender (de hecho de primeras nos hemos saltado el desvío) y nos internaba por un sendero escondido que nos bajaba hasta el nivel del río Pradillos. Aquí es donde ha empezado el orgasmo visual, tras cruzar por un puente dicho arroyo, hemos rodado por un sendero estrecho y sazonado de escalones y rocas que era sencillamente maravilloso.
El sendero a pesar de ser una gozada visual nos ha hecho emplearnos a fondo durante bastante tiempo tanto de piernas como de brazos. Tras ¡¡7 km de sendero!!, y tras pasar cerca del embalse de Navalmedio, seguíamos bajando y entrábamos en Navacerrada. A la salida del pueblo, al cruzar el arroyo Zahurdón por un puente de piedra, hemos hecho una parada para comer un poco.
Tras el breve descanso, hemos continuado caracoleando por senderos de pinares dirección a Mataelpino. En ese tramo hacia la entrada del pueblo, hemos atacado varios rampones que nos recuerdan que no todo es bajada en esta ruta. Aunque eso sí, desde Mataelpino a Manzanares el Real si que es casi todo bajada por pista.
Poco a poco nos hemos ido acercando al parking de la Pedriza y desde ahí en ligera subida, hemos entrado en Manzanares, donde con un callejeo rápido nos hemos plantado en el puente que cruza el pantano y que da paso a la siguiente subida “seria” de la ruta.
Tras quitarnos esta subida que machaca bastante las piernas,, enfilamos la larga bajada hasta el puente medieval del Batán..
Al llegar al puente medieval, hemos hecho otra parada antes entrar en el tramo siguiente que es un completo “rock-park” muy técnico por la cantidad de escalones, rocas y revirados que tiene. Este tramo acaba pasando bajo las vías del tren, y nada más hacerlo, giramos a la derecha y subimos para incorporarnos al camino paralelo a las propias vías. Desde aquí hemos seguido hasta la estación de Colmenar.
Desde la estación de Colmenar, hemos optado hacer el retorno hacia Tres Cantos por la potente bajada que empieza junto a la Ermita de Santa Ana y al cementerio. Tras la primera parte de asfalto, entramos en pista (la bajada sigue siendo potente) acabando en el arroyo Tejada.
Hemos ido rodando por este bonito paraje vadeando varias veces el arroyo hasta llegar a la subida a Tres Cantos (esta sería la última subida “seria” de la ruta).
Ya arriba en Tres Cantos solo nos queda recorrer el tramo de carril-bici hasta Fuencarral, donde hemos parado a limpiar las bicis en la gasolinera porque iban hasta arriba de barro.
Tras limpiar las burras solo nos resta completar el tramo de callejeo por Fuencarral y Chamartín hasta llegar a Plaza de Castilla y bajar al barrio.
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