Finde, Sierra de Segura (20-11-22) Prados de la Mesta, Acebeas, Navalperal, La Hueta, Laguna de Orcera, Los Prados.
near Peña Rubia, Andalucía (España)
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Itinerary description
Segundo día, y fin del finde.
Al igual que ayer, desde Los Prados de la Mesta, por carretera en dirección a Siles vamos hasta el Refugio Era del Fustal donde tomamos el ¡¡exuberante y extasiante!! sendero GR-247 del tramo correspondiente a la etapa 21 (Refugio era del Fustal - Área Recreativa Peña del Olivar). El sendero se adentra en uno de los más peculiares santuarios de la naturaleza en el sur de Europa: el bosque de acebos de Las Acebeas. Vamos a internarnos en un bosquete de acebos, una formación vegetal absolutamente excepcional en el sur de España. Desde el principio, por un bosque frondoso y diverso, con pinos salgareños y negrales, quejigos, encinas, majuelos, e incluso arces y melojos. A los cinco minutos de marcha, aproximadamente, veremos el primer acebo. Conforme avanzamos en la espesura y verdor de lo que nos rodea, nos sentimos totalmente envueltos por una atmósfera propia de un bosque del centro o norte de Europa. Es un lugar para detenerse, observar y sentir. Estamos tan fascinados que al llegar a la Casa Forestal de Las Acebeas el extasís es total. La casa forestal de Las Acebeas se conserva en uso, (Vive permanentemente un Agente de Medio Ambiente) y la valla que la rodea suele estar cerrada vigilada por grandes perros. Son ladradores, pero no peligrosos. Es una casa grande y hermosa que con los colores otoñales señorea y hermosea aún más.
Apenas perceptible desde abajo, la caseta del INFOCA, nos llama y retomamos pedales, peana y a ella vamos.
Son algo menos de tres klm de subida por pista que corresponden a un tramo del sendero PR-A-176. Conforme vamos ascendiendo y ganado altura, la vegetación va perdiendo presencia, y ganando el lastonar y el kárstico.
La pista zigzaguea y cada ángulo que damos es un balcón de panorámicas excepcionales en el horizonte hasta dar con la meseta del Calar donde finaliza la pista en un giro de 180º situándonos en primer lugar en el mirador Navalperal, desde el cual las panorámicas son ¡¡SOBERBIAS!!. En la lejanía, el Yelmo, Calar de Los Caracoles, la Sierra de Las Villas, Segura de la Sierra, y en la parte baja las aldeas de los Moralejos.
Continuamos a la parte final del Navalperal. La Caseta del INFOCA.
Situada en el riscal donde se asienta la caseta, en el extremo sur del largo calar de Navalperal, a 1640 metros de altitud, y constituye uno de los mejores miradores del parque natural. Las impresionantes panorámicas abarcan territorios de las provincias de Jaén, Ciudad Real, Albacete y Granada. Hacia el norte se divisan las llanuras manchegas, el Cambrón y las montañas de la Sierra de Alcaraz, donde destacan La Sarga y el Almenaras. Hacia el oeste, los acantilados de Segura La Vieja, el valle alto del Trujala, Orcera y la torre del homenaje del castillo de Segura de la Sierra. Hacia el sur vemos El Yelmo y al fondo El Banderillas, la gran mole de La Sagra y las Sierras de Las Villas y Cazorla. Y al este contemplamos los calares del Mundo, el Mentiras, el Navalespino y el Morillas. (Aunque bien cierto es que hoy el cielo con nubes altas lo ha impedido, pero en visitas anteriores, doy fe que cierto es que así es). A cambio, hemos podido ver la mayor concentración de Buitres Leonados (que yo haya visto) volando bajo la caseta como sobre nuestras cabezas...ha sido ¡¡impresionante!!.
Regresamos a las Acebeas y continuamos por el ¡¡NIRVANA!! que es el sendero GR-247 al Pozo de la Nieve. Una robusta y escondida construcción de piedra donde antiguamente se almacenaba la nieve, que se convertía en hielo de manera artesanal para su transporte y uso durante el verano por parte de quienes se podían permitir ese lujo. El pozo donde se almacenaba y prensaba la nieve está actualmente tapiado por razones de seguridad, por lo que en el interior de la construcción solo queda una pequeña estancia a modo de pequeño refugio, donde comprobamos el incivismo de cierta gente. Basura y excrementos donde debería imperar limpieza y respeto.
Abandonamos el lugar y la historia que representa desandando a la pista que lleva a la aldea de la Fresnedilla. Pista que abandonamos a nuestra izquierda y continuar por el GR-247 a la Piedra del Agujero. Continuando el sendero, más adelante, si giramos la vista hacia atrás podremos observar la Piedra, de la que habitualmente solo se ve un agujero, pero que desde determinados ángulos puede comprobarse que tiene una segunda abertura larga y muy estrecha, de ahí su nombre. Desde la plataforma del sendero continuamos gozando de buenas vistas hacia el este, además del placer de recorrer un viejo camino con calzos de piedra seca, lo que hace volar nuestra imaginación hacia un pasado en el que construir estas vías de comunicación costaba un enorme esfuerzo. Al frente aparece la inconfundible Muela de Bucentaina.
Nuestro camino nos lleva a la Hueta y tenemos que abandonar el sendero por una pista a nuestra izquierda, en el Collado Mirahueta, un magnífico mirador natural hacia la vertiente opuesta. En este Collado de Mirahueta, donde pasamos del monte Navalperal al monte Bucentaina, y desde el citado mirador nos sorprende una vastísima panorámica hacia el oeste, con grandes bosques, la pequeña aldea de La Hueta, los montes Peñalta y El Yelmo, Sierra Oruña y, a lo lejos, las Sierras de Las Villas y de Cazorla.
Hasta aquí, el sendero ha sido un disfrute total. Ahora por la pista el disfrute es bajar sin pedalear. Vamos divisando la Aldea de Puente Honda y La Hueta.
En la Hueta se respira, paz, calma y Naturaleza. Pareciese que el tiempo aquí se detuvo. El agua es parte indisoluble de esta aldea, al igual que es parte de ella.
En la Hueta, la idea era acceder a la laguna de Orcera por un sendero que lleva a las cascadas y al río Morles. Era la idea...idea que hubo que desecharla por la dificultad que nos hemos encontrado desistiendo de la misma. Vuelta a la Hueta y por carretera en dirección a los Royos ascendemos hasta coger a nuestra izquierda la pista que lleva a la Laguna. Decepción: totalmente seca. Esta laguna suele tener agua solo en los periodos húmedos y tal como llevamos el año de "pobreza" hídrica era lo más probable...
Las horas se van acumulando y el regreso (nos espera un largo viaje) aconseja desechar otras variantes, hay que volver.
Continuamos por carretera al Refugio Era del Fustal y por ella en dirección a Pontones, la abandonamos esta a nuestra izquierda antes de llegar al cortijo de la carnicera por el sendero que lleva de la Aldea de Moralejos de Abajo con Cerrico Montero donde nos incorporamos nuevamente a la carretera y a Prados de La Mesta finalizando un finde de los que no se olvidan nunca. ¡¡Sobre todo por el de ayer!!.
Ha sido un placer disfrutar vivir dos jornadas intensas por este paraíso del MTB una vez más junto a Álex, Dani, Félix y Pascual.
Al igual que ayer, desde Los Prados de la Mesta, por carretera en dirección a Siles vamos hasta el Refugio Era del Fustal donde tomamos el ¡¡exuberante y extasiante!! sendero GR-247 del tramo correspondiente a la etapa 21 (Refugio era del Fustal - Área Recreativa Peña del Olivar). El sendero se adentra en uno de los más peculiares santuarios de la naturaleza en el sur de Europa: el bosque de acebos de Las Acebeas. Vamos a internarnos en un bosquete de acebos, una formación vegetal absolutamente excepcional en el sur de España. Desde el principio, por un bosque frondoso y diverso, con pinos salgareños y negrales, quejigos, encinas, majuelos, e incluso arces y melojos. A los cinco minutos de marcha, aproximadamente, veremos el primer acebo. Conforme avanzamos en la espesura y verdor de lo que nos rodea, nos sentimos totalmente envueltos por una atmósfera propia de un bosque del centro o norte de Europa. Es un lugar para detenerse, observar y sentir. Estamos tan fascinados que al llegar a la Casa Forestal de Las Acebeas el extasís es total. La casa forestal de Las Acebeas se conserva en uso, (Vive permanentemente un Agente de Medio Ambiente) y la valla que la rodea suele estar cerrada vigilada por grandes perros. Son ladradores, pero no peligrosos. Es una casa grande y hermosa que con los colores otoñales señorea y hermosea aún más.
Apenas perceptible desde abajo, la caseta del INFOCA, nos llama y retomamos pedales, peana y a ella vamos.
Son algo menos de tres klm de subida por pista que corresponden a un tramo del sendero PR-A-176. Conforme vamos ascendiendo y ganado altura, la vegetación va perdiendo presencia, y ganando el lastonar y el kárstico.
La pista zigzaguea y cada ángulo que damos es un balcón de panorámicas excepcionales en el horizonte hasta dar con la meseta del Calar donde finaliza la pista en un giro de 180º situándonos en primer lugar en el mirador Navalperal, desde el cual las panorámicas son ¡¡SOBERBIAS!!. En la lejanía, el Yelmo, Calar de Los Caracoles, la Sierra de Las Villas, Segura de la Sierra, y en la parte baja las aldeas de los Moralejos.
Continuamos a la parte final del Navalperal. La Caseta del INFOCA.
Situada en el riscal donde se asienta la caseta, en el extremo sur del largo calar de Navalperal, a 1640 metros de altitud, y constituye uno de los mejores miradores del parque natural. Las impresionantes panorámicas abarcan territorios de las provincias de Jaén, Ciudad Real, Albacete y Granada. Hacia el norte se divisan las llanuras manchegas, el Cambrón y las montañas de la Sierra de Alcaraz, donde destacan La Sarga y el Almenaras. Hacia el oeste, los acantilados de Segura La Vieja, el valle alto del Trujala, Orcera y la torre del homenaje del castillo de Segura de la Sierra. Hacia el sur vemos El Yelmo y al fondo El Banderillas, la gran mole de La Sagra y las Sierras de Las Villas y Cazorla. Y al este contemplamos los calares del Mundo, el Mentiras, el Navalespino y el Morillas. (Aunque bien cierto es que hoy el cielo con nubes altas lo ha impedido, pero en visitas anteriores, doy fe que cierto es que así es). A cambio, hemos podido ver la mayor concentración de Buitres Leonados (que yo haya visto) volando bajo la caseta como sobre nuestras cabezas...ha sido ¡¡impresionante!!.
Regresamos a las Acebeas y continuamos por el ¡¡NIRVANA!! que es el sendero GR-247 al Pozo de la Nieve. Una robusta y escondida construcción de piedra donde antiguamente se almacenaba la nieve, que se convertía en hielo de manera artesanal para su transporte y uso durante el verano por parte de quienes se podían permitir ese lujo. El pozo donde se almacenaba y prensaba la nieve está actualmente tapiado por razones de seguridad, por lo que en el interior de la construcción solo queda una pequeña estancia a modo de pequeño refugio, donde comprobamos el incivismo de cierta gente. Basura y excrementos donde debería imperar limpieza y respeto.
Abandonamos el lugar y la historia que representa desandando a la pista que lleva a la aldea de la Fresnedilla. Pista que abandonamos a nuestra izquierda y continuar por el GR-247 a la Piedra del Agujero. Continuando el sendero, más adelante, si giramos la vista hacia atrás podremos observar la Piedra, de la que habitualmente solo se ve un agujero, pero que desde determinados ángulos puede comprobarse que tiene una segunda abertura larga y muy estrecha, de ahí su nombre. Desde la plataforma del sendero continuamos gozando de buenas vistas hacia el este, además del placer de recorrer un viejo camino con calzos de piedra seca, lo que hace volar nuestra imaginación hacia un pasado en el que construir estas vías de comunicación costaba un enorme esfuerzo. Al frente aparece la inconfundible Muela de Bucentaina.
Nuestro camino nos lleva a la Hueta y tenemos que abandonar el sendero por una pista a nuestra izquierda, en el Collado Mirahueta, un magnífico mirador natural hacia la vertiente opuesta. En este Collado de Mirahueta, donde pasamos del monte Navalperal al monte Bucentaina, y desde el citado mirador nos sorprende una vastísima panorámica hacia el oeste, con grandes bosques, la pequeña aldea de La Hueta, los montes Peñalta y El Yelmo, Sierra Oruña y, a lo lejos, las Sierras de Las Villas y de Cazorla.
Hasta aquí, el sendero ha sido un disfrute total. Ahora por la pista el disfrute es bajar sin pedalear. Vamos divisando la Aldea de Puente Honda y La Hueta.
En la Hueta se respira, paz, calma y Naturaleza. Pareciese que el tiempo aquí se detuvo. El agua es parte indisoluble de esta aldea, al igual que es parte de ella.
En la Hueta, la idea era acceder a la laguna de Orcera por un sendero que lleva a las cascadas y al río Morles. Era la idea...idea que hubo que desecharla por la dificultad que nos hemos encontrado desistiendo de la misma. Vuelta a la Hueta y por carretera en dirección a los Royos ascendemos hasta coger a nuestra izquierda la pista que lleva a la Laguna. Decepción: totalmente seca. Esta laguna suele tener agua solo en los periodos húmedos y tal como llevamos el año de "pobreza" hídrica era lo más probable...
Las horas se van acumulando y el regreso (nos espera un largo viaje) aconseja desechar otras variantes, hay que volver.
Continuamos por carretera al Refugio Era del Fustal y por ella en dirección a Pontones, la abandonamos esta a nuestra izquierda antes de llegar al cortijo de la carnicera por el sendero que lleva de la Aldea de Moralejos de Abajo con Cerrico Montero donde nos incorporamos nuevamente a la carretera y a Prados de La Mesta finalizando un finde de los que no se olvidan nunca. ¡¡Sobre todo por el de ayer!!.
Ha sido un placer disfrutar vivir dos jornadas intensas por este paraíso del MTB una vez más junto a Álex, Dani, Félix y Pascual.
Waypoints
Waypoint
4,130 ft
Los Royos.
Waypoint
3,322 ft
Imposible continuar.
Waypoint
3,234 ft
Camino perdido
Waypoint
3,056 ft
Buscando un recorte
Waypoint
4,449 ft
Sendero GR-247
Comments (2)
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Hola juan ,menudo fin de semana os avíes pegado , la descripción de el recorrido y lo acontecido ,como siempre en ti , de premio pulitzer , esta me la he perdido por cagon y por tenerle miedo a el tiempo
un saludo amigo
Hola Pepe. Tú sabes bien que esa zona es ¡¡impresionante!!. Escenarios sublimes por los que te puedes tirar un día entero viendo solo animales de la Fauna Ibérica en cuanto te sales de los caminos más frecuentados. Y es verdad, que cuando los recorridos han siso de esos que nos gustan agradan y llenan (raro es que, vayas por donde vayas no sean así) regresas lleno de sensaciones llenas de vida. Y sí. Se te echó de menos.
¡¡Otro grande para ti!!