Disfrute extremo en Bogarra. Senda de la acequia, el batan, el Padrastro, las Toñeras, Los Vizcainos... Pura vida¡¡

Tengo a la grupeta habitual desperdigada, unos con dolencias, los otros de competición y alguno corriendo, por lo que llamé al amigo José Luis que un buen día conocí en Cenizate en mitad de ruta y me apunté con ellos a disfrutar de los paisajes increíbles de la sierra de Bogarra. Nos juntamos Jose Luis, Antonio, Juan Luis y su hermano Iván. Todos grandes ciclistas generosos con su esfuerzo y buenos compañeros, siempre dispuestos a ayudar en un paso difícil, a animar en las subidas, a disfrutar en las bajadas, y con el cachondeo y el buen ambiente siempre presentes… Pura vida¡¡
Como iba de invitado me dejé llevar por la ruta propuesta por mis anfitriones. Trazado que es del bueno de Alex, que es un buen compendio de lo mejorcito de la zona sin pasarse de técnica ni de km ni de desnivel, por lo que poco había que cambiar.
La ruta original es esta:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16121627
Solo cambiamos la zona donde dejamos los coches y el paso del comienzo junto al río en lugar de atravesar el pueblo, con idea de evitar los rampones de subida al final.
Nada más llegar a Bogarra un coche de la guardia civil nos manda directos a la zona donde pensábamos aparcar y descubrimos que hemos elegido el día que hay competición de trail en el pueblo para venir a hacer bici.
No tenemos problemas en ningún momento, todo lo contrario, en un avituallamiento en el batán nos dan un poco de fruta. Apenas nos cruzamos con la carrera en un par de ocasiones.
Salimos del pueblo cruzando el río y giramos a la derecha para bordearlo y cruzarlo de nuevo a la derecha para cruzar la senda de la acequia. Una preciosidad de senda que va siguiendo el valle del río Bogarra junto a una acequia elevada que va regando las huertas. Limpia, divertida y bonita, lo tiene todo.
Tenemos un punto donde hay que cruzar el rçio por unos troncos de madera que no estaba en su sitio, quizás los quitaron para la carrera o se los llevó una crecida. Estaban junto al rio y pusimos uno de ellos de nuevo en su sitio para poder cruza, el otro quedaba en la otra orilla y no pudimos cogerlo, pero estos chicos estaban dispuestos a pasar y además bien organizados y con ganas de trabajar, por lo que después de levantar y recolocar el primer tronco buscaron una gran piedra y un palo para poder cruzar el segundo paso sin mojarnos. Con compañeros como estos da gusto salir a la sierra.
Llegamos al batán con buen ánimo, lo visitamos y disfrutamos de sus aguas cristalinas y seguimos por pista afrontando a subida hacia el padrastro.
Disfrutamos de la mañana y nos vamos calentando limando metros a la cómoda pista que nos acerca poco a poco al Padrastro.
Dejamos la pista por la izquierda para tomar un camino roto con gran pendiente que nos hace tensar músculos y tirar de fuerza y equilibrio. Al final nos toca poner pié a tierra y aprovechamos para disfrutar de la calma del entorno y lo bonito del paisaje.
Nos deja en la misma pista par mucho más arriba, cerca de donde sale la senda de las yeguarizas que hoy no haremos. Antonio por esta zona me indica algunas sendas que no conozco y que me apunto para próximas visitas.
Seguimos por la pista y cruzamos una zona donde han podado, con grandes troncos a los lados del camino, nos cruzamos con la carrera de nuevo y llegamos al cortijo del Padrastro, donde nos hacemos unas fotos y tomamos fuerza para hacer la subida final al pico.
Encontramos la valla abierta por el paso de la carrera y a algunos integrantes de la organización recogiendo las cintas para dejar el monte bien limpio, como debe ser.
Lo damos todo en las duras rampas cementadas y llegamos a la cima orgullosos y felices.
Algunas fotos, disfrutamos de las vistas increíbles con los calares de riopar al fondo y bajamos como si no hubiera mañana.
Cuando dejamos la falda del padrastro para coger la del Picayo tenemos una bonita senda con terreno cambiante. Tiene una parte recta rápida entre bosque, después senda estrecha y pedregosa que discurre bordeando algunas terrazas de cultivos, un par de curvas cerradas, y final en camino estrecho y rápido.
Nos deja en una pista y justo enfrente enlazamos con la senda de las toñeras. Senda rápida, con pequeños toboganes que serpentea entre el bosque, pasamos junto a un árbol caído y con algún tramo un poco pedregoso, pero sin complicación en general. Para disfrutarla.
Nos deja en una pista que seguimos en dirección a los Vizcainos. Tenemos un tramo de bajada rápida y después una subida para la que debemos de guardar fuerzas y tomarla con calma. Tras una de las rampas más duras y antes de afrontar otra con la misma pinta sale la senda de los Vizcainos.
Esta senda es sencillamente impresionante, absolutamente deliciosa, ha sido mi primera vez y terminé con un subidón de adrenalina y sensación de disfrute absoluto. Estas sensaciones solo se consiguen con el viento en la cara en mitad de una senda rápida que requiere toda tu atención, pero que te deja pasar de obstáculo en obstáculo con seguridad y confianza. Pues así a cada metro más.
La senda es cambiante y tiene varias zonas diferenciadas. Comienza con un camino que nos acerca a unos bancales y tenemos incluso algún repecho puntual. Después senda rápida y limpia de bajada entre pinos y brusco giro a la izquierda que nos mete de lleno en la zona más técnica y divertida. Senda de tierra con algunos pasos puntuales entre rocas, alguna piedra sin complicación y primera zona de curvas cerradas en Z y con buena inclinación que se hacen ganando confianza y disfrutando al máximo, con peraltes naturales que nos ayudan, uno incluso en roca y enlazando una con otra. Concentración y alegría. Seguimos en tramo rápido entre el bosque con serpenteo y pequeños toboganes, y de nuevo zona de curvas cerradas con buen piso de tierra que te permite trazarlas con confianza y seguridad y te deja en la aldea de Vizcainos con una sonrisa en la boca de oreja a oreja. Si hubiera un remonte para hacer esta senda de nuevo, sería difícil salir del bucle.
Nos queda una pista asfaltada para regresar a Bogarra comentando la maravilla de día de la que hemos disfrutado y tras un paseo final junto al río Bogarra la subida al pueblo hasta los coches.
No pudo faltar mojar todas estas sensaciones en la plaza del pueblo donde de nuevo la organización de la carrera de trail nos obsequió con unas cerves bien frías y abundantes frutos secos, y el bueno de Juan Luis se pagó una ronda más de propina.
Gracias a mis anfitriones con los que seguro que repetiré en más ocasiones y ya sabéis…
Pura Vida¡¡