El Jardín Pura Vida¡¡. Ramblas, sendas, pistas y caminos. Laguna de los ojos de villaverde. Disfrute de etapa.

Pedazo de día otoñal espléndido para la práctica de la bicicleta de montaña. Nos juntamos buen grupo en el bar La Miel del jardín para disfrutarlo: Juanto, Joaquín, Juan Carlos, Jose, Carlos y un servidor de los pura Vida, Yellow de pedaladas, así como Alex y Oscar que se unieron a nosotros por primera vez.
La idea era subir por la cuesta de las carretas para buscar la zona del vallejo del pozarrón, pero mientras terminamos todos de prepararnos decido subir a la ermita y pese a ver que hay escalones que tendremos que subir andando, decido subir por esta zona, y así investigamos un poco para próximas rutas. Primera subida dura pues, nada más empezar.
Seguimos camino y entramos en una rambla que seguiremos por camino, siempre que lo respeten los agricultores y no lo encontremos arado como hoy ha sido el caso. Hemos trazado evitando en lo posible el campo con los surcos frescos. Al final llegamos al riachuelo que cruzamos si hay poco agua y si no queremos mojarnos, a la izquierda hay una pequeña pasarela tras un tubo. Subida por monte de pinos y encinas buscando la primera rambla de bajada. Magnífica, en su mayoría arenosa con algunos pasos de roca y prácticamente ciclable en su totalidad de forma cómoda. Nos lleva casi a la carretera y toca subir por la derecha.





Rampón duro de los duros duros, fuerza y equilibrio por camino algo suelto, a ver quien lo hace sin poner el pié. Se suaviza un poco y tras una casa tenemos el acceso a la segunda rambla. Algo incómoda al principio, donde debemos buscar la mejor trazada que se encuentra poco definida. Paciencia pues después veremos con claridad la rambla y sin duda la disfrutaremos. De nuevo arenosa con algún paso rocoso, se nos termina y nos quedamos con ganas de más.






Subida esta vez por la izquierda y llegamos a un prado natural frente a la casa del zarzalejo. Con el solete en la cara decidimos parar a almorzar, y disfrutamos de la buena temperatura y el buen humor del grupo, gente de gran calidad humana y grandes deportistas, con los que reírse en los buenos momentos, y a los que les toca aguantarme en los malos.
Dejando bien limpio el prado, tal y como lo encontramos, seguimos ruta en subida para buscar la tercera rambla. Bajaremos por una senda puesto que la rambla se encajona en exceso y la dejamos a la izquierda. Bajaremos de forma natural por senda rápida con algo de piedra suelta que nos deja en la carretera nacional. Cuidado pues debemos cruzarla y estamos cerca de una curva.
Debemos bajar al río Jardín y buscar una pasarela de apenas un metro de ancha para cruzar. Toda esta zona está preciosa en cualquier época del año, pero en otoño con el terreno cubierto por las hojas de los chopos, es espectacular.
Seguimos el camino para subir a la vía verde que seguiremos cruzando un túnel hasta el pueblo. Cuidado de no cruzar el segundo túnel pues justo antes de entra en el tenemos el desvío al pueblo.
Salimos al punto de partida y hay que evitar las ganas de quedarse tomando cervezas para continuar camino. Subimos ahora si la cuesta de las carretas y seguimos por la izquierda para buscar el cerro gordo y el de vado blanco. Para llegar al primero tenemos una buena subida y tras el segundo tenemos una bajada por una senda pedregosa en la que trazar con cuidado y confianza, dejando que la inercia de la bici pase por encima de algunas piedras y aparte el resto. Antes de esta bajada tendremos vistas de la laguna de Los Ojos de Villaverde, que normalmente se encuentra con poco agua y muy tapada tras matorral de ribera. Una vez abajo, bordeamos la laguna pasando por algunas ruinas como la casa de vado blanco y la del sabinar. Tras esta tenemos un camino a la izquierda que en esta ocasión alguien labró, pero Juan Carlos se puso en cabeza y trazando entre el matorral y monte bajo nos llevó en dirección a la laguna. Seguimos camino y vemos su entorno, apenas adivinando la línea de agua entre le vegetación.
Seguimos bordeándola por asfalto y pista para tomar dirección de nuevo al jardín atravesando una finca privada con camino abierto. Nos lleva de nuevo por los cerros de vado blanco y cerro gordo, pero por la parte baja, por lo que será más llevadera. Entramos al jardín por su parte alta, bajando la cuesta de las carretas y disfrutando de unas merecidas cervezas con jarra helada en el bar la miel.
Agradecer especialmente en esta ocasión a mis compañeros de ruta su generosidad, buen humor y su paciencia y comprensión.
Pura Vida¡¡