El molinar Pura Vida 2017¡¡ Rutón de bici y aventura. Etapa indispensable, dura pero preciosa. Las rochas, la gila, etc.

Repaso a una de las mejores rutas de los Pura Vida en uno de los rinconcitos más espectaculares de nuestra provincia, el pantano del Molinar.
La catalogo de dificil por las sendas de La Gila y Villa de Ves, aunque andando todo se puede hacer.
En esta ocasión nos juntamos, casi de forma improvisada pues el viernes aún no teníamos decidido el sitio de salida, 8 aficionados a esto de la bicicleta de montaña. 8 amigos dispuestos a pasar una gran mañana de disfrute.
Por parte del equipo oficial de los Pura Vida nos apuntamos Jose, Carlos, Juanto , Juancar y un servidor y se nos unieron además los ya amigos del grupo Javi, Juan Carlos y el espontaneo Juan… un fuera de serie fuerte de los de verdad, con más tablas que los barcos vikingos y quizás un poco “cabra loca.” Compañero como el que más y con el que disfrutamos de lo lindo viéndolo derrochar fuerza en toda la etapa.

Temprano salimos de Tolosa cruzando el río a la margen derecha y entrando en la senda de las rochas directamente. Mañana fresquita, pero pedazo de día calmado y casi primaveral, impropio de estas fechas.
Nada más terminar la senda perdemos a Juancar pues su amortiguador pierde todo el aire y aunque llevamos bomba de horquillas, el amortiguador no se recupera. Una pena, lo echamos en falta todo el camino pues el pedaleo no es lo mismo sin sus bromas y chascarrillos.
Seguimos el camino junto al río hasta una senda que sale a la izquierda y nos lleva al puente colgante del tranco del lobo.
Pocas risas en los siguientes kilómetros, pues tenemos la dura subida a la planicie manchega, por lo que plato pequeño, sufrimiento y calma, que la subida es larga y exigente. Aquí empezamos a ver a Juan tirando del grupo como una bestia.
Una vez arriba tramo entre bosque de pinos donde podemos recuperarnos de la subida y charlar un poco.
Rápidamente entramos en Villa de Ves donde podemos reponer agua en una fuente junto a un pequeño parque infantil y seguimos por asfalto en busca de la bajada al pantano del Molinar.
Esta bajada podemos hacerla por la senda como en el track o por la carretera y he de decir que no le recomiendo a nadie bajar esa senda en bici, cada vez está peor y es fácil tener un susto.
El comienzo ya tiene varios pasos muy técnicos, con gran desnivel y un buen escalón, con algunas curvas realmente complicadas. Después tenemos los restos de lo que fue una calzada romana. Queda poco más que piedras sueltas y cruzadas cada pocos metros por una línea de rocas diagonales que en su día derivaban el agua fuera de la calzada en caso de grandes precipitaciones. Pequeño descanso de senda limpia y después roca descarnada con pasos técnicos y piedra suelta para llegar a una zona de curvas cerradas en roca que para mí son sencillamente imposibles.
Llegamos a la parte alta de Villas de Ves y continuamos bajando por el barrio del santuario, con unas escaleras que tienen su miga por presentar una curva a derechas y nos dejan al pié de una fuente con impresionantes vistas del pantano y del santuario del cristo de la vida.
Para subirlo debemos tirar de fuerza y equilibrio, además de todas las coronas que tengamos en el carrete pues la cuesta final es de cemento rallado para ayudar a la tracción…No os digo más.
Fotos en el cristo de la vida y tenemos la suerte de que un grupo de senderistas tienen la llave de la capilla y pasamos a visitarla.
Bajamos rápidos por asfalto, y con cuidado pues podemos encontrarnos con coches y las curvas son muy cerradas y con poca visibilidad y llegamos a la presa del pantano.
Subida corta pero intensa y bajada por pista recién arreglada, muy polvorienta.
Aquí comienza la parte más bonita y aventurera de la etapa pues entramos en una preciosa senda donde el río se encajona y nos brinda espectaculares vistas.
Hace muchos años que mi tío Jose Angel me presentó este sitio y desde entonces raro es el año que no lo visito al menos una vez al año. En el he visto cabras montesas y joyas botánicas casi autóctonas de este paraje. Os recomiendo a todos hacerlo algún día a pié para tener tiempo de gozar cada paso.
En el punto más estrecho del cañón quedan vestigios de un antiguo puente y un polvorín, seguramente usado para guardar la dinamita con la que hicieron los túneles que pasaremos en un rato. Seguiremos entre grandes paredes de arenisca que se desgajan y forman cuevas a la izquierda y roca a la derecha, con algunos vestigios de antiguos caminos y estructuras hechas por el hombre.
Las nieves de hace dos años han dejado algunos árboles caídos que cortan la senda, pero no se hace demasiado incómodo.
Llegaremos a un primer túnel escavado en roca viva a base de broca y barrenos de dinamita con restos de una carretera a la izquierda. Bajo nosotros una preciosa poza y unas abruptas paredes de roca invitan a tomarse un respiro y disfrutar del momento.
Algún paso angosto en el que las lluvias se han llevado el camino, algo de roca suelta y poco a poco la cosa se complica, preludio de la llegada al segundo túnel.
Tenemos una bajada por roca y llegamos a un lecho arenoso casi al nivel del río que se adentra en una zona de mucha vegetación. Debemos mirar a la derecha y buscar una subida en roca, una vez arriba veremos el túnel.
Tras este tenemos más vegetación con zarzas y árboles caídos que debemos pasar con cuidado. Este tramo cada vez está más tapado. Después llegamos a un gran plátano de sombra que nos tapa la visión de la central hidroeléctrica abandonada.
La estructura de esta imponente central de 1910 que fue la primera de España y segunda de Europa en entrar en funcionamiento, se conserva relativamente bien, aunque ha sido totalmente desmantelada y nada queda de las cuatro turbinas ni de los tubos que las alimentaban o el cableado, cuadros de mando, trasformadores etc necesarios para trasformar la energía potencial del agua en energía eléctrica.
Ya llevamos un rato de aventura, pero nos queda lo mejor.
Debemos buscar una subida en roca a la izquierda y colmarnos de fuerza y paciencia para con la bici al hombro comenzar una subida por senda de piedra suelta que nos deja en lo que era el final del túnel que llevaba el agua a la central y la repartía en los cuatro grandes tubos que la canalizaban a las turbinas. Aquí sí que disfrutaremos de unas vistas privilegiadas.
El problema es que estamos sobre el túnel y debemos bajar las bicicletas. Hay tres formas:
1.- Con cuerdas por los huecos de las compuertas de los tubos.
2.- Pasándolas por una estrecha abertura que nos baja con grapas por la pared.
3.- Bajándolas en cadena desde el final de la estructura, es decir tras el último tubo saltar el murete y sale un terraplén. Formar una cadena y pasar las bicis
Nosotros elegimos esta última forma.
Una vez abajo vemos el enorme túnel por el que regresaremos. Evidentemente necesitamos luces para este tramo que no tiene ninguna dificultad y rodaremos tranquilos y charlando. Cuidado en caso de hacerla en invierno porque lo he visto inundado por unos 30 cm de agua en algunos puntos.
Saldremos del túnel al comienzo de la cuesta rota que bajamos al principio y ahora nos toca subirla. Calma y plato pequeño. Seguiremos nuestra subida a la izquierda y solo nos queda seguir el camino en subida continuada. Esta parte se hace dura, pese a ser buena pista el tramos es largo. Tenemos una buena bajada seguida de un tramo con subidas y bajadas donde nos apretamos y dejamos de hablar porque tenemos que recuperar tiempo si queremos llegar a casa por lo menos al postre. En esta zona tenemos una panorámica impresionante de la cola del pantano . Un poco más y llegaremos a un pilón de agua con un caño donde beber.
Llegamos al mini tranco del lobo a media subida y terminamos de subir al llano para buscar la senda de la Gila. Aquí seguimos con el rápido llaneo en estirada fila de a uno, con un generoso Juan remolcando a algún rezagado y en un ratito llegamos a la senda de La Gila. Senda técnica y pedregosa, pero con un nivel técnico muy constante, sin demasiados sobresaltos ni puntos de especial dificultad, por lo que para los más técnicos es sin duda un disfrute. La bajamos todos disfrutando y a buen ritmo, sin duda un broche de oro para terminar la etapa pues nos deja justo frente al puente al pié de Tolosa, donde encontramos al pobre Juancar aburrido de esperarnos.
Nos quedamos con las ganas por falta de tiempo de poder disfrutar de una cerveza, o dos y comentar los detalles de esta gran etapa.
Pura Vida¡¡