Enduro Arrasate 2021

Pues poco más de 12 horas después de disfrutar de los tres bajadones de Alegia, me planto en Arrasate junto a dos endureros consagrados, uno de ellos nativo que nos hace de guía en las primeras dos bajadas. Arrasate es un pueblo encajonado entre montañas, por lo que o te gusta la montaña.... o te gusta la montaña! Y claro, con esa afición y tanto monte alrededor, pues los senderos salen casi sin querer y la chavalería te monta el campeonato de enduro más importante de Euskadi, senderos que luego quedan para la posteridad.

Hacemos las dos primeras bajadas el sector sur del pueblo, en una zona de pinar predominante y abundantes helechos que en ocasiones tapan parcialmente el sendero. Las subidas son ambas por pista sin grandes pendientes, se sube bastante bien. La primera bajada aparece en Trailforks como Bakue trail, y es quizás la bajada más corta de las 5. No es excesivamente complicada, poca piedra, algún charco esporádico y bastante flow, aunque de vez en cuando un tobogán vertical te hace poner las orejas tiesas y no relajarte.

Tras llegar a la pista remontamos de nuevo por la misma pista que abandonamos a media subida para hacer un pequeño bucle y alcanzar por un bonito sendero una pequeña cima de donde sale la bajada Oroitzapenak. Curveo trufado de raíces de bajada para luego enlazar con un tramo de pedaleo y un pequeño repecho hasta una torreta de alta tensión. Desde la torreta ya es todo para abajo, de nuevo en una bajada muy variada, con mucha, mucha curva de herradura, toboganes, raíces... Muy buena también.

Ya bajamos al pueblo de nuevo y cambiamos de sector hacia la parte norte. Aquí perdemos a nuestro guía local, que aunque baja como un puto demonio, físicamente no está en su mejor momento y se retira. Subiremos hasta la cumbre del monte Amporreta tres veces por pista sencilla sin complicaciones (en realidad la tercera no coronamos por poco), difiriendo únicamente entre las tres subidas el último tramo hasta coronar.

En la primera ocasión, coronamos a contratramo por la última parte del trail Destroyer. Arriba comemos algo, nos damos la vuelta y nos lanzamos a por la tercera bajada del día por el mencionado trail. Aquí el bosque cambia, y es mucho más natural que en la parte sur, juraría que es un robledal, pero bajamos tan rápido que no me da tiempo a fijarme bien. Muy muy buena bajada, sin mucha complicación, senda bien pisada muy divertida, lo que no quita para que en un momento dado nos vayamos al suelo los dos como benjamines, en un tramo estropeado por surcos del paso de la gente y barro resbaladizo. Caída sin consecuencias que no evita que lleguemos abajo con una amplia sonrisa en la cara.

Nuevo remonte hasta la cumbre, esta vez el último tramo es un buen calentón que solo los más fuertes y cabezones podrán hacer sin poner el pie. La idea era hacer la bajada Wild West, una de las más largas y clásicas de la zona, pero mi compañero se despista en un cruce y tras un primer trozo de WW, nos desviamos a Aran Beltza, uno de los TC más peliagudos del último campeonato donde según me cuenta mi compañero hubo corredores que sufrieron para pasar un tramo vertical de poner los cojones de corbata. Ya nos habíamos asomado en la subida a ver cómo estaba y ver la trazada, por lo que le damos los dos sin parar y pasamos sin problemas.

Volvemos a caer en la pista y decidimos que la única forma de llegar abajo por sendero es volver a remontar y hacer, esta vez si, la Wild West enterita. Atajamos un poco en la parte final de la subida y no llegamos al buzón, pero ahora si que cogemos el desvío correcto y hacemos el tramo entero hasta prácticamente el parking donde hemos dejado el coche. Es una bajada larga y revirada, con pasos verticales, curvas imposibles, raíces, drops,... Muy técnica y divertida, resultando también bastante física si la haces sin parar como nosotros. Probablemente, la mejor bajada de las 5 que hacemos hoy.

Pues una mañana muy bien aprovechada en la catedral del enduro vasco, con guías que conocen el terreno al dedillo y que me van cantando los peligros y abriendo el terreno. Aunque reconozco que si llego a ir solo yo, habría bajado un poco más despacio y quizás disfrutando algo más de los senderos, no tanto con la lengua fuera. La dificultad, de nuevo creo que muy dificil, yendo de menos a más. Tramos verticales, mucha curva y raíz, hay que apuntar bien.