Etapa 3.Corullón (Villafranca)-Triacastela

Etapa 3. Martes 27. Corullón (Villafranca) – Triacastela 56km 1563m

Salimos de Villafranca después de un estupendo desayuno y unas fotos frente a la casa y tomamos una alternativa al camino estándar, el camino no recomendado. Empieza con una rampa hormigonada de más de un 20% de desnivel, y sigue igual ya sin asfalto otros 4 km. Las vistas fantásticas, pero supuso un esfuerzo adicional justo el día de afrontar la famosa subida a O Cebreiro. Eso sí, las vistas sobre el valle del río Valcarce son estupendas y pasamos por unos magníficos bosques de castaños muy bien cuidados. En la bajada se nos puso a llover muy fuerte e hicimos un descenso divertido y vertiginoso hasta la carretera. Después seguimos ya por asfalto y vías laterales junto al río Valcarce hasta aproximarnos al Cebreiro. En Las Herrerías pensábamos tomar algo, pero dado que estábamos calados y nos quedaba todo el puerto, decidimos no demorar la ascensión y hacerla por la pequeña y sinuosa carreterita en lugar de por el camino de los peregrinos, que era la opción inicial. La subida la hizo cada uno a su ritmo. José Manuel, David y Toni pusieron un ritmo infernal. Después Sito, Jesús y Richy se acabaron agrupando y finalmente llegaron el resto. Nos recuperamos en la Taberna Celta del pueblo donde un caldo gallego y el vino con gaseosa nos ayudaron a recuperar el calor. En la taberna pasamos frío pues no tenía la calefacción puesta, lloviendo y a 13 ºC y la puerta estaba abierta y no nos permitieron cerrarla. Aun así, José Manuel fue a por la furgoneta para cambiamos la ropa para salir secos. Después de reponer fuerzas, salimos a ascender el alto de Poio, con una rampa final muy dura. Siguió lloviendo sin parar, hasta llegar al albergue de Triacastela. La bajada final hacia Triacastela fue vertiginosa, lloviendo continuamente, pero por unas pistas muy bien trazadas que permitían hacer un descenso trepidante. Paramos en un roble milenario antes de llegar a Triacastela a hacer fotos, donde nos reímos de las pintas que llevábamos con salpicaduras de barro y boñiga en las bicis, los culots, las piernas y la cara. Lavamos y engrasamos las bicis en el albergue Complexo Xacobeo y cenamos en la Parrillada Xacobeo, al lado, un menú contundente con churrasco y finalizando con el exquisito orujo tostado.