ETAPA-3: GR 113 'Camino Natural del Tajo'. De Armallones a Trillo

Proyecto del Club En Ruta de Cuenca.
Tercera etapa de la travesía del GR 113- Camino Natural del Tajo, desde el Monumento del Padre Tajo en Frías de Albarracín hasta Trillo.
Recuperamos el GR 113 “Camino Natural del Tajo”, desandando los últimos kilómetros del día anterior, por el Barranco del Molino y descendemos al Hundido de Armallones. El terremoto de Lisboa que asoló la costa portuguesa en 1755, encontró una réplica en el Hundido de Armallones, en el que la magnitud de la fuerza de la naturaleza, obligó al río Tajo a cambiar el curso de su cauce, sorteando grandes piedras del desprendimiento y formando multitud de cascadas y pozas de gran belleza. Si bien es cierto que, geológicamente, los dos terrenos pertenecen a la misma placa tectónica, no menos cierto es que este temblor se produjo un siglo más tarde de lo que nos cuentan los cronistas de la época y, en territorio español, que se sepa, el temblor sólo afectó mínimamente a Salamanca, por lo que la versión de su origen no queda del todo clara. En este paraje encontramos un refugio y una fuente de caudal variable según la estación del año.

Seguiremos descendiendo por el Hundido hasta casi el mismo Tajo en el Estrecho de la Tormellera y paralelos a él, por su margen izquierdo, llegaremos a Valtablado del Río. Probablemente seamos un número mayor más los ciclistas que lleguemos al lugar, que los propios habitantes (8 censados en la actualidad).
Nos pondremos de nuevo en marcha para cruzar el Tajo por el Puente de Valtablado y poner rumbo a Oter, pedanía de Cifuentes, a la que llegaremos remontando el barranco del arroyo del Angostillo.
Desde Oter, llegaremos a otra pequeña pedanía de Cifuentes, Carrascosa de Tajo, siguiendo las marcas del GR 113, en muchas ocasiones coincidente con el GR 10 (Puzol-Lisboa), por cuyo recorrido tendremos como referencia visual las inconfundibles Tetas de Viana.
Volveremos a recuperar el río bajando por el Arroyo del Palomar, justo en Murel de Tajo, Murel de Tajo, conocido en la Edad Media como Santa María de Murel, un despoblado situado a orillas del río entre las localidades de Carrascosa de Tajo y Morillejo (Guadalajara).

En la época Alto Imperial, el Imperio romano construyó en este lugar un puente que cruzaba el río Tajo y que unía las comarcas romanas de Valeria y Segontia. Se cree que dicho puente pudo tener al menos cuatro ojos. Hoy en día sólo queda parte de su estructura, algún pilar y parte del arranque del puente, ya que fue destruido durante la Guerra de la Independencia.

Además del puente, en esta misma zona se ubicó el Monasterio Cisterciense de Santa María de Óvila, por el que pasaremos después, y que está situado a pocos kilómetros de Trillo, final de jornada y de travesía.
En las afueras, podremos acercarnos al Real Balneario de Carlos III. Las aguas termales, situadas en un valle en la margen izquierda del Tajo dos kilómetros aguas arriba del pueblo, eran ya conocidas por los antiguos romanos. Los baños fueron inaugurados en 1778 durante el reinado de Carlos III, cuyo busto preside la entrada al balneario.