Fefasa-San Formerio

Decidimos recordar mocedades :):) subiendo a San Formerio. Sin embargo, la paciencia que dan los años hizo que no fuéramos de frente contra la ermita y diéramos un rodeo por tierras recónditas de las de "al lado de casa". Fuimos descubriendo el norte cercano de Miranda. Parece mentira que en 40 años no hayamos pasado por estos caminos que arrancan de Ribabellosa. Descubrimos un pueblo que se llama Quintanilla de la Ribera, atravesado por el GR1 de Armiñón a Salcedo. Junto al pueblo hay un montecito precioso surcado de sube-bajas que darían para pasar un buen ratillo reconociendo el promontorio. Nos encontramos al final de una subida una de las torres del Telégrafo Optico de la Línea de Castilla perfectamente restaurada. La sorpresa fue la nueva visión que desde ese punto se tiene de la llanura de Miranda. Era como ver Miranda por primera vez. Merece la pena acercarse hasta allí sólo por esas vistas.
Abandonamos el castillo y bajamos por una trialera complicadita, corta pero ojito con ella y seguimos para Armiñón. Desde el puente descubrimos un trampolín en una zona de piscinas naturales del Zadorra que nos dejó boquiabiertos. De no haber estado nublado ahí hubiera acabado la excursión en bici seguro. ¡Volveremos!
Comenzamos a subir a Estavillo. ¡que por aquí no es, que la subida es desde Pangua! Pues no, desde Estavillo la subida por el GR1 es sencillamente preciosérrima. Se hace muy bien, incluso más fácil que por la carretera desde Pangua. El camino es amplio y fresco. Cuando llegas a la Ermita te quedas con ganas de que continúe. Como nos vimos con ganas, bajamos por la carretera con intención de volver a subir. Nos encontramos con dos corcitos en la carretera y casi los pudimos tocar, pero desconfiaron en el último momento y se lanzaron a la cuneta. Ahí mismo, en dos metros, desaparecieron entre los árboles. Nos dejamos caer a Pangua, rodeamos el camión pescaderia que despachaba a un par de vecinos y empezamos a subir de nuevo poco a poco, charlando, hasta que empezamos a acelerar y terminamos arriba como si nos persiguiera algún corzo endemoniado. Las comidas familiares que nos esperaban nos obligaron a volver a Miranda. Bajamos por el GR1 dirección a Lacervilla, cuidado con esa bajada, cortita pero también puñetera. Desde allí directos a Berantevilla y retorno a Fefasa. Bonita ruta, pelín rompepiernas pero la subida a la Ermita desde Estavillo es para recordar y repetir.