Finde rociero
near Coria del Río, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta de tres días por el entorno del Parque Nacional de Doñana.
Día 1: Salimos de Coria del río y tomamos la barca que por el módico precio de un eurito nos cruza el Guadalquivir. A partir de aquí tomamos carreteras y caminos agrícolas que nos van acercando a la desembocadura de dicho río. Según los días puede ser un tormento de sol o viento, y de todas maneras 100 km son para tomárselo con calma. A nuestro paso levantan el vuelo garzas reales y bueyeras... ya en la provincia de Cádiz podremos ver flamencos. Tras mucho pedaleo llegamos a Sanlúcar de Barrameda, miramos su playa de bajo de guía y seguimos caminos hacia Rota, donde nos espera un camping; esta última parte del recorrido la hacemos por carril bici ya de noche cerrada, menos mal que las luces que llevamos ya son potentes. Acabamos jornada en el camping "playa de aguadulce"; suelo arenoso, instalaciones correctas, caímos al saco dormidos enseguida.
Día 2: Otro pequeño madrugoncillo para no perder la hora de la bajamar. Tras empacar todo tomamos camino a Sanlúcar, esta vez por la costa, cruzando Costa Ballena y luego Chipiona, tras lo que tomamos una vía verde, que nos deja en el paseo marítimo de Sanlúcar. Una parada rápida en una panadería y usamos los servicios de otra barca, que por unos menos módicos 15€ nos cruza de nuevo el Guadalquivir y nos deja en la playa de Doñana. Y a partir de aquí vienen 30 kilómetros de gozada continua, de sentir la brisa del mar, el rodar sobre arena de bajamar, las conchas a miles, el levantar el vuelo de las gaviotas y otras aves... las ruedas secan la arena bajo nuestro pisar y a lo lejos aparece una población, no es Huelva, no es Mazagón, es Matalascañas. Pero va a costar llegar. Primero, el Atántico que ya sube nos empuja a la zona donde la arena no es tan dura, y nos obliga a esforzarnos con nuestras bicis ya cargadas, y luego, con Matalascañas al alcance de la mano, tenemos que empujar la bici por la arena de la playa mientras intentamos levantar del sillín para evitar que la rueda trasera se hunda más todavía... al fin llegamos a tierra firme donde podemos tomarnos un descanso y liberarnos de ropa de abrigo. Salimos de Rota a unos 4º y aquí ya marcaba el termómetro 19º. Decidimos tomar un rumbo lo mas recto posible al Rocío, aún nos queda media jornada para el siguiente camping, y tomamos el arcén de una carretera que hace de frontera entre los dos Doñanas, el parque nacional (estatal) y el natural (autonómico). Por más que mirábamos más allá de las alambradas no vimos ni linces ni ciervos ni nada animal. Así llegamos al Rocío, de lejos se ve bien bonito aunque lleno de gente; el anuncio de un camping próximo nos hace cambiar de planes. Hoy dormimos aquí, mañana acortaremos ruta. Plantamos tiendas, dejamos alforjas y visitamos la aldea del Rocío... vaya pequeña tortura para la bici. Coches por todos lados, todas las calles de arena de un palmo de espesor, rodar por ahí es un ejercicio de voluntad. Y el que no tiene un vaso de cubata en la mano es porque lleva una cerveza, vaya tela. Al menos la ermita está curiosa. Volvemos al camping; al meternos en el saco parece que refresca más que ayer.
Día 3: Amanecemos a -2º. Somos incapaces de hacer nada medio bien hasta que el sol no nos calienta los huesos, así que hoy empezamos a pedalear algo más tarde de lo deseable... y empezamos por las calles del Rocío, donde sigue siendo igual de difícil que ayer pedalear. Salimos por la Raya Real, el camino de acceso de la romería, pero es otro arenal impracticable. En el puente del Ajonlí unos forestales nos aconsejan darnos la vuelta, el resto de la raya está igual. Así que volvemos sobre nuestros pasos (nunca mejor dicho) y tomamos un camino que nos lleva a Villamanrique de la Condesa, donde nos cruzamos con una procesión que parece más auténtica que la que dejamos atrás. Bajamos hacia el "Vado del Quema", el cruce de la romería con el río Guadiamar, con su imagen rociera, y nos adentramos en los pinares de Aznalcázar, una zona repleta de domingueros que no tienen ningún empacho en hacer fuego sobre un suelo alfombrado de agujas de pino secas o en convertir el camino en una etapa del Dakar. Aunque los caminos son de tierra, ya no tendremos que sufrir trampas de arena tan complicadas como antes. Salimos del pinar por carretera que va ganando tráfico según nos acercamos al Guadalquivir, afortunadamente antes de llegar a Puebla del río un camino de cultivo nos acerca más tranquilamente al final de la etapa, a donde llegamos por un agradable paseo por la margen derecha del Guadalquivir.
Día 1: Salimos de Coria del río y tomamos la barca que por el módico precio de un eurito nos cruza el Guadalquivir. A partir de aquí tomamos carreteras y caminos agrícolas que nos van acercando a la desembocadura de dicho río. Según los días puede ser un tormento de sol o viento, y de todas maneras 100 km son para tomárselo con calma. A nuestro paso levantan el vuelo garzas reales y bueyeras... ya en la provincia de Cádiz podremos ver flamencos. Tras mucho pedaleo llegamos a Sanlúcar de Barrameda, miramos su playa de bajo de guía y seguimos caminos hacia Rota, donde nos espera un camping; esta última parte del recorrido la hacemos por carril bici ya de noche cerrada, menos mal que las luces que llevamos ya son potentes. Acabamos jornada en el camping "playa de aguadulce"; suelo arenoso, instalaciones correctas, caímos al saco dormidos enseguida.
Día 2: Otro pequeño madrugoncillo para no perder la hora de la bajamar. Tras empacar todo tomamos camino a Sanlúcar, esta vez por la costa, cruzando Costa Ballena y luego Chipiona, tras lo que tomamos una vía verde, que nos deja en el paseo marítimo de Sanlúcar. Una parada rápida en una panadería y usamos los servicios de otra barca, que por unos menos módicos 15€ nos cruza de nuevo el Guadalquivir y nos deja en la playa de Doñana. Y a partir de aquí vienen 30 kilómetros de gozada continua, de sentir la brisa del mar, el rodar sobre arena de bajamar, las conchas a miles, el levantar el vuelo de las gaviotas y otras aves... las ruedas secan la arena bajo nuestro pisar y a lo lejos aparece una población, no es Huelva, no es Mazagón, es Matalascañas. Pero va a costar llegar. Primero, el Atántico que ya sube nos empuja a la zona donde la arena no es tan dura, y nos obliga a esforzarnos con nuestras bicis ya cargadas, y luego, con Matalascañas al alcance de la mano, tenemos que empujar la bici por la arena de la playa mientras intentamos levantar del sillín para evitar que la rueda trasera se hunda más todavía... al fin llegamos a tierra firme donde podemos tomarnos un descanso y liberarnos de ropa de abrigo. Salimos de Rota a unos 4º y aquí ya marcaba el termómetro 19º. Decidimos tomar un rumbo lo mas recto posible al Rocío, aún nos queda media jornada para el siguiente camping, y tomamos el arcén de una carretera que hace de frontera entre los dos Doñanas, el parque nacional (estatal) y el natural (autonómico). Por más que mirábamos más allá de las alambradas no vimos ni linces ni ciervos ni nada animal. Así llegamos al Rocío, de lejos se ve bien bonito aunque lleno de gente; el anuncio de un camping próximo nos hace cambiar de planes. Hoy dormimos aquí, mañana acortaremos ruta. Plantamos tiendas, dejamos alforjas y visitamos la aldea del Rocío... vaya pequeña tortura para la bici. Coches por todos lados, todas las calles de arena de un palmo de espesor, rodar por ahí es un ejercicio de voluntad. Y el que no tiene un vaso de cubata en la mano es porque lleva una cerveza, vaya tela. Al menos la ermita está curiosa. Volvemos al camping; al meternos en el saco parece que refresca más que ayer.
Día 3: Amanecemos a -2º. Somos incapaces de hacer nada medio bien hasta que el sol no nos calienta los huesos, así que hoy empezamos a pedalear algo más tarde de lo deseable... y empezamos por las calles del Rocío, donde sigue siendo igual de difícil que ayer pedalear. Salimos por la Raya Real, el camino de acceso de la romería, pero es otro arenal impracticable. En el puente del Ajonlí unos forestales nos aconsejan darnos la vuelta, el resto de la raya está igual. Así que volvemos sobre nuestros pasos (nunca mejor dicho) y tomamos un camino que nos lleva a Villamanrique de la Condesa, donde nos cruzamos con una procesión que parece más auténtica que la que dejamos atrás. Bajamos hacia el "Vado del Quema", el cruce de la romería con el río Guadiamar, con su imagen rociera, y nos adentramos en los pinares de Aznalcázar, una zona repleta de domingueros que no tienen ningún empacho en hacer fuego sobre un suelo alfombrado de agujas de pino secas o en convertir el camino en una etapa del Dakar. Aunque los caminos son de tierra, ya no tendremos que sufrir trampas de arena tan complicadas como antes. Salimos del pinar por carretera que va ganando tráfico según nos acercamos al Guadalquivir, afortunadamente antes de llegar a Puebla del río un camino de cultivo nos acerca más tranquilamente al final de la etapa, a donde llegamos por un agradable paseo por la margen derecha del Guadalquivir.
Waypoints
Mooring point
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Barca de Sanlúcar
Barca que cruza el Guadalquivir en su desembocadura, en la zona conocida como "bajo de guía"
Campsite
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Camping Playa Aguadulce
Camping en el municipio de Rota, al lado de Costa Ballena
Campsite
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Camping Rocío
Camping en la aldea de El Rocío
Mooring point
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Paso de barca
Barca que cruza el Guadalquivir a la altura de Coria del río. Diciembre 2013, 1€ cada bici
Provisioning
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Villamanrique de la Condesa
Villamanrique de la Condesa
Waypoint
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Vuelta atrás
Puente de Ajolí, lugar donde decidimos desistir de seguir andando por el arenal que es la Raya Real
Comments (2)
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Bonita ruta si señor, lo que veo peor son los arenales, pero me parece muy interesante la vuelta a Doñana, espero poder hacerla algun día, enhorabuena y gracias por compartirla
Hola, muchas gracias por la ruta, la quiero hacer ahora en semana santa 2018