GALÁN- ZAPATOCA- GIRÓN- BUCARAMANGA

Este seria nuestro último recorrido en esta travesía por la exigente región Santandereana, un lugar que nos exprimió físicamente hasta más no poder, montañas agrestes, gente amable, mujeres hermosas, comida típica exquisita y sorteando todo tipo de climas, desde el clima más frío hasta el calor más insoportable, pero quedamos maravillados de los imponentes paisajes que nos dejaron los sentidos extasiados ante tanta belleza, una aventura digna para guerreros en la que en ningún momento quisimos desistir, pues en el interior estaba esa motivación de querer darlo todo por explorar terrenos nuevos, sobre todo esas regiones del espíritu donde muchas veces gobierna el miedo, una verdadera travesía que por momentos nos hizo sentir el misterio que guardan cada uno de los municipios que visitamos, en su mayoria anidados y rodeados de montañas por los que sentiamos gran expectativa de verlos a lo lejos en cada alto a los que llegábamos.
Del Parque de Galán salimos a eso de las 6:30am con destino a Zapatoca, pero antes tomariamos los debidos registros fotográficos, sobre todo del majestuoso cerro La Ochata que se erige con total imponencia sobre este municipio santanderano. Esta jornada sabiamos que iba a ser muy dura, así que emprendimos a buena velocidad el descenso desde Galán hasta el puente Luis Serrano, que dista a unos 6 kms de la cabecera municipal, de alli iniciamos un ascenso que sería constante, pasando por el corregimiento La Fuente, aquí conseguimos algo de agua y de hidratación para el duro ascenso hasta Zapatoca, 24 kilometros con alguno puntos empinados, la carretera algo dificil en algunos puntos, lo duro era que saliamos de tierra caliente a un territorio frio, al que llegamos a eso de las 12:00pm, castigados por el kilometraje acumulado durante esta aventura, en el ingreso vimos un aviso de la Cueva del Nitro, así que observando el mapa se veia cercano y preguntamos al primero que vimos sobre la ubicación de ésta cueva, y estaba a tan sólo 2kms, así que decidimos visitar este lugar que no teniamos en el cronograma pero que vale el esfuerzo para conocerlo, esta cueva es demasiado cautivadora, aunque sólo ingresamos al primer salón, por lo que supimos con el guía que nos recibió, ésta maravilla llega a tener una extensión de unos 20 kms o más, con lo que sería una experiencia para retar esos miedos a esa insondable oscuridad. De allí salimos con las ganas de regresar específicamente a este sitio. De allí nos retornamos por la misma vía, pero unos metros antes nos desviamos a mano derecha para ingresar al municipio por uno de sus barrios, en este trayecto encontramos un restaurante, y como el gasto energético fue demasiado, aquí almorzamos y a eso de la 1:30pm terminamos con el recorrido del día en el parque de Zapatoca; una decisión muy acertada la que tomamos pues nuestro destino Bucaramanga estaba muy alejado para nosotros que ya no consentíamos apoyarnos en los sillines de las bicicletas y teniamos que afrontar un largo descenso hasta la represa Sogamoso, un cañon donde el calor es insoportable y la salida de este sitio me atrevo a decir que es una pesadilla por donde se le quiera tomar, la carretera serpenteante en ascenso se nos asemejaba una de esas montañas europeas donde se corren las carreras más grandes del ciclismo de ruta; así que rápidamente buscamos información del horario de los buses y en el que salía a las 2:30pm nos embarcamos rumbo a Bucaramanga, conscientes de la acertada decisión, en el descenso veíamos "la serpiente" que debiamos afrontar, desde lo alto alcance a tomar una foto de ella, la verdad que nos asustaba el imaginarnos subiendo quien sabe a qué horas por esta, de allí la carretera seguía en otros ascensos fuertes y en menos de 2 horas llegamos hasta la terminal de transportes de Bucaramanga, nuestro bus de regreso con destino a Medellín salía a las 9:00pm, entonces aprovechamos para bañarnos y comer en esta terminal y quedar listos para el regreso en un largo viaje a nuestra ciudad de origen.