Granada, alrededores y un jamón.

Estaba pendiente el jamón de la Hiponova, y después de darle muchas vueltas en busca de la fecha perdida la encontramos el domingo 12 de febrero.

Un día magnífico en todos los sentidos que comenzó con la cita de los participantes en la puerta del bar El Tapeo del Pillín, que sería nuestra gran anfitrión.

Después de aparcar por la zona y preparar las bicis, comenzamos, con un ambiente de frío que se concentraba en manos y pies, a pedalear por las adormecidas calles de Granada: Gran Vía, Plaza Nueva y cuesta de Gomérez, adentrándonos en el singular recinto de la Alhambra para por la puerta de Carruajes cumplir pleitesía al monumento nazarí junto a la puerta de la Justicia y al palacio de Carlos V. Desde allí pedaleamos hasta la zona de la Mimbre para bajando por la cuesta de los Chinos llegar hasta el puente del Rey Chico y acercarnos a visitar, la para algunos desconocida, fuente del Avellano.

De vuelta al Paseo de los Tristes, toca la subida de la gran rampa de la cuesta del Chapiz, pletórica de turistas, para desviarnos a la izquierda en el Peso de la Harina hacia el Camino del Monte o Sacromonte, para posteriormente desviarnos a la izquierda y volver a subir por la empedrada Vereda de Enmedio, típica calle del barrio granadino que nos ofrece unas hermosas panorámicas de la Alhambra, Generalife y del Valle de Valparaiso por el que transcurre el rio Darro, que mansamente plateado discurre por su seno.
Un traguito fresco de la fuente de la Amapola nos anima a pedalear por las callejas albaicineras de San Luis hasta el aljibe de la Vieja y la Cruz de la Rauda, en donde un soleado día ya aposentado nos gratifica haciendo desaparecer el frio que habiamos pasado. Seguimos pedaleando por el callejón de San Luis para en la placita del mismo nombre desviarnos a la izquierda buscando la antigua muralla ziri, que nos va dando escolta en la gran subida del Cerro del Aceituno que tiene en su cima la ermita de San Miguel, dando cobijo al santo patrón del barrio del Albaicín. Allí disfrutamos de las maravillosas panorámicas a vista de pájaro de Granada, que siempre sorprenden y hacen pensar en el privilegio de tener tan cerca a tan hermosas ciudad.

Toca ahora hacer una trepidante bajada, para callejeando por el populoso barrio del Albaicín, pleno de turistas, llegar hasta el centro de Granada y finalmente al bar del Tapeo del Pillín, en donde el jamón de la Hiponova fabulosamente cortado por expertas manos sacia nuestro apetito en un amiga ambiente de camaradería. ¡Gracias Miguel por cedernos tu rincón!