Hita - Alarilla- Yunquera - Guadalajara - Santos de la Humosa - Alcalá de Henares

Amanece en Hita. Los despertadores suenan. Hacemos los últimos retoques a las bicis y nos vamos al bar de la plaza mayor. Son las 9:15 y devoramos todo lo que nos pueden ofrecer en esa modesta pero acogedora taberna. A las 9:45 partimos a nuestros 2º día de ruta-aventura en bici.

Nada más abandonar Hita comienza una trepidante bajada por pista que luego se tornará en un suave sube y baja hasta Alarilla, donde nos internamos callejeando hasta encontrar la salida por la abandonada antigua carretera del pueblo GU-183, todavía asfaltada pero llena de grietas y hiervas invadiendo sus bordes, que en bajada disfrutona con curvas nos llevará casi hasta el rio Henares, que cruzaremos por un puente. Al poco de cruzarlos deberemos girar a la izquierda por una pista que bordea el canal del Henares durante 1’5 kms, que abandonaremos girando a la derecha, en ligera subida por un camino con bastante vegetación que nos hará ir cambiando continuamente de derecha a izquierda y viceversa para sortearla, hasta llegar a la vía del tren.

Allí tuvimos suerte de encontrar a un solitario ciclista (es raro en aquellos lares cruzarse con alguien), que nos tomó una foto de grupo. A partir de allí hasta Guadalajara el terreno será súper llano, incluso levemente favorable. Continuamos por el camino que bordea la vía del tren (dejándola a nuestra derecha) para luego volver a bordear el Canal del Henares y llegar a Yunquera de Henares, donde nos adentramos para repostar agua en su magnífica fuente de 4 caños con peces nadando en su pilón. Recargadas las fuerzas volveremos hasta el Canal del Henares, donde retomamos el camino que lo bordea, que nos acompañará casi hasta Marchamalo, donde la suerte producirá el primer y único pinchazo de la grupeta.

Tras repararlo continuaremos un rato más por pistas hasta llegar a la CM-1007, por la que entraremos a Guadalajara por el Sur-Oeste. Paramos sobre las 13:30 en la terraza del Restaurante Panza a hidratarse unos, y a comer otros, pero todos a brindar por haber finalizado la ruta con éxito, pues tristemente allí tendremos que separarnos. 4 se irán a comer a Madrid, otros 4 comeremos allí, pero de estos últimos, 2 cogerán el tren de vuelta a casa después de comer, y otros dos decidimos continuar con la ruta extra que estaba planificada: Guadalajara-Alcalá de Henares.

Volvemos a subirnos a la bici a las 14:30. La ruta intenta evitar lo máximo posible el casco urbano, y enseguida salimos de la ciudad por el sur, bordeamos la Academia de los GEOS, llegamos al Centro Comercial (Corte Inglés), y tras un corto descenso hasta el Arroyo de la Huerta de la Limpia, comienza nuestro ascenso hacia la meseta desde la que se verá (cuando lleguemos) todo el valle. El comienzo del ascenso es por camino un poco guarro de deshechos de las fincas colindantes, hasta llegar hasta la CM-2004 (que asciende desde Guadalajara hacia la meseta) que tomaremos durante 400m hasta una rotonda en la que nos desviaremos para entrar en la “Urbanización El Clavín”, que es donde están los verdaderos rampones. Menos mal que está asfaltado, porque si no hubiésemos echado pie a tierra más de una vez. En 1,1 Kms se suben 150 metros, es decir 13,64% de desnivel medio, con algún tramo del 20%. Justo donde termina la urbanización (y la subida) de repente vemos una puerta bien alta cerrada. El corazón se nos encoje. ¿Estará cerrada con candado? Menos mal que al acercarnos vemos que hay una cadena y un candado colgando (está abierta). Pero hay un cartel con los teléfonos de los guardas de seguridad por si alguien de la “Urba” viene de un paseo por el encinar al que da esa puerta y se la encuentra cerrada. Así que parece ser que tuvimos suerte.

Rebasada la puerta cruzamos un encinar que primero, llanea, posteriormente desciende y luego sube ligeramente, hasta llegar a las vías del AVE, que bordearemos sin cruzarla durante un par de kms hasta llegar a un punto que nos alejaremos de ellas girando a la derecha, y entre sembrados nos lleva a la carretera CM-2004, ya pasado Chiloeches. La tomamos a la izda. en leve ascenso durante 600m, donde nos desviamos a la dcha. para acercarnos al borde de la meseta, desde la que podremos divisar el valle del Henares: Guadalajara, Alovera, Azuqueca…

A partir de ese momento y hasta llegar a los Santos de Humosa, el camino circulará de manera continua por el borde de la meseta, con campos de cultivo segados a nuestra izquierda, y espléndidas vistas a nuestra derecha, tapadas en algunos tramos por encinares. En primavera debe estar todo verde, pero ahora en este otoño excesivamente caluroso en las horas de plenos sol (16:00) se nos hizo bastante largo, entre otras cosas porque nos quedamos sin agua. Además mi compañero pinchó, y el líquido de las cámaras no le daba la gana de sellar bien el pinchazo, por lo que tuvimos que parar algunas veces a inflar. Sabía que íbanos a pasar al lado de una Urbanización, “Monte de los Santos”, en las que esperábamos poder encontrar alguna fuente para rellenar bidones, pero estaba completamente vallada, así que no pudimos entrar. Como compensación la pista al llegar dicha urbanización se convertía en un chulo sendero single-track entre encinares y bordeando la valla. Al terminar la valla, el camino se convierte en una pista perfectamente plana para que circulen coches en ambos sentidos simultáneamente, que en 4’5 kms nos llevará hasta Los Santos de la Humosa.

Allí paramos a refrescarnos e hidratarnos en “La tanda de Mimi”, sabiendo que lo más duro ha pasado, y que ahora toca bajar y luego llanear entre sombras. La bajada rápida hacia el valle del Henares, por pista, es una gozada por la velocidad que puedes coger. Tras cruzar el puente sobre el Henares tened cuidado, nosotros nos despistamos y seguimos de frente por asfalto, cuando había que desviarse enseguida por un sendero a la izquierda, en una zona de vallas decorativas de madera. Así que cuando nos dimos cuent,a habíamos hecho unos kms de más y nos tuvimos que dar media vuelta.

Al cruzar las vallas de madera, nos encontramos con un sendero que va bordeando continuamente el rio, entre árboles que dan sombra, juncos, y hierbas “plumíferas” que te acarician el cuerpo, y viendo a nuestro izquierda continuamente los acantilados moldeados por el rio. PRECIOSO ese sendero. Al terminar el sendero entramos en la zona industrial de Alcalá, y tras un tramo corto por carril bici, nos volvemos a desviar a la izquierda, por una especie de “parque lineal del Henares”, acondicionado por el ayuntamiento, lleno de gente paseando, en el que a nuestra derecha hay una especie de terraplenes que protegen a las casas de Alcalá en caso de desbordamiento del rio, que se encuentra a nuestra izda.

Finalmente este parque termina y nos metemos en las calles de Alcalá, que de la manera más recta posible nos llevarán la estación de tren de Alcalá de toda la vida. Son las 17:30. ¡¡Prueba superada!!