Hoya de Huesca. Sierra de Loarre. 12-JUN-2021

Ruta matinal para conocer parte de una sierra con muchos alicientes. Predominio de pistas muy llevaderas, bosques de pinos y robles, matorrales exuberantes, vistas sobre las sierras pirenaicas y la Hoya de Huesca, con el gran panorama de los Mallos de Riglos para rematar el conjunto.
Iniciamos el paseo en el pueblo de Loarre tomando la carretera que asciende al castillo, anclado en cantiles de roca inexpugnables. Impresiona el castillo, al que afluyen visitantes sin tregua. El ascenso por la carretera de curvas reviradas se mantiene durante 4 km. Enfrente del castillo, a la izquierda, sale una pista de tierra; por ese camino vamos, al principio en llano, y enseguida subiendo por el bosque de robles y pinos bien sombrío. Es una pista gustosa que sube, durante otros 4 km, hasta unas antenas gigantes de telefonía en lo alto de la sierra. Bajo las antenas está la pista que recorre la cara Norte de la sierra y se dirige al Oeste, en ameno sube y baja, por el pinar aclarado con buenos ejemplares de boj. Es la tónica de la ruta: francas pistas, subidas y bajadas continuadas, alguna rampa más pendiente, zonas pedregosas alternando con firmes compactos y los amplios panoramas de la Hoya de Huesca. En dirección Oeste se avanza hacia el desfiladero de un barranco que pasa por debajo de los Mallos de Riglos. El camino baja durante 5 km con vistas laterales de los Mallos que impresionan al más templado de los paseantes. Se ascienden luego unos metros para llegar a un cruce en el que indican a la derecha el "Mirador de los Buitres", a 1,6 km. El recorrido es de ida y vuelta, con una subida que desalienta a los pusilánimes. Las vistas desde el mirador, con una estructura para observación de los buitres en una pared cercana, son de consideración. Volvemos al cruce y llegamos enseguida a lo que queda de la ermita de San Miguel, junto a la pista ancha. Un poco más abajo están los restos ruinosos de la ermita de la Virgen de Marcuello. Los vemos desde lo alto y continuamos el camino por la solana de la sierra, en dirección Este. Los pinares dominan este tramo de poca pendiente que nos acerca al Castillo de Loarre de nuevo, con el vasto panorama de la Plana de Huesca a nuestra derecha.
Los últimos kilómetros atraviesan un robledal umbrío que se agradece tras el soleado pinar monótono. Llegamos a la carretera de subida y descendemos ahora muy rápido durante 2 km hasta llegar a un camping, a la derecha, desde el que tomamos una pista pedregosa que lleva al pueblo de Loarre, fin de la ruta.