IBP 187, JUN-VUELTA SIERRA ARANA-JUN (GRANADA MTB)

Tras dos semanas de parón, me animo a currarme esta ruta que ya había hecho parcialmente (ver aquí ). He sufrido lo que me esperaba, es decir, más de la cuenta... pero hay que coger la forma para los 101 y eso no se hace con el sillónball.

Me quedo sin compañero de penurias a últimas hora, pero me obligo a salir. El día va a ser agradable y soleado así que no tengo excusa.

Salgo temprano con una niebla que no me deja ver más allá de 200m, así que el tramo de asfalto hasta Cogollos no me da mucha seguridad. Afortunadamente, al llegar al pueblo el sol gana la partida y empieza a calentar un poco.

Tras llegar a Cogollos y abrevar en la fuente entre un nutrido grupo de senderistas bastón en la mano, me dirijo al collado de la atalaya de Deifontes. Extrañamente no me cruzo con ningún burrista hasta casi la fuente de los Corralillos.

Veo que han hormigonado (en junio del año pasado según una marca en el firme) los dos rampones de camino al Sotillo. Un poco más allá me adelanta dos ciclistas mientras me metía potasio en forma de plátano entre pecho y espalda. Van al collado del agua, pero a un ritmo más bajo que el mío (aún más). Nos despedimos en el Sotillo y empiezo la sinuosa y penosa subida al depósito. En este punto podemos girar la derecha (oeste) para ir al collado del Agua o tirar hacia la Giganta.

Tras girar a la izquierda, me encuentro un par de buenos rampones para coronar los collados que la pista ofrece. En el del collado de la Giganta me encuentro con un grupo de ciclistas de Iznalloz y charlamos un rato.

Me tiro como una perra en celo hacia el barranco de la Atalaya en busca de una presa en el mismo que me sirve de referencia para meter plato pequeño hasta la zona del cortijo de Pozo Alto.

En esta zona había una placa de alguien que había fallecido allí, pero esta vez no doy con ella. En la zona, muy características por las grandes piedras, hay un grupo de cazadores descansando de una montería.

Como lección de la última vez que pedaleé por allí estaba una valla a saltar, habiendo cazadores por la zona tuve que buscar una alternativa al brinco, pero no pude evitarlo. Por lo menos lo hago fuera de las vistas, a costa de un tramo de pateo de unos 300m de lo más tonto.

Tras tomar las arenosas pistas dentro de la finca Beatos, voy con ojo para que no me pongan la cara colorada y me dirijo a toda leche a la salida de misma. El portón está cerrado, pero se salta sin ninguna dificultad.

Tras una bajada a toda leche, me planto en Sillar Bajo para llenar el depósito. ¡Refrescos con tapa a 1,5€ oiga!

Retomo el pedaleo con dolores hasta en los párpados en continua subida hasta el collado de los llanos de la doncella. El tramo hasta el cortijo de Sillar Alto está muy embarrado y es muy pedregoso. Las piernas empiezan a quejarse... ¡que se jodan!

Tras un pequeño repecho hasta la pista de Pradonegro, me dejo llevar por la gravedad hasta casi la fuente de los Potros, desde donde cojo asfalto hasta la subida al collado de la Mina.

De ahí me vuelvo a lanzar hacia Carialfaquí, a partir de donde barro del pringoso ameniza mi pedalear hasta la cadena del desvío Cogollos-Nívar. Tomo la pista hacia Nívar.

Desde este pueblo, tras echar un buche en la fuente del ayuntamiento, me tiro por la pista asfaltada entre olivares hacia el cortijo de Miguelico. Desde allí, tras pasar bajo la A92, llego a Pulianas y a Jun tras superar su pequeño "puerto de tercera categoría".

Muchas fuentes, bastante barro, poca dificultad técnica, buenos desniveles y excelentes vistas desde la vertiente norte de la sierra Arana.

¡NOS VEMOS EN EL CAMPO!