III Ruta de los castros. Ufones 2017

Por tercer año consecutivo nos hemos acercado hasta Ufones a disfrutar de los caminos alistanos. Hemos ido juntos Sergio, Miguel (bombero) y yo. No es una ruta especialmente exigente, porque no tiene subidas largas o tremendamente empinadas. Eso sí, el terreno llano tampoco existe, siempre estás o subiendo o bajando. Yo tenía mucho miedo al frío, a que la niebla se metiera y nos lo hicera pasar mal, pero afortunadamente ha brillado el sol todo el día, y lo hemos agradecido (aunque la temperatura ha oscilado entre los 0ºC y los 7ºC). Eso, y que se sale tarde (10,30 h.). El paisaje es bonito, los árboles abundan (robles, castaños...), aunque la sequía también ha hecho estragos (el río Mena ni se ve). Nada más salir, nos hicieron dar una vuelta alrededor del Ufones y después empezamos a rodar hacia Matellanes. Empezamos a un ritmo alto (19 o 20 km/h), pero yo esperaba que la cosa se relajara un poco más adelante. En varias ocasiones adelanté a una pareja subiendo (pesan más que yo) y ellos me devolvían la jugada bajando (pesan más que yo) aunque a veces con cierta agresividad que no me gusta (por el peligro de caernos, nada más). En el km ¿10? (ya no me acuerdo) hicimos una breve parada para beber un poco y mear otro tanto para equilibrar pesos, y seguimos. Y seguimos a toda pastilla, y así en el km 20, en el 25, en el 30, en el 35, en el 40... Ahí estaba el avituallamiento fuerte (un poco tarde, para mi gusto) y paramos a comer fruta, isotónica, refresco...y a rellenar la mochila (¡me había bebido ya los dos litros!) Seguía teniendo mucho miedo a que viniera el famoso tío del mazo en los últimos kilómetros, y así se lo dije Sergio. Tras el avituallamiento venía la única zona de praderas del día, donde el viento gélido nos hizo pasar frío por primera vez esa mañana. Ahí tuvimos que parar a hinchar por un abrojo que se me soltó en la rueda trasera (me la hinchó Miguel) y Sergio aprovechó para obligarme a tomar un gel (enervit sport, "mi elección desde siempre" https://www.youtube.com/watch?v=s7GN0kFM_U4) pese a que le insití varias veces en que no lo necesitaba. Con eso llegamos los tres en amor y compañía a la línea de meta. Bebidas y dulces variados y a comer un estofado de carne contundente. Nos juntamos con Javier Manso y Ñoño (Viñas). Después un café y un chupito. Hasta yo me lo tomé. ¡Me estoy haciendo un hombre!