IV Ruta BTT Ufones (ruta de los castros)

Un año más hemos acudido (aunque esta vez con seudónimo) a la cita con Ufones. Y un año más, la ruta no decepciona en absoluto. Esta vez han sido 57 km. por los alrededores de Ufones, Matellanes, Fradellos, Grisuela, el río Mena... Es un paisaje precioso para la bici, con sus robles, sus castaños y sus jarales principalmente. Como en años anteriores, empezamos a las 10,30 dando una vuelta por el pueblo antes de tomar la salida definitiva (bueno, fue algo más que eso, porque recorrimos 4 kilómetros). Desde ahí un pequeño rodeo para llegar a Matellanes y cruzar la carretera para que empezara la verdadera función. No es una ruta especialmente dura, pero sí que es una sucesión de pequenas subidas y bajadas. Hemos ido a buen ritmo al principio y un poco más lentos al final para guardar fuerzas. El recorrido ha sido muy divertido porque cuenta con un poco de todo. Hay senderos anchos y cómodos, bajadas rápidas, algunas subidas duras y, sobre todo muchos riachuelos, charcos, y barro (principalmente en el tramo final). En varias ocasiones (lo intento memorizar cuando estoy en la bici, pero luego se me olvida) han desbrozado el monte para la ocasión, por lo que hemos tenido que ir en fila de a uno haciendo eses entre las jaras. Muy bonito y entretenido. Algunos regatos los hemos pasado por puentes, otros por improvisados pasos hechos con palés y en otros... pues a lo bruto, mojándonos cuando no quedaba más remedio (y eso que al principio la gente se acobardaba ante cualquier charco como con miedo de mancharse...). El tramo más duro ha sido el de la tremenda subida a Fradellos del km. 37, donde nos esperaba un necesario avituallamiento; afortunadamente no paramos demasiado tiempo, porque luego cuesta mucho arrancar otra vez. Desde allí hasta un poco después de Grisuela, el recorrido es en casi contínua subida muy, muy suave, pero que se hace algo más desagradable por la cantidad de praderas encharcadas por las que te hacen pasar. Eso sí, desde el km. 52 hasta la meta, es la otra cara de la moneda: bajadas suaves hasta Ufones, aunque sí que es verdad que tienes que hacer un pequeño último esfuerzo para subir hasta la meta. El caldo caliente y los bizcochos y tartas caseras nos estaban esperando y los agradecimos porque no hacía calor en absoluto (7 u 8ºC). Y otra sorpresa más antes de comer: otros años el agua estaba helada y no pudimos ducharnos, pero en esta ocasión (la mayoría de la gente debió pensar lo mismo y no se duchó) pudimos gozar (esa es la palabra) con agua todo lo caliente que quisiéramos. Y sin hacer cola. Fue maravilloso. Solo quedaba comer y tomar el cafelito en Alcañices. Tan ricamente.