Santa Elena y senderos por Despeñaperros I

La ruta es corta en kms pero intensa en recorridos al transcurrir principalmente por senderos de una belleza extraordinaria.
Pasamos por lugares destacados de la zona como el área recreativa de la Eliseda, que está situada en un remanso de paz y en el que apetece detenerse a descansar o tomar algo, ya sea solo o en familia. En época estival tiene hasta un bar para inspirarse un rato.
También pasamos por Miranda del Rey, que es un pequeño asentamiento con muy pocas viviendas y donde hay una fuente para poder llenar los botes de agua.
Seguimos en sentido buscando la cascada conocida como Salto del Fraile, enclavada en un lugar privilegiado y poco conocido transitando por caminos casi sendas hasta llegar a este precioso enclave.
Debo decir, que hay muchos retrocesos porque teníamos dudas sobre la dirección que llevábamos, pero sí veis la resolución definitiva podréis deducir fácilmente la trayectoria que tomamos.
Comentar que desde allí fuimos hacia el “Empedraillo” que bien merece la pena pasar por la mucha historia que atesora, y por pisar suelo que antes pisaron muchos antepasados nuestros.
Se trata de un tramo corto de piedra cuidadosamente trabada en el suelo en mitad de ningún sitio y que se cree es de origen romano.
En cualquier caso, sea romano o no, nos hace pensar que hace mucho tiempo atrás, alguien mandó construir ese tramo (posiblemente mucho mayor que el que hay), con la finalidad de mejorar la adherencia del firme por donde transitaban las caballerías. Pasado el tiempo, tenemos la suerte de poder pisar ese suelo tan emblemático.
La vuelta transcurre por otra pista en dirección de nuevo a Miranda del Rey, que atravesamos en dirección a Santa Elena por la carretera asfaltada, pero buscando emociones nos salimos por una senda que nos hace flipar en colores, para después tomar otra paralela a la carretera que nos acerca a nuestro destino que es Santa Elena.